A lo largo del día de hoy, han surgido unas cuantas noticias, a cuenta de las negociaciones para el supuesto rescate de Grecia. En este fregado, han sonado con fuerza los eurobonos, ha sonado la contribución privada, e incluso se han aventurado con un plan Marshall del que nada se sabe.
Sin tener demasiado claro, lo que está ocurriendo y lo que ha ocurrido, si es cierto que ya podemos tomar soluciones. Por un lado, reiterar mi idea de que estamos metidos en un mundo donde todo falla, porque la economía es el gran ausente. Es curioso que lo único que pueda tener un enfoque sobre la economía y por tanto sobre las posibilidades de que finalmente Grecia salga, es aquello del “Plan Marshall”, pero salvo el nombre, no tenemos ni un solo detalle. Por un lado me da esperanzas el hecho de que se haya planteado, pero a la vez me descorazona el hecho de que a nadie se le haya ocurrido preguntar por esto, y por descontado que dicha indefinición sobre ese punto en particular, no ha sido problema alguno para una subida en los mercados financieros.
Lo que sí que parece que está claro es “la contribución del sector privado”, por un importe de 135.000 millones, que ya he comentado que se vende en todos los medios como una pérdida que asumen los bancos, y en muchos medios vendida además como una pérdida para evitar otras pérdidas mayores.
La realidad es que estamos hablando de un pelotazo de proporciones bíblicas, como he justificado en el post de “Grecia y la gran estafa del sacrificio de los bancos obligados a forrarse”. Me gustaría recordar que ahora con los números por delante, tenemos una cuantificación del importe global del pelotazo que van a pegar algunos.
Hay ahora mismo deuda emitida por importe de 135.000 millones, que vale menos de la mitad, (¡es lo que valen estos títulos en el sacrosanto mercado!). Pues teniendo las entidades unos activos que valen el 50% de este valor, (y obteniendo por tanto rentabilidades estratosféricas), se convierten en efectivo por valor de 45.000 millones. El resto de la deuda se dividiría en dos casos, de los cuales en 45.000 se cambiarían por bonos europeos de la máxima calidad, con un descuento del 10% pero con una rentabilidad del 6,19%; mientras que los otros 45.000 se cambiarían por bonos europeos de la máxima calidad. O lo que es lo mismo, todo un pelotazo para las entidades financieras. (las cantidades según cinco días, varían y seguro que no van a ser exactas).
De la misma forma, tenemos que se dota de la posibilidad de facilitar préstamos a Grecia, para que recapitalice sus entidades financieras, (con lo cual seguimos con la misma tónica de la serie rescate en Grecia), mediante el uso del fondo de rescate europeo. De esta forma, lo que se consigue es que la Unión Europea, deje dinero a los países, para que a su vez dejen dinero a los bancos. Se podía pensar que esto se podía hacer vía el Banco Central Europeo, o incluso, ya que estamos, podía la Unión Europea recapitalizar las entidades directamente. Sin embargo este mecanismo tiene una Gran Ventaja. Si los bancos tienen problemas, los distintos países son a partir de ahora más responsables incluido. De esta forma, siempre se puede hablar siempre de aquello de que luego los ciudadanos “no pagan sus deudas”. Lo que no acabo de entender es la novedad, porque en definitiva se trata de conseguir endeudar a todos los ciudadanos de la Unión Europea, para a su vez endeudar a los ciudadanos de los países nacionales, para dotar de fondos para recapitalizar entidades privadas que van a seguir siendo privadas, olvidando después este detalle para recordar en todo momento que las deudas son públicas. Es lo que se hizo en el primer rescate a Grecia, y es lo que se hizo en Islandia.
Otra gran novedad es que ahora se habla abiertamente de los eurobonos, aspecto más que ridículo por que los eurobonos llevan existiendo desde mayo de 2010, desde el punto y hora de que una entidad europea se endeuda para prestar a los países que dejan de ser emisores de deuda. Esto genera inconvenientes y ventajas, (como he expuesto en el post de hace un año), que es facilitar que los estados se puedan endeudar más, a costa de eliminar todas sus posibilidades de actuación, (tanto por la deuda, como por la nueva composición de esta). Hace un par de meses cuando surgió la posibilidad de que Grecia abandonase el euro, desde Alemania ya se encargaron de demostrar esta situación.
Y la última gran novedad es que ahora parece que también se flexibiliza el fondo para que pueda aportar préstamos a países no rescatados, lo cual no deja de ser otro increíble ejercicio de tortura dialéctica, porque todos y cada uno de los rescates que hemos tenido han supuesto intervenciones públicas en los distintos mercados, de tal forma que los distintos países han tenido que tomar toda una serie de medidas a cambio de que se salve a su sector financiero.
Unos rescates han sido hasta ahora oficiales, (porque se prestaba directamente a los países), y otros no han sido oficiales, (porque se intervenía), pero lo curioso es que ahora se plantea que se pueda prestar dinero a Italia y España, para que intervengan de forma preventiva. Y esto es exactamente un rescate que no se llama rescate. ¿o alguien puede explicar la diferencia entre que el fondo europeo de estabilización financiera preste a Grecia a cambio de unas condiciones o preste a España a cambio de estas condiciones?.
Si antes podía existir alguna discusión sobre lo que es rescate o no, (basado en los tecnicismos de si se ha formalizado un préstamo o no), ahora mismo son completamente imposibles de distinguir, a menos que la Unión Europea nos diga lo contrario.
En definitiva, salvo lo del Plan Marshall, lo que tenemos es lo de siempre. Un plan para dar una patada adelante, que va a permitir unos cuantos pelotazos, (que van a ser pagados con un incremento de deuda para todo el mundo), y que va a eliminar todas las posibilidades que tienen los países de salir de esta espiral.
Pero por supuesto, más allá de la nueva nomenclatura, los mensajes engañosos de que “el sector privado contribuye con 135.000 millones”, (como si fuesen donaciones), o de que ahora tenemos un ¡plan definitivo!, la realidad es que tenemos más de lo mismo que siempre, porque al final lo que se buscaba es lo de siempre; el problema de la deuda no es otro que ¡no se pueda incrementar!. Con un poquito de ingeniería financiera y un mucho de dialéctica, se ha logrado pegar un salto adelante.
Y no hemos solucionado ninguno de los problemas, ni los económicos, (ni se los plantea absolutamente nadie), ni desde luego los de diseño de Europa, (y para esto fue muy llamativo entender la actuación de Merkel y Sarkozy reunidos el día anterior y llamando a Trichet a la reunión para diseñar un plan que fue discutido con Deutsche Bank más que con los representantes de los países europeos que pintan muy poco en esta historia). Esto es importante porque alguien tendrá que decidir si somos Europa, o somos un satélite de Alemania y Francia.