“Ni están, ni se le esperan”, ha sido una de las frases más curiosas para comentar los sucesos que están ocurriendo en los mercados financieros en el mes de agosto. En particular se referían a los políticos. No deja de ser curioso que tras tantos años, (inclusive mientras todo se venía abajo), nos encontramos ahora con la petición de que los gobiernos o los bancos centrales hagan algo por evitar las caídas. No deja de ser un poco curiosa esta esquizofrenia de los defensores del libre mercado, y de que este valora correctamente todo, pidiendo ahora otra vez la eliminación de la posibilidad de cortos y reclamando las intervenciones de los políticos. Al final, como en tantas cosas, en esto nos encontramos con la coherencia de un intermitente.
El leiv motiv de la argumentación a lo que está ocurriendo, se basa en la idea de que no hay fundamento ni económico, ni empresarial para la caída, y que lo único que ocurre es que los políticos se han ido de vacaciones. Por supuesto seguimos con la argumentación de que no estamos en el caso de 2008. Este argumento empieza a ser recurrente, porque desde luego las similitudes son aplastantes, (como ya he puesto hace unos meses).
Se nos cuenta que la recuperación se está desacelerando, exactamente igual que dijo nuestro insigne presidente durante mucho tiempo. Lo que no se nos cuenta es que en 2008, lo que no se nos cuenta es que en 2008 veníamos de una situación de burbuja y ahora venimos de una “recuperación asimétrica”, “estadística” o simplemente camelo. La realidad es que los ciudadanos del mundo están hoy peor que en 2008, porque tienen menores ingresos, (los que tengan sueldos, porque un gran número de personas los han perdido), y desde luego la renta disponible es sensiblemente inferior gracias a la combinación de ingresos en caída y gastos necesarios incrementados.
Por supuesto desde 2008, todos los indicadores de consumo de casi todo se han desplomado y lo que se ha vendido como una recuperación, ha sido en realidad un freno de las caídas en determinados momentos, por lo tanto, todos y cada uno de los sectores están en peor situación que en 2008, ya que si la gente consume menos de todo, las empresas venden menos de todo.
En definitiva, más allá de lo que nos marcan los discursos oficiales, cuando en 2008 se hablaba de desaceleración, estábamos en una situación en la que la economía estaba colapsando y ahora mismo cuando hablamos de desaceleración estamos en una situación que está colapsada.
Es cierto que las grandes empresas están algo mejor, pero esta mejoría es en gran parte derivada de los recortes, que en definitiva suponen una mejoría relativa en el momento inicial a cambio de la reducción de la capacidad de generación de beneficios; tan sólo mantenida con toda suerte de ayudas desde los gobiernos para conseguir generar los mismos beneficios con menor actividad.
En resumen, desde el mundo económico y empresarial, la situación es peor que en 2008, bien por situación real consolidada o bien por empeoramiento de expectativas.
Pero la gran diferencia es que lo que ha salvado la situación de 2008, fueron los estados, a través de unos cambios normativos de locura, de unas inyecciones monetarias históricas, avales y todo tipo de instrumentos. Y esta es otra gran diferencia respecto a la situación respecto a 2008.
Si los ciudadanos estamos peor, si las pymes están peor, y si la mejoría en las grandes empresas y entidades financieras viene derivada de ajustar sus capacidades, de vender activos y de reducir y ajustar, los estados están en una situación mucho más dramática, por la sencilla socialización de unas pérdidas brutales.
En consecuencia, la situación dista respecto a la de 2008 en que hoy el hecho de que los países avalen a las entidades financieras, o bien que se dediquen a adquirir “Activos financieros de la máxima calidad”, se antoja mucho más difícil, por la situación económica en la que están los países.
Tanto inyectar dinero, como aprobar normas relativas a la relajación de normas de valoración, como incluso aprobar medidas para que las entidades consigan más beneficios, es hoy algo que está mucho más limitado, por lo que la situación por el lado de las soluciones que se han tomado para sacar a la banca del atolladero en 2008, son hoy muchísimo más limitadas, incluso para los bancos centrales que son los que podrían desarrollar otra lista de QE , pero siempre teniendo en cuenta que simplemente no han servido absolutamente para nada, y a cambio han tenido efectos secundarios devastadores.
Siguiendo con los Bancos Centrales, resulta que tampoco pueden bajar los tipos de interés, (salvo el Banco Central Europeo, que puede bajarlos desde el 1,5 en lugar desde el 4,25, pero que no puede hacerlo para no enviar a freir esparragos el carry trade).
Por lo tanto, estamos en la misma situación de fondo que en 2008, ya que si hemos llegado a 2008, mediante la combinación de sueldos contenidos, más especulación salvaje en todos los productos básicos, más unas políticas monetarias de locos, es completamente normal que exagerando estas medidas, hayamos llegado a una situación en la que las diferencias son que la situación es sustancialmente peor que en dicha fecha.