Vaya usted a saber si por chulería o por error, Warren Buffet nos ha dado una lección sobre una de las causas de la crisis; según nos cuentan, resulta que la comisión está que está intentando entender las causas de la crisis, le ha preguntado a este inversor acerca de las razones por las que invirtió en la agencia de calificación Moody’s, en parte supongo porque se están cuestionando las valoraciones, (o sea el trabajo) de las agencias calificadoras.
Pues apabulla la sinceridad en la respuesta; de tal forma que nos explica que para analizar un negocio, lo más importante es el “poder de precios”; por si no quedaba claro, nos lo explica: “Si tienes el poder de subir los precios sin perder cuota de mercado, tienes un gran negocio. Y si tienes que rezar antes de subir los precios un 10%, tienes un negocio terrible”.
Y si aún nos queda alguna duda, contesta a la pregunta de por que invirtió a pesar de que se hayan equivocado de una forma tan pasmosa: "los negocios extraordinarios no necesitan una buena dirección".
Quizás para darle la mayor claridad, debió incluir las palabras que pronunció en julio de 2010, donde afirma que las agencias de rating se equivocaron, (como todo el mundo), donde además comunicaba que: “las agencias de rating evolucionaron hacia este duopolio nacional con un poder de fijación de precios fuerte para las calificaciones crediticias. Sin embargo, destacó que, aunque que todavía es "un gran modelo de negocio", Moodys no tiene la misma situación blindada que tenía hace diez años”.
Un grave problema que nos encontramos es que alguien pueda ir a una comisión que intenta analizar las causas de una crisis, y no pase nada con declarar que un buen negocio es aquel que permite que se suban los precios, un negocio terrible es donde haya que rezar para subir los precios, (y ya no digamos en el que además de rezar, haya que invertir), y que lo de la dirección es irrelevante en el caso de los “negocios extraordinarios”.
Desde luego existen muchas y muy variadas formas de que una empresa llegue a tener “poder de fijación de precios”; pero lo que tenemos que tener claro es que este lo que supone es el poder en el mercado de las empresas. Es decir, a medida que una determinada empresa o un grupo de empresas tenga el poder en un mercado determinado, estamos hablando de algo que se define como monopolio u oligopolio, (dependiendo de si hablamos de empresa o tenemos que usar el plural).
El hecho de que una empresa pueda tener poder de fijación de precios, debería ser el mayor pecado para todas aquellas personas que defienden el libre mercado, por razones que de tan obvias, casi ni merecen ser la pena ser explicadas; el ideal del libre mercado estriba en que sea el mercado el que fije los precios, lo cual es equivalente a decir que las empresas no tienen poder de fijación de precios. De tan obvio que es, asusta: los precios, o los fija el mercado o los fija una de las partes; cuando una de las partes puede fijar los precios, ¡no los fija el mercado!.
Esto no significa que en una situación de libre mercado, las empresas no puedan subir los precios. Lo que significa es que en una situación de libre mercado, las empresas no tengan poder de fijar los precios y tengan que crear mayor valor para subir los precios. ¡Así de sencillo!. Esto quizás se entienda con un ejemplo; cuando vamos a comprar un coche, o una televisión, las encontramos de distintos precios, y para justificar el pagar más, el vendedor nos dice “es un poco más cara pero tiene….”; en cambio cuando una empresa con poder de precios usa su poder, (y normalmente el poder es para usarlo), lo que nos dice es “la electricidad saldrá más cara porque el déficit de tarifa reconocido por ley….”.
La diferencia es que cuando estamos hablando de una fijación de precios en el mercado las empresas tienen que ofrecer mayor valor que será enjuiciado por el mercado, mientras que cuando estamos hablando de fijación de precios por las empresas, hablamos de que nos ofrecen excusas, que pueden ser más o menos brillantes, pero que al final suponen que obtenemos lo mismo o menos por más.
Por supuesto, mal podemos hablar de libre mercado, cuando nos encontramos con que una de las partes tiene poder sobre la otra; lo cual también es una perogrullada increíble; No puede haber libertad si una parte tiene el poder; porque aquella parte dominante ¡domina!.
Los efectos de los monopolios, de los oligopolios o de los acuerdos entre las empresas de un sector determinado están muy claros y realmente nadie las discute. Y básicamente son las que se definen como la falta de competencia en los sectores. La competencia entre las empresas es el instrumento o mecanismo mediante el cual las empresas tratan de innovar para ofrecer mayor calidad a un menor precio. Las empresas no van a tratar de producir al menor coste, y con la mejor calidad por otra razón que el hecho de que el mercado las obligue a tal dinámica; por lo que si la competencia no funciona porque las empresas tienen el poder, directamente todo el esquema del libre mercado se tambalea.
Desde luego en el caso de las agencias de rating, en la que además la inmensa mayoría de las entidades, contratan con las agencias de regulación que hay; (no se elige entre una de ellas, sino que se contrata a todas), es el ejemplo típico de un sector con poder en el mercado y que por tanto, ni tiene que prestar un buen servicio, ni tiene problemas para fijar los precios que les interese.
En todo caso tendremos que asumir que el problema de la falta de competencia o del poder de mercado será mayor en tanto en cuanto se repita en distintos sectores; es decir, un caso es un problema, mientras que muchos casos es un problema mucho mayor, y desde luego distinto.
Y por descontado, un escalón superior es aquel en el que nos encontramos con que todos los esfuerzos de los países y los bancos centrales está en generar “negocios extraordinarios”, a costa de cargarse la competencia directamente, ¡que es exactamente lo que está pasando actualmente!, donde todas las instituciones económicas están tratando de imponer normas que van destinadas a que las empresas cotizadas tengan un poder de mercado que llega a niveles absurdas.
En definitiva, lo que tenemos en esta crisis es que tenemos muchos negocios estupendos y poco mercado, porque entre otras cosas, aquellos que hablan de lo de libre mercado, olvidan comentar que esto es importante para los demás, pero no para ellos, ¡por qué son negocios terribles en los que hay que crear algo para subir los precios!-
Pd. Ya que estamos, recordar que esta semana toca sorteo de “la lotería de las gasolinas” para elegir a la sustituta de CEPSA.