Los “expertos” llevan toda la vida contándonos la realidad y dándonos sus recetas con una visión bastante enfocada hacia lo que ellos les interesa. Desde luego este es uno de los efectos secundarios de esto que llamamos democracia, que no es otra cosa que la famosa libertad de expresión. Claro que lo que nos queda a nosotros es ejercer exactamente lo mismo y decir lo que por otra parte es muy obvio. ¡Se les ha ido la olla!.
Una cosa es ser sincero, otra cosa es manipular un poco los análisis para adecuarla la realidad, (“arrimar el ascua a su sardina”); un grado superior es simplemente tratar de engañar, y al final lo que suele pasar es la locura en el sentido de una total desconexión con la realidad.
Esto viene de un artículo que “El economista” hace a partir de las declaraciones de distintos expertos de Estados Unidos, bajo el sugerente título de “El “Yes, we can” no convence; A Obama le llueven las críticas de los grandes empresarios”. En él el citado diario junta todas las criticas de las grandes empresas a Obama. En total un conjunto de tonterías increíbles, que nos muestran un panorama desolador. Por supuesto, el citado medio no ha hecho ni una sola crítica, por lo que entiendo que realmente manifiesta su acuerdo.
Me gustaría contestarlas brevemente, porque son muy ridículas, comenzando por Otellini, CEO, de Intel, se desmarca con dos declaraciones, en la primera que dice que OBAMA no entiende lo que hace falta para crear empleo y nos aclara que "El marco legal de EEUU se ha vuelto tan hostil a los negocios que parece inevitable que haya una erosión de la riqueza parecida a la que se está viendo en (algunos países de) Europa. Ésa es la cruda verdad".
Al mismo tiempo Ivan Seidenberg, CEO de verizón, "Hemos llegado a un punto en el que los efectos negativos de estas políticas son tan significativos que no se pueden ignorar. Metiéndose virtualmente en cada sector de la vida económica, el Gobierno está inyectando incertidumbre en el mercado y haciendo cada vez más difícil los aumentos de capital y la creación de nuevo negocios".
Lo malo es que Otellini, olvida que “negocios” no es “riqueza”, y que “algunos negocios” son perjudiciales para la riqueza, (salvo para los beneficiados de los negocios”. Por lo tanto, la cruda verdad es que si el entorno se hubiese vuelto hostil a los negocios, habría una erosión de los negocios, (en lugar de la riqueza), lo que a su vez nos lleva a que es la erosión de la riqueza la que está penalizando el empleo, (la gente no tiene recursos, no compra, las empresas no venden y por tanto no producen). Y Seidenberg olvida que lo que está inyectando el gobierno no es precisamente incertidumbre sino que es algo que recuerda mucho a los dólares.
Por supuesto, olvida también que los negocios no se han comportado especialmente mal con las medidas tomadas por Obama, ya que en lo que va de legislatura, lo único que se ha recuperado son ¡los negocios!. ¿la riqueza?. En fin.
Steven Schwarzman, CEO de Blackstone, (empresa de capital riesgo), resulta que suelta “"Es una guerra. Es como cuando Hitler invadió Polonia en 1939", porque resulta que se les ocurre hablar de subida de impuestos a los gestores de capital riesgo. Lo cual parece cuando menos una comparación cuando menos exagerada. Quizás se pueda preguntar a los polacos.
La comparación con ese período, (debe estar en algún manual), la completa Steve Forbes mediante una frase "la verdad es que ni siquiera la Administración de Roosevelt fue tan ignorante y hostil hacia la empresa privada como lo es la actual. Uno pone en duda el traer a colación las políticas económicas de Benito Mussolini y su clase porque el fascismo significa nacionalismo del malo y racismo, además de asesinatos masivos y guerra agresiva".
Lo que olvida Steve Forbes es que curiosamente Roosevelt, fue conocido por implantar las medidas para salir de la peor crisis que había tenido la historia hasta este momento, (esperemos poder seguir diciendo esto en un par de años). En todo caso, estoy seguro que este señor no tiene demasiado miedo de los asesinatos masivos y de que existan políticas fascistas en su país, por lo tanto o está como una regadera o está mintiendo. ¿Pruebas?. Pues hombre, imaginemos a un alemán criticando a Hitler. Si de verdad esperase asesinatos masivos, tenga por seguro que no abriría la boca.
Jamie Dimmon, de JP Morgan, se queja de la demonización de la industria financiera, que considera injusta y dañina. En fin. Lo curioso es que el sector en cuestión tiene ligeros desajustes que han provocado ingentes inyecciones para rescatarlos. ¿no?. ¿Eso lo olvidamos?. Lo que parece que no es justo es que se les rescate.
Más surrealista es el CEO de Loews Corp, un tal Jim Tisch, que se queja de que se haga una comisión independiente de las petroleras para investigar el vertido de petróleo de BP, lo que despacha con la siguiente frase: "manda un mensaje a los negocios en EEUU: si tu industria se mete en problemas, hay posibilidades de que no haya un trato justo".
A ver si logro aclararme; ¿Para investigar robos, lo dejamos en manos de los ladrones?. Es que suele ser una medida adecuada para lo de la justicia aquello de que los que investigan no sean parte de lo investigado. Por supuesto, esto suele perjudicar a los que confunden “justo” con “beneficioso”. Por supuesto está claro que una investigación del vertido por la petrolera se espera más comprensiva, favorable y adecuada a los intereses de las petroleras, ¿justa?. Pues hombre, que sean los ladrones los que pongan sanciones a los ladrones, aunque a lo mejor las victimas no estén demasiado de acuerdo.
Y sólo me queda el CEO de General Electric, Jeffrey Immelt, que dice que USA es un exportador patético y que eso solo se puede recuperar con una perfecta sintonía entre gobierno y emprendedores. Nunca puede faltar la palabra emprendedor, para decir en realidad que lo que se necesita es que el gobierno debe hacer lo que le piden las grandes empresas, pero en más bonito.
Por supuesto, este tampoco aclara que ha pasado para que esta situación haya empeorada tras la gran sintonía entre gobierno y emprendedores de los últimos años, que ¡algo habrá tenido que ver en esta historia!.