Empezando el año, nos encontramos con dos declaraciones de miembros del gobierno que son capaces de explicar sin problema alguno la realidad de la situación. Por supuesto, ni una sola novedad y tan solo la ligera decepción de comenzar 2011 tal y como hemos acabado 2010.
Por un lado, Ramón Jauregui, se pronuncia acerca de las filtraciones de Wikileaks en el sentido de que la transparencia está bien, pero con límites; o dicho de otra forma que la culpa es de “cierta cultura reivindicativa de que todo es libertad, todo es gratis, todo es posible y la transparencia no tiene límites”. Por lo tanto propone un debate sobre los límites de la transparencia, y por supuesto, no comparte la actuación de Wikileaks, aunque dice que lo que se desprende de los papeles respecto al gobierno ha sido una actuación bastante honesta y transparente.
En fin, nos ha colado una serie de conceptos todos mezclados que parten de una premisa falsa. Lo que se ha criticado a este gobierno, (y a los demás), no es la falta de transparencia; (esto sería otra discusión), sino que directamente se haya engañado a los ciudadanos en temas de importancia capital como la actuación del gobierno ante el caso de José Couso, ante la ley antipiratería y en general en todas y cada una de las actuaciones.
Lo que parece que no entiende este gobierno es que una cosa es la falta de transparencia y otra la mentira. Es decir, no es lo mismo que en muy contadas ocasiones, los gobiernos tengan que mantener determinadas actuaciones en secreto por el bien común, (siempre que sean muy contadas, motivadas y siempre con un carácter muy restrictivo), y otra muy distinta es lo que se desprende de los papeles de Wikileaks y de la actuación cotidiana del gobierno que no es otra cosa que saltarse las normas, saltarse los deseos de los ciudadanos, (a los que representan) y hacer lo contrario a lo que deberían hacer para luego comunicar a los ciudadanos lo contrario. Sé que es un poco de lío.
El problema de mentir siempre es que ya se llega a un punto, que ni el gobierno es capaz de creérselo y por supuesto, los ciudadanos ya no nos fiamos absolutamente de nada. En todo caso, el asunto es lo suficientemente grave cuando nos encontramos ya con la mentira cotidiana. Y el mejor ejemplo lo tenemos el mismo día.
Para contrarrestar las declaraciones de Revilla en la que nos cuentan que Zapatero le ha confesado que las medidas que ha tomado se lo van a llevar por delante. Es curioso que por una vez en la vida, este infame presidente va a acertar, (de hecho sólo lo puede salvar que el resto de partidos y líderes políticos tienen tan poco nivel). Pero una vez saltado este arranque de sinceridad, nos encontramos con las declaraciones de Marcelino Iglesias, (el nuevo secretario en el papel de Pepiño Blanco), en las que para contraatacar, pues lo que hacen es mentir y entonces se anima a todo el mundo a defender que las medidas que han tomado son “progresistas” y que no van a suponer la pérdida de identidad del PSOE.
En fin, más allá de las definiciones de progresismo, (con tanto engaño y tanta mentira ya ni se sabe que significa esta palabra), y desde luego más allá de lo que se supone que son las señas del partido socialista, lo que debemos tener claro todo el mundo es que los recortes son un desastre y que han impactado sobre una clase media que ya hace tiempo que no puede ser considerada de otra forma que básica. De hecho, podrá definir las medidas como les de la gana, pero desde luego lo que está claro es que los que llevan unos cuantos años sacrificándose (con contenciones salariales, pagar burbujas varias y demás), son los que pagan el rescate de los que la han montado.
Nos cuenta el partido socialista que la reforma laboral es progresista por que “garantiza más trabajo, mejores condiciones y más seguridad”; El caso es que si fuese cierto que se garantizaban estas cosas, lo que está claro es que Zapatero, no tendría que temer por las próximas elecciones; por supuesto, la reforma laboral lo que hace es abaratar y subvencionar el despido en una economía en la que somos líderes en destrucción y creación de empleo, (o sea que tenemos uno de los mercados de trabajo más flexibles del mundo).
Y luego nos cuenta la otra gran medida progresista que es la reforma de las pensiones, que supone según estos insignes personajes, salvar el sistema de pensiones, cuando en realidad lo que estamos haciendo es reducir las pensiones, (da igual el sistema de cálculo), de forma que tendremos un sistema de pensiones muy bonito, muy saneado y todo lo que queramos, pero que en realidad lo que supone es que no se pagarán pensiones y por tanto, la gran diferencia y el gran progresismo es que se está entregando el futuro a la banca.
Tampoco parece muy progresista esto de convocar a los “empresarios” (no tengo claro como llamarlos) del IBEX, para que pidan; como tampoco lo es, aceptar todas las medidas que se les ha ocurrido para reducir la competencia en los mercados, entregando a los consumidores en unos mercados en los que no tienen absolutamente ningún poder; por supuesto, lo de salvar constructoras, bancos, lo de inventarse déficits eléctricos, lo de generar negocios a cuenta de las renovables, lo de regalar la lotería, lo de regalar Aena y darle al sector privado otro monopolio, tampoco es que parezcan medidas demasiado progresistas.
En todo este panorama, la realidad es que se puede discutir si Wikileaks se ha pasado o no, ya que evidentemente este debate tiene sus aristas, pero lo que es indiscutible es que este gobierno no es que tenga un problema de transparencia, (ocultar determinadas acciones, negociaciones y declaraciones), sino que tiene un problema de que miente, (y eso no se soluciona vetando ni echando la culpa de la situación a que salga publicadas) y por supuesto que toma unas medidas que jamás pueden ser aprobadas por los ciudadanos.
Yo no tengo ya ni idea de las señas que tiene el partido socialista obrero español, pero creo que las medidas que están proponiendo no son las que estaban en el programa, las que nos cuentan y desde luego no son las que quieren los ciudadanos, (que debemos recordar son los soberanos en esta historia).