El esperpento de nuestros representantes políticos, tiene un digno rival en el esperpento que ofrecen los otros representantes en lo que a nivel empleo se refiere. Es difícil entender cómo es posible que estemos tan bien, con los mimbres que dirigen nuestros designios económicos.
Por un lado, nos encontramos con la CEOE, que vuelve a vueltas con lo del contrato único en una loca carrera en la que parece que lo único que importa es despedir al menor coste posible; ¡y luego quejarse de que exista paro!; y en la que aparte del “algo no habremos hecho del todo bien”, parece que no tienen la mínima necesidad de hacer autocrítica. Por supuesto, aquí nadie explica que algo tendrán que ver las empresas en que en España no exista Investigación y desarrollo; algo tendrán que ver en la competitividad y algo tendrán que ver en la productividad. Más que nada porque hace unos pocos años, estábamos en la champions league porque nuestros empresarios eran la leche en verso.
Y lo más importante, es que algo tendrán que decir cuando hablamos de modelo productivo, valor añadido, (¿o quien es quien decide aquí, que y como se produce?); y del hecho de que la necesidad de invertir no sea algo que ni aparezca como opción.
El líder de la CEOE, nos cuenta que los empresarios tienen pánico a contratar; y no es cierto. Porque de las reformas pedidas, (y en gran parte conseguidas), lo que se busca es buscar la forma de abaratar el despido, ¡y abaratar el despido es para despedir más barato!. Hasta el absurdo incluso del caso del ERE de telefónica, que plantea una curiosa combinación de DESPIDOS y creación de empleo. En definitiva, lo que se busca, (por lo menos en parte) es sustituir unos trabajadores por otros, ¡más baratos!.
En todo caso es sencillísimo entender que el problema de las empresas y del empleo no es pánico a contratar, sino que el problema es que como no hay clientes (¿o es que hace cinco años había estos problemas?), pues no hay actividad y como no hay actividad sobran los trabajadores, sobran las inversiones y entran los problemas. Pues dado que parece que tenemos menos luces que una vespino, lo que se busca es bajar los sueldos, introducir precariedad y luego sorprendernos de que todos los millones de clientes que o bien son trabajadores o bien dependen de un sueldo para sobrevivir, no compren los productos comprados.
En parte se puede entender que la reclamación de bajar los sueldos, venga de un sistema financiero completamente desquiciado; ya que lo que importa son los mercados financieros, y en particular lo que importa es el IBEX 35; que se compone de unos cuantos bancos, (que pasan de las reglas de competencia con una pasmosidad que asusta, ¡y por ley!), empresas en régimen de oligopolio, (antes públicas y ahora privadas), que viven de la protección normativa extrema en bienes de primera necesidad, (energéticas y Telefónica), y empresas dedicadas a conseguir sus negocios en distintos despachos a cuenta de concesiones y presupuestos público que tanto se estigmatiza, pero siempre que no toquemos lo que perciben ACS, Ferrovial, Abertis, Acciona, Sacyr y alguna más.
¡y como aquí parece que lo que toca es subir el IBEX, pues nos olvidamos de todo lo demás!; Por supuesto la CEOE es algo más que estas empresas, que para pedir sacrificios, no paran de exigir mejoras propias a cargo de todos los demás; es algo más que estas empresas que además de estar hablando todo el día de desregulaciones y de libertad de mercado, han decidido que mejor que empiece con las liberalizaciones quien no puede hablar.
Y lo curioso es que mientras los consumidores, estemos intentando pagar con nuestros sueldos e impuestos, todos los servicios que prestan estas (y además todos los costes que tenemos que pagar por encima de lo que sería normal, gracias al extremo apoyo para estos negocios), con unos sueldos más reducidos, la conclusión final es que ni los taxistas, ni los comercios, ni los bares, ni los cines, ni los concesionarios de coches, ni las agencias de viajes, ni los productores de electrodomésticos, ni los transportistas de estos, ni los que le hacen la papelería a estos, ni los que suministran en general a todos estos, ni en general cualquier empresa que dependa de un mercado en el que compiten y tengan que buscar clientes, ¡tendrá negocio!.
Así de claro; si nadie compra, nadie puede vender, y sin vender, no hay beneficios, no hay posibilidad de pagar las inversiones, no hay crédito y no hay emprendedores que valgan, que lo primero que necesitan son clientes, (o por lo menos es uno de los primeros puntos en cualquier plan de empresa, DAFO, plan empresarial o churro de consultora que se precie).
No es que en España exista pánico a contratar; sino que fruto de las decisiones tomadas y de las burbujas, (no sólo los pisos han duplicado su valor en los últimos años, sino que es un proceso que ha seguido la gasolina, la electricidad, la alimentación…), no hay clientes, y sin esto no hay VENTAS, y sin ventas, los trabajadores pasan de ser un factor de producción a ser un elemento decorativo ¡caro y prescindible!. Y en estas estamos, no es cierto (y Rosell lo sabe) que exista Pánico por contratar, sino que existe ANSIA por despedir.
¡y cuanto más despidamos o cuanto más bajen los sueldos, o cuanta más precariedad exista, o cuanta más incertidumbre entre los consumidores; peor será!.
Pero si acojona la miopía del sector empresarial, que no es capaz de hacer un ejercicio tan simple como ponerse delante del escaparate de cada tienda o delante de cada cliente y decir: “estoy pidiendo que te bajen el sueldo y ponerte en riesgo”; lo realmente aterrador es lo de los sindicatos.
Estos no es que no estén ciegos; es que están completamente idos, y si las empresas no son capaces de ver más allá de sus narices, los sindicatos han logrado ver durante unos cuantos años que no pasaba nada porque los trabajadores fuesen perdiendo poder adquisitivo, (lo que pasa cuando confluyen los acuerdos de contención salarial, con subidas de precios salvajes en todos y cada uno de los bienes básicos), por que llegaban a unos acuerdos en los que primaba lo de la PAZ SOCIAL, en la que eran capaces de ver cómo demonios se iba a mejorar mientras se tragaba con todo.
Tienen tanta vista que son capaces de distinguir el concepto de PAZ SOCIAL de bajarse los pantalones, o simplemente estar a sus cosas, mientras se ha destrozado completamente a una clase media ante su vista, sin que hagan absolutamente nada. Tienen tanta vista que se han olvidado de defender todos y cada uno de los derechos de los trabajadores, ¡hasta el punto de proponer con el partido de izquierdas, (manda huevos también), el modelo de relaciones laborales ejemplo de lo que se ha venido a mal llamar neoliberalismo.!
Y aún por encima, cuando la sociedad, (hastiada por la incompetencia manifiesta que ralla el pasotismo total de los sindicatos) trata de reaccionar, son capaces de ver más allá y manifestar que lo mejor es seguir en el dogma de no sé qué dialogo, para no sé qué acuerdos y en base a no sé qué plan. ¡A ver si el plan estos va a ser reaccionar con el derecho de pernada!.
En definitiva, frente a unos empresarios que no ven absolutamente nada, (me da igual que sea por incompetencia o porque no les interese ver), y que sólo miran el beneficio propio inmediato; tenemos a unos sindicatos y gobiernos, que con la vista fijada en alguna lejana galaxia, no son capaces ni tan siquiera de ver el beneficio propio inmediato.
Pues resulta que estos tíos, (por llamarlo de alguna forma), ahora son capaces de ver que existe un complot de las empresas para no contratar hasta que se abarate el despido; (despido que por cierto ya se ha abaratado, incluso teniendo en cuenta que el coste global, con los datos globales era completamente irrisorio). ¡Manda huevos!.
O sea que el día menos pensado nos vamos a encontrar que estamos ante un maquiavélico plan por el que llevan no se cuanto tiempo sin contratar por qué se va a pedir que los niños de los consejeros delegados tengan preferencia en los toboganes de las piscinas.
Por lo tanto ni pánico, (más bien miras muy cortas), ni complot para contratar. Lo que ocurre es que entre los políticos, los bancos, los sindicatos y las organizaciones empresariales nos han preparado un entorno, en el que aquel empresario o emprendedor que pretenda crear algo se encontrará con que si no hay clientes no hay negocio; (y luego dirá que se hace todo por apoyarlos), mientras que resulta que si no hay nadie que cree en este país, (por que todo está siendo diseñado para las plusvalías de las cotizadas), resulta que los trabajadores no son necesarios. Y es así de sencillo.
Ya se pueden dejar de explicaciones estratosféricas; Sí aquí lo que no se entiende es cómo sobrevive una empresa que no se dedique a los bienes básicos y cómo sobrevive un trabajador fuera de esta historia. Lo que no se entiende es que sin la clase media no hay nada que hacer y sin pagar sueldos acordes con los precios no hay clase media.
Lo que no se entiende es como nos planteamos que en España sobran empresas, trabajadores y productos, (todo el mundo tiene que recortar, destruir y reducir); cuando en realidad el problema no es de paro. El problema son estos agentes sociales que no están en el paro.