El 7 de junio de 2010, en la prensa asistimos a la demanda de Díaz Ferrán, donde nos ofrece esperar por la bajada de cotizaciones hasta el 2012, a cambio de una bajada de sueldos inmediata. Europa pide más recortes sociales y Bank of America, saca un informe llamado “ficción y realidad”, en el que concluye que los bancos españoles no necesitarán capital y no tendrán problemas.
Evidentemente todos estos artículos supongo que se refieren a la parte de ficción del informe, la realidad la he encontrado en una serie de artículos en “la voz de Galicia”.
Por distintas razones, me cuesta mucho pensar en determinados casos que se están produciendo. La ventaja de usar variables, ideas y razonamientos para escribir en el post es que a veces todos logramos mirar la realidad como si fuésemos en un avión. Los números nos dan una imagen de la realidad, pero en el fondo nos sirven para esconderla y no pensar demasiado sobre ella.
En unos cuantos post he hablado de que las bajadas de sueldo, provocan que no hay clientes para las empresas, lo cual implica que mucha gente se va al paro, muchas personas se quedan sin negocio, a la vez que los sueldos siguen bajando, otras personas pierden los pisos, y en medio del camino nos encontramos las recomendaciones de la economía ficción.
Este resumen, así expresado lo he puesto mil veces, pero de vez en cuando tenemos que tener claro que esto está escondiendo muchas realidades de personas día a día. En el fondo supongo que todos somos conscientes y yo soy el primero que debo reconocer que de vez en cuando me encuentro reconociendo que me falta valor para salir de los razonamientos, de las ideas y traducir los efectos a una realidad que es muy dura.
Hoy quiero salir un poco del razonamiento económico, de pasar de las empresas y echarle un par de huevos y pensar en lo que normalmente me niego a pensar. Puede parecer un sinsentido, pero un titular del periódico me ha obligado a salir del caparazón y enfocar el tema. Siempre supe que existía pero creo que todos tenemos un mecanismo en nuestro cerebro para bloquear aquellas ideas que no podemos o no queremos ver por el dolor que causa. Pero ha llegado un momento en que he leído: “Padres se han quedado sin medios para comprar leche para sus bebés”.
Yo no tengo hijos, quizás sea porque he sido responsable, o quizás porque haya sido un cobarde, y no lo haya visto nunca claro. A veces es muy difícil distinguir la diferencia, y lo cierto es que afortunadamente en mi casa comemos todos los días. ¿La carga?. Ese perro que sale en la foto, que casi cuenta como un niño. Por tanto, no puedo ni imaginar la situación y la dureza de unos padres que no pueden comprar leche para sus hijos. Es algo que creo que supera toda capacidad humana. Puede parecer una tontería, pero he sentido una sensación rara imaginando que no le pudiese dar de comer a Ray, (así se llama el perro), y soy perfectamente consciente de lo que sería no poder alimentar a mis hijos.
El artículo habla de que Caritas está pagando la leche en las farmacias a determinados padres, y continúa exponiendo la situación que están viendo en esta organización: «La gente que nos llega está angustiada por el paro y esa tensión sumada a que para muchos las ayudas se han agotado y al anuncio de recortes en las ayudas sociales ha creado una situación de psicosis muy grave», y sigue “En la oficina de A Coruña, de hecho, aseguran que cada vez hay más casos de usuarios que han desarrollado cuadros de ansiedad que requieren medicación, lo que ha elevado la factura que mensualmente pagan en tres farmacias de la ciudad y que asciende ahora a más de 3.000 euros. «Nos estamos planteando si pagarles las pastillas un mes sí y otro no porque hay tanta gente que no damos abasto», apuntan. «La situación es crítica del todo», constata Clara Gallego, directora del albergue coruñés Padre Rubinos. «Por eso es difícil ser optimista», añade”.
“Para Montes, la única esperanza «es la generosidad de la gente». Porque, aunque la necesidad aumenta, las aportaciones y los donativos también siguen creciendo en muchos casos: «Que quien pueda siga dando; hay mucha gente necesitada que aún no recibe lo que merece en justicia»”
Eso es la realidad. ¿Podemos imaginar lo que están pasando unos padres que no pueden comprar la leche a sus hijos?, ¿pastillas un mes sí y otro no?. La verdad es que yo no soy capaz de imaginar lo que haría en ese caso. No me considero una persona con poco carácter, es más creo que entre mis cualidades está el ser capaz de luchar bastante, pero sinceramente, dudo mucho de que pudiese soportar determinadas situaciones. La mayoría de nosotros, estaremos ajustando más o ajustando menos. A lo mejor tendremos que renunciar a comprar algo, tendremos que ahorrar menos y tendremos que soportar que con demagogias y con determinados trucos nos limpien un poquito.
En el reportaje de prensa, sacan los casos de dos familias. Está claro que es un reportaje que viene de las organizaciones de “caritas” y “amigos de Galicia”, y la verdad es que impresiona el testimonio de una tal Ángeles, señora de 59 años que vive con tres hijos y este mes se le acaba la paga de 480 euros de la renta de integración social de Galicia, y nos cuenta:
“Los gastos fijos mensuales ascienden a unos 250 euros. ¿Qué hace con los otros 230 restantes si se tiene en cuenta que con ella viven tres hijos, de 12, 11 y 9 años? «Estirarlos como puedo», sentencia. Y añade: «Gracias a Cáritas puedo sacar a mis hijos adelante. Les pago los libros del colegio, tengo ropa y puedo hacer alguna compra adicional al mes con los cheques que me dan en la parroquia»
Ángeles se encuentra en trámites para recibir una nueva prestación de 435 euros mensuales y sabe que toca apretarse, todavía más si cabe, el cinturón. ¿El motivo? Desde que se solicita la ayuda hasta que el Estado se la conceda pasará algún tiempo. ¿Cuánto? Esa es la pregunta del millón. «Sé que tengo que esperar porque habrá muchas solicitudes, pero el alquiler hay que pagarlo, mis hijos tienen que comer todos los días y los recibos del agua y la luz hay que abonarlos religiosamente. Para hacer frente a todos estos gastos tendré que recurrir a Cáritas, aunque me duela», explica.
Pese a todas las adversidades, Ángeles muestra el lado más optimista de la vida: «Me considero una privilegiada porque hay gente que lo está pasando peor que yo». Toda una declaración de intenciones de una mujer que reconoce que con 20 euros sus hijos están alimentados tres días. Ángeles también tiene claro que nunca sacrificaría el futuro de los niños: «Tienen todo el derecho a estudiar, a formarse y a ser gente de bien».” .
Y es aquí donde realmente nos toca darnos cuenta de las lecciones que nos están dando. Díaz Ferrán ofreciendo “bajar las cotizaciones más tarde a cambio de bajar los sueldos” y teniendo en cuenta que se ha tirado una buena temporada sin pagarlos, achacándolo a una mala lotería y esta señora agradeciendo los libros para los hijos, ¡mientras se considera una privilegiada!.
Entre todos los gastos que cubren mis impuestos, el gasto en estas pensiones es lo único que se pone en duda en muchos periódicos económicos. No escatimamos en rescatar a bancos, no escatimamos en contratos públicos, pero de repente nos rasgamos las vestiduras en estas cosas que en ocasiones suponen que un niño pueda beber. ¿Cuántas familias están en esta situación?. Puede ser una, puede ser un millón o pueden ser tres millones. Nadie lo sabe porque esto no es un dato que vaya a importar a los inversores. No es una estadística para mover los mercados financieros y por eso preferimos llamar a los consumidores y analizar la confianza. Pero en realidad todos debemos saber que un caso es mucho.
Hay mil razones económicas para entender que a estas personas hay que ayudarlas. Al fin y a cuentas, cuando una persona entra en situación de exclusión social, los esfuerzos para salir son simplemente titánicos, y cuantas más personas caigan de lo que se puede entender como una vida razonable, peor nos va a ir a todos.
Y por supuesto, no creo que nadie quiera pagar impuestos para tratar de dar ingresos a las personas que se han quedado sin trabajo y sin ingresos. Al final para nosotros no es más que un gasto; en todo caso, lo que no acabo de entender es que de todos los gastos que tengamos que asumir entre todos, estas prestaciones sean lo que está todos los días en los periódicos. De toda la parte de mis impuestos, no considero que ningún gasto sea mejor que esos 480 euros que además parecen ser milagrosos.
Y puestos a invertir, la verdad es que a veces creo que tenemos cierto lío entre lo que es una persona con éxito o aquellas personas que han fracasado. Puede parecer un poco cursi, o una tontería increíble, pero desde luego la dignidad de esta persona no la encontramos en ningún organismo de estos de elite, ni de lejos.
¿Qué tiene más merito?. ¿Mantener una entidad financiera con inyecciones ilimitadas de liquidez, cambios normativos para apoyarlas, avales públicos, y todo lo que haya falta (¡y acabar llevándola a la quiebra!), o tratar de mantener una familia con 480 euros al mes en unos meses?.
¿Qué es más honroso?. ¿Estar todo el día pidiendo sacrificios a los demás, a pesar de haber dilapidado miles de millones en ayudas y apoyos de todo tipo o agradecer los libros y la ropa?.
¿Qué es más emocionante?. ¿Gestionar el trading de un fondo institucional o conseguir que tus hijos coman todos los días?.
Hay veces que tenemos que tener claro que tenemos que tener lo que podemos hacer y lo que no seremos capaces de hacer. Soy economista y en consecuencia, supongo que podré sin esfuerzo tomar medidas completamente absurdas, echarle la culpa a los cisnes negros o a que si la gente es una irresponsable y luego contar todas las milongas con tanta seguridad como ineptitud, para volver a pifiarla en un círculo demencial. Lo que no tengo claro es que pudiese capear el temporal que le está cayendo a muchísima gente.
En definitiva, si tengo que admirar a alguien, me cuesta reconocer que pensándolo bien, no hay color.
¿Qué escribiendo esto prefiero contentar a unos a costa de otros?. Pues sí, como todo el mundo; sólo creo que escojo mejor.