La nueva moda es afirmar que ya ha pasado la hora de los estímulos y todo el mundo se ha pasado al carro de comprobar quien es el que antes los retira. Pero claro, como siempre aquí parece que se han liado un poco con lo de “retirar los estímulos”.
Imaginemos que tenemos un problema con un edificio, y resulta que en consecuencia lo apuntalamos, y ponemos el andamiaje. Tras unas cuantas medidas, que nadie sabe cuáles son, resulta que alguien llega a la conclusión de que la obra está acabada y ¡retira los andamios del edificio de al lado!.
Pues esto es lo que ha pasado. Hace un poco más de un año, estábamos a vueltas con lo de la refundación del capitalismo y la reforma financiera mundial, y un plan de estímulos extraordinario que iba a servir para aguantar la situación como si fuese un préstamo puente.
Pues según parece, y aunque nadie se haya enterado, ya hemos refundado el capitalismo, que se parece mucho al anterior, aunque quizás algo más exagerado, y de la reforma financiera no tenemos más que cuatro slogans y tres broncas a los bancos de cara a la galería. Por que las únicas reformas que son una realidad o en camino de serlo son las de la seguridad social, la laboral y copagos que se planean hasta en la asistencia jurídica gratuita, (espero que por lo menos le quiten el nombre).
Pero resulta que ahora toca pagar la factura y resulta que entonces nos hablan de retirar los estímulos que queda muy bonito si no fuese porque es otra mentira bastarda.
¿Qué fueron los estímulos?. Pues básicamente, lo que ha sido en todo el mundo es inyecciones a la banca por un nivel extraordinario. Y después un poco de marketing para el común de los mortales.
Tras la frase estímulos, lo que se ha escondido es una inyección a niveles completamente absurdos en los bancos y luego en sectores escogidos, como las renovables, las renovables y las constructoras. ¿O es que los 420 euros que han sido en torno a 600 millones tiene la culpa de la deuda pública de los estados?.
La otra inyección que nos hemos encontrado es la famosa deducción de los 400 euros que no fue tal, (como puse en el post de “como hacer ajustes fiscales sin hacer ajustes fiscales, o al revés”). En el ejercicio 2008, nos subieron el I.R.P.F con un cambio técnico trasladando el mínimo exento de la base a una deducción en la cuota, de tal forma que al ser tipos crecientes, se alcanzaba un tipo mayor. En el ejercicio 2009, no deflactaron la tabla de tipos, de tal forma que todo el mundo pagaba un porcentaje mayor y en 2010 nos quitaron la deducción. La conclusión está clara, la pseudo-inyección que tantos ríos de tinta generó simplemente no existió. En todo caso, el importe oficial era de 6.000 millones al año. Lo cual tampoco es que parezca la clave para un pib de 1 billón de euros, ni para una deuda que ya va camino de los 500.000 millones.
Y hasta aquí nos es donde podemos contar los estímulos que han llegado más o menos a quien no sea empresa (sobre todo banco), y mercado financiero. Pero el caso es que según parece ahora toca retirar los estímulos y para eso se comienza con los consumidores, (mediante el IVA), funcionarios, (bajada de sueldo), pensionistas, (congelación de las pensiones) y desde luego las subidas de impuestos de antes, que no las quita ni Dios. Por no hablar de que sigamos completamente vendidos ante todo abuso de banca, eléctricas o el que quiera pescar en río revuelto.
El caso es que curiosamente están retirando los estímulos fiscales, haciendo recortes, ajustes e imponiendo penalidades a quién no ha sido estimulado en el pasado. Pero es que adicionalmente, el mismo día donde todos en el G-20 se aprueba el fin de los estímulos sale Almunia, (el de competencia), diciendo que hay que mantener las ayudas a la banca, y en todos los planes de ajuste, consta que a los bancos lo que quieran.
La realidad es que curiosamente no se ha retirado ni se va a retirar ninguno de los estímulos que se han lanzado para salvar al sector financiero, (también conocido como economía), por lo que lo de “retirar los estímulos” sólo puede ser entendido como otra mentira de las que llevamos encima. Lo que no entiendo es el morro que tienen cuando nos la sueltan, porque todos somos conscientes que en esta fiesta nuestro papel se limita a pagar la fiesta. Si quieren retirar, a mi me parece muy bien, porque los dichosos estímulos han sido un desastre para dar un poco de tiempo a la banca. Pero por supuesto, retirar los estímulos es deshacer lo aprobado en el pasado.
Pero esto de inyectar y mantener todas las facilidades y luego pasar la factura a los que no han sido apoyados en ningún momento, tiene tanto de retirar estímulos como el proceso vivido se parece a refundar el capitalismo.
Y como no vamos sólo a criticar, podemos proponer la suave de “pasar la factura” o “saquear lo que se pueda”.
En este caos tenemos también la defunción del keynesianismo como solución a la crisis, que parece que no ha funcionado para salir de la crisis, y entonces vamos a cambiar el nombre y nos vamos a apuntar todos a Hayek como locos y sin pensar en dos pequeñas tonterías, que parece que no importan a nadie.
Si estábamos en keynesianismo, ¿Por qué todo se ha hecho por y para la oferta?. Es curioso que se haya cogido una teoría que se basa en la demanda, ¡pasando del todo de la demanda!.
Pero asumiendo cierta coherencia, y asumiendo que lo que se haya hecho no ha funcionado… ¿Por qué no se rectifica?. Es una pequeña tontería.
En todo caso era ¿tan difícil ver esto?. Cuando había puesto la idea de inyectar dinero en las empresas para subir los sueldos, la gran ventaja era que los trabajadores podríamos pagar la factura. Porque la realidad es que ahora mismo, tras las decisiones tomadas, está claro quién quieren que pague esta factura. Lo que no está tan claro es como. O mejor dicho. ¡Está clarísimo!; ¡nos vamos a la depresión a menos que lo paremos!.