Ya he hablado varias veces de que se estaba empezando a oír con frecuencia la frase, “el precio del petróleo es un problema”, y hoy nos encontramos con dicha frase en un informe de Goldman Sachs, (siempre en todos los fregados), y de la AIE, (otra que tal baila, y que curiosamente dice lo mismo y cambia de opinión al mismo tiempo que la banca).
Como en casi todas las frases que provienen de este mundo, se parte de una verdad, se olvidan toda una serie de matices y al final acabamos dándonos cuenta de que realmente el enfoque era radicalmente distinto al que creíamos entender.
Se nos cuenta que el precio del petróleo es hoy un problema, basándonos en que esto generará un impacto sobre la renta disponible de los ciudadanos, y en consecuencia se reducirá aún más el consumo, y en consecuencia afectará a la economía. Y esto es casi cierto; Y digo casi cierto, porque lo que impacta sobre la renta disponible de los ciudadanos no es el petróleo, sino que son las gasolinas y los costes de la energía.
Cuando nosotros pagamos en la gasolinera, (o bien en la electricidad, o bien en el transporte de los bienes hasta el supermercado), lo que estamos es pagando una cantidad determinada por un bien necesario. Esta cantidad se reparte entre determinados tipos de agentes; que incluyen desde los países productores, (o mejor dicho, los que tienen el control de los recursos en los países productores), las empresas petrolíferas, la banca de inversión, (a través de las inversiones en las empresas, en los países productores, en el crudo, y en el mercado refinado), y por supuesto entre el estado.
Entre todos estos agentes, (algunos con mayor responsabilidad que otros), y a través de todo tipo de tácticas, (normalmente informes, financiar la especulación, y desde luego toda suerte de prácticas anticompetitivas en cada una de las fases del proceso que lleva el crudo desde el pozo hasta la gasolinera), lo que se consigue es repartir el importe que tenemos que pagar en la gasolinera.
Dicho de otra forma, cuando pagamos en las gasolineras, estamos pagando una parte muy pequeña de petróleo y luego otra parte muy grande que corresponde a los beneficios de toda esta gente.
Por supuesto el problema del precio de la gasolina afecta a todos los consumidores, así como a aquellas empresas que pretenden ofrecer algo a estos consumidores. Es decir, nos afecta a todos nosotros, pero a su vez afecta a los bares y restaurantes, que se comen el ajuste de nuestros presupuestos.
Pero cuando la banca de inversión habla del problema del petróleo se están refiriendo a un problema distinto. En este punto me gustaría hacer una pregunta: ¿Es un problema para un inversor en el mercado de petróleo que el precio del petróleo esté muy alto?. Aún asumiendo que no estemos en crisis, o sea que asumiendo que estamos en la recuperación económica, lo cierto es que el precio del petróleo alto le viene muy bien a determinada gente. Pasa lo mismo con otras condiciones más cercanas en el sector financiero. Vienen muy bien a las entidades financieras, aunque para la renta disponible sean un completo desastre, sin que esto preocupen lo más mínimo.
El problema del petróleo no es en realidad que esté amenazando la recuperación, sino que el problema desde el punto de vista de los inversores, es que el precio de las gasolinas está marcando máximos en todos los puntos del planeta. Y esto es un problema desde el punto de vista económico, pero por supuesto es un problema desde el punto de vista de todos los que tienen montado el negocio en torno a la necesidad de combustible.
En este tipo de análisis, el denominado problema para la recuperación económica es en realidad un límite. Es decir, desde el punto de vista de los ahorradores, existen dos tipos de mensajes: o existe recorrido o no lo existe. Hoy nos encontramos con una situación en la que el petróleo no ha llegado a los máximos de julio de 2008, pero sin embargo y dado que las petroleras han subido los márgenes, (aprovechando todo tipo de tácticas), y los gobiernos han tocado los impuestos, (también se han puesto a cuadrar sus cuentas), las gasolinas si han llegado al límite de 2008.
Dicho de otra forma, el precio de las gasolinas que pagamos multiplicado por el número de litros de gasolinas que consumimos, marca la tarta que se pueden repartir entre todos los que sacan tajada del mercado de las gasolinas. No existe problema mientras la sociedad pueda mantener la tarta, lo cual necesita desde luego unos cuantos informes y medidas que apoyen la sensación de que podemos mantener esta situación. Dado que los gobiernos y que las estructuras de los mercados de las gasolinas han cambiado, el precio del petróleo que se puede soportar es menor.
Esto es lo que intentaba explicar hace un mes en el post en el que trataba de explicar las razones de la bajada del límite de velocidad a 110; En este post trataba de exponer que las verdaderas razones es que se estaban aprobando medidas en todo el mundo para reducir el consumo de petróleo, aunque los efectos reales solo fuesen sobre el papel, debido a que en la realidad los consumos apenas varían. El argumento era simple. Si se consigue reducir el consumo de petróleo un 5%, nos encontramos con que se puede subir un 5% más el precio.
Un argumento similar, (en este caso más centrado en la oferta) operaba para cierta situación muy curiosa que nos encontramos un poco más tarde en una campaña un tanto alocada de todos los países por bombardear Libia, (lo cual ha dado más argumentos a la subida de petróleo).
Y por supuesto, el papel último de esta farsa en la que todos tratan de hacer lo que sea para subir el precio del petróleo lo ha puesto el BCE en sus últimas decisiones. Trichet tiene que saber que sus decisiones sobre tipos no tienen efectos apreciables sobre la demanda de petróleo, pero si sobre el euro, lo cual si afecta directamente. En la práctica, lo que ha ocurrido es lo mismo que ha ocurrido en 2008, pero desde luego en un entorno en el que no somos capaces de aguantar lo mismo. Por eso no paran de repetirnos que “no estamos en 2008”
De esta forma, cuando alguien dice que la demanda se reduce o que el petróleo es un problema, lo que ocurre es que nos está diciendo que la tarta no da más de sí, o dicho de otra forma, no es que el precio del petróleo sea un problema, sino que lo que nos están diciendo es que la recuperación económica, (o mejor dicho la falta de), es un problema para el mercado de petróleo.
Es muy sintomático que Goldman sea el que haya disparado la primera bala, porque lo que significa es que han cambiado el sentido. El informe de Goldman y el de la AIE, lo que van a hacer es provocar que el precio del petróleo baje, y con este, el precio de las gasolinas, (aunque no a tanta velocidad), y en definitiva la tarta se hace un poco menor.
La gran ventaja de Goldman es que al marcar el ritmo, nos encontramos con que puede operar a la baja, por supuesto, porque cuando la tarta no puede crecer, siempre puedes conseguir comer una parte del vecino, y golpear primero suele ser una buena forma. Es decir, lo de siempre: convencer a todo el mundo que va a subir, ponerte a la baja y de repente dar la salida.
Por cierto, ya que estamos aprovecho para recordar la campaña de la lotería de las gasolinas y que en abril hemos de evitar GALP. ¡algo tendremos que hacer para defendernos de todas estas tácticas que nos están desplumando a todos!.