Como supongo que alguno habrá adivinado, estoy inmerso en una serie de post que oficialmente comienza con el post sobre la “extraña guerra de divisas” en la que parece que todos estamos metidos. Recordemos que resulta que nadie parecía tomar las medidas que se supone les beneficiaba y tampoco las que proponían, sino que buena parte de los bancos centrales estaban tomando decisiones completamente absurdas, (y un papel protagonista para el BCE). En el segundo post, trataba de explicar que el análisis es completamente diferente si cambiamos la explicación oficial por aquella que nos cuenta que todos los bancos centrales están coordinados con un objetivo claro. Salvar a la banca de inversión, (suena a película).
En este segundo post, las piezas encajaban mucho mejor, y sólo teníamos dos excepciones, que eran China, que simplemente está haciendo lo contrario a lo que se supone debería hacer en ese escenario. Y por otro lado Japón que se supone está haciendo lo que tiene que hacer, pero que no está dando resultado.
El mismo día que salía este post, se conocía que era el FMI el que afirmaba que el yuan estaba considerablemente “infravalorado”, uniéndose a todo el mundo que opina exactamente lo mismo, pero a su vez hoy el FMI nos dice que el euro está en niveles apropiados y el dólar alto. Faltó hablar del yen, pero lo que está claro es que lo que el FMI pide es que baje el dólar, que suba el yen y que el bce, (ese tan surrealista), siga como está.
Como hay dos monedas que no cuadran en todo este esquema, supongo que será necesario un post para cada una de ellas, de forma que empiezo con el más sencillo que es el de China. Por supuesto es el más sencillo, porque es muy fácil encontrar porque el Yuan no está siguiendo el guión, y no es otra cosa que a China no le da la gana. Como me queda un poco corto, el post lo alargaré, intentando explicar mi opinión acerca de las razones. Y para eso antes me gustaría explicar un poco el proceso.
Si yo tengo una empresa y pretendo vender algún producto en otro país, (pongamos que pretendo exportar a Estados Unidos), tendremos un comprador de un bien que tiene dólares y por tanto usará eso para pagarlos y estará un comprador que quiere y necesita euros.
Pues para ponernos de acuerdo, alguno va a tener que cambiar de moneda. En este sentido, da un poco igual si es el americano el que lleva dólares al mercado de divisas, pidiendo euros a cambio, o si me paga a mí, que me encargo de ir al mismo mercado a ofrecer los mismos dólares y cambiarlos por euros.
Por supuesto, si luego compro algo a una empresa americana, el proceso será el inverso. De forma que si al final tuviese las mismas exportaciones que importaciones, podría incluso ahorrarme el ir a cambiar los dólares.
Es fácil ver como en una situación dada, la realidad es que cada vez que exportamos, (desde el punto de vista del euro), fortalecemos nuestra moneda, a la vez que cuando importamos la debilitamos. Tradicionalmente esto era una fuente de equilibrar las balanzas de los países. Es sencillo comprobar que cuando un país importa más que exporta tiene un déficit comercial, pero a la vez, sufre tensiones en la moneda ya que son más los que van al mercado a ofrecer la moneda que a pedirla. Cuanto mayor sea la oferta, menor será su valor, de forma que se devalúa. Por supuesto, cuando se devalúa, se hacen más baratos los bienes nacionales frente a los extranjeros, modificando la competitividad. En este sentido, las exportaciones se incrementan y las importaciones se reducen, de forma que se reduciría el desequilibrio.
Por supuesto, yo también puedo pretender invertir en Estados Unidos, o en cualquier activo denominado en dólares, (bien sea en acciones de la Coca Cola, en deuda federal o bien en petróleo). Cuando decido la inversión, el proceso es exactamente el mismo que cuando importo algún bien. En este caso, lo que necesito es ir al mercado con mis euros y a cambio pedir dólares, de forma que cuando se realizan las inversiones, lo que tenemos es que cada vez que invertimos en un país tiende a subir la moneda de este país; En el momento en que deshago las inversiones o bien si un extranjero quiere invertir en la zona euro, el proceso es al contrario.
En este caso también se da un proceso equilibrador. Si un país recibe inversiones masivas, su moneda se revaloriza. En el punto en que la moneda se revaloriza, las inversiones en ese país son más caras, por lo que tienden a reducirse.
En resumen, cuando exportamos o cuando recibimos inversiones, automáticamente se encarecen nuestras monedas y por tanto se encarecen nuestros productos o inversiones, y al revés. El efecto sobre las inversiones, sin embargo no sólo depende de este proceso, sino que depende mucho más de las expectativas de los tipos en el futuro. Como he explicado estos días, la realidad es que se encarezca ligeramente el tipo de cambio, los rendimientos se explican por la evolución futura de este. Si ha subido determinada moneda, es un aspecto secundario, comparado con las perspectivas futuras.
Por supuesto, todo esto parte de una base que no es real, y que no es otra que la cantidad de dinero en cada una de las economías es constante. Por supuesto, esto no es realista ya que todos los bancos centrales lo que hacen es intervenir constantemente tomando decisiones que afectan a la cantidad de dinero en circulación, las reservas de divisas y a los tipos de interés. Cada una de estas decisiones tiene implicaciones en la cantidad de cada moneda en circulación y en consecuencia en el tipo de cambio.
Por supuesto, las intervenciones serán con un objetivo, y en función del objetivo que tenga cada banco central se hará en un sentido u en otro.
El proceso de intervención también es diferente, y sobre todo depende de la situación y objetivos de cada país. En todo caso, incluye siempre el lenguaje verbal, comunicando a los inversores unas perspectivas y por supuesto una serie de medidas.
Está claro que la mayoría lo hacen modificando las condiciones del mercado monetario, para conseguir de esta forma los resultados esperados. Es decir, tocando los tipos de interés, modificando colaterales y políticas de compras de activos, deciden el importe de cada una de la moneda local base, para conseguir que a través del mecanismo de creación de dinero llegar al resultado final. Sin embargo China lo hace centralizando sus operaciones y determinando el tipo de cambio con un proceso mucho más brutal.
Dicho de otra forma, los bancos centrales occidentales alteran las condiciones dentro del mercado, mientras que China simplemente actúa sobre el mercado directamente imponiendo la obligación de pasar por el banco central para conseguir la moneda.
El proceso en China, supone que si un inversor USA pretende invertir en China, no acude a un mercado a vender dólares y comprar yuan, sino que tiene que acudir al banco central de China a realizar el cambio. Este lo que hace es coger los dólares USA y simplemente emitir nuevos Yuan, que se los da al inversor para que materialice su inversión.
La conclusión es sencilla, simplemente altera la ecuación inicial, debido a que de esta forma, la entrada de inversiones en yuan, en lugar de generar la revaluación del yuan, (como antes poníamos), produce el efecto contrario. Esto viene porque si Goldman Sachs invierte en el IBEX, lo que hace es ir al mercado a poner dólares en circulación, (hay más dólares en el mercado), y pide euros, (hay menos euros), de forma que se revalúa.
Sin embargo si pretende invertir en una compañía China, la realidad es que en lugar de inyectar Dólares en el mercado, los retira porque los entrega al Banco Central de China, (de forma que hay menos dólares en el mercado frente a la situación anterior, dólares que por cierto pasan a las reservas), y se lleva yuanes que se devalúan porque se imprimen.
De esta forma, se explica que las inversiones masivas no consigan alterar la cotización del yuan o lo hagan en muy escasa importancia. Por supuesto, el grave problema es que China al imprimir constantemente nueva moneda, se puede encontrar una burbuja interna, derivada del incremento de dinero local en circulación y problemas de inflación. Por lo que ni tan siquiera China puede permitirse eternamente dicho sistema. De hecho, hace unos meses anunció una revaluación por sorpresa, revaluación que ha sido catalogada como insuficiente.
¿Qué puede estar buscando?. Por supuesto lo fácil es mejorar la competitividad, pero también es posible y yo creo que lo más probable que está buscando es frenar la inversión financiera y por tanto las burbujas en el país.
El hecho de lograr crear la sensación de que la moneda va a estar baja, lo que anima es a atraer inversiones foráneas, que busquen los rendimientos en base a las exportaciones desde China. El hecho de que tengan una política monetaria que limite tanto la variación en divisas, penaliza las inversiones financieras a costa de las reales. Y por supuesto, si se buscase la inversión financiera, jamás tendríamos una revaluación a tiempo pasado, sin ningún tipo de anuncio. Porque la inversión financiera depende de las expectativas y por tanto si siempre esperamos una devaluación o nada, no entrará en el carry trade. Por otra parte el sistema de joint venture significa que abren las puertas a las compañías occidentales pero con limites a la propiedad y participación local y desde luego vocación de estabilidad.
Por tanto, está claro que China está tomando medidas, pensando en China, no en el sistema financiero de otros países. ¿Está jugando sucio?. Pues puede ser; pero no menos que otros bancos centrales, (concretamente que todos los demás), y por supuesto no está haciendo el juego a la banca de inversión. Y ya es bastante.
¿Le va a salir bien?. Lo cierto es que China está adoptando la menos mala de las soluciones. La impresión masiva de moneda nacional para neutralizar el impacto de la especulación financiera en todas las monedas está provocando una burbuja; por supuesto, si China liberaliza su mercado de divisas, la realidad es que sustituya una burbuja por otra, por lo que realmente mi opinión es que está eligiendo el menor de los males, y revaluando en muy contadas ocasiones para no penalizar a los que quieran instalarse allí para vender, (que si creen que se va a revaluar la moneda no irán porque perderá ventaja competitiva), mientras que trata de limitar la especulación financiera.
Espero que este resumen haya servido para dejar un poco paso al siguiente proceso, dejando al país díscolo. Me refiero a Japón que está cumpliendo lo que le corresponde, pero no está funcionando.
Lamentablemente este no va a ser el último post de esta serie, que a lo mejor alguien adivina, no viene de la nada. Viene de la necesidad de tratar de explicar dos cosas. ¿Cómo se me ocurre la irresponsabilidad en este panorama de jugármela a todo o nada a favor del dólar?, y del guante que me ha echado Francisco Llinares para explicar porque la hiperinflación no es lo que buscan los bancos centrales, porque no es posible y porque este camino que llevamos sólo tiene como destino la deflación.