En estos momentos la discusión sobre la reforma constitucional se está centrando absolutamente sobre la regla del techo de gasto. Es cierto que si bien, es una discusión sobre un aspecto importante, absolutamente todos debemos tener cuenta que es una discusión absurda e inútil.
La trampa en la que estamos cayendo es la discusión sobre el presupuesto del ejercicio 2020, que aunque sea un aspecto importante, no es ni mucho menos urgente. Máxime cuando se anuncia flexibilidad y en el entorno en el que en cuestión de semanas todo cambia. Por otra parte está claro que no hace falta ser economista para saber que no llegamos al 2020 con esta deuda, este déficit, estas condiciones de los mercados y estas decisiones que hemos tomado.
Esta discusión, que baila el juego de la demagogia, (con aquello de lo de ser responsables, o de lo que es necesario para el gasto social y otras zarandajas por el estilo), no es más que la forma de esconder lo realmente grave. Y lo que nos afecta ahora.
La sociedad está recibiendo los mensajes de que tendremos que ajustar algún día, y que la reforma de la constitución es algo futurible, y que en realidad no va a afectar demasiado, vestido de algo lógico. Pero a día de hoy sigue sin existir noticias de la clave de la reforma que es el punto 3 del artículo 135, que entra en vigor inmediatamente y sin excepciones.
Recordemos que ante cualquier problema de deuda, y A PARTIR DE ESTE MOMENTO, el estado no podría hacer ningún tipo de pago absolutamente por ningún concepto y absolutamente a nadie. O sea que, como he explicado el otro día, el estado no podrá pagar ni pensiones, ni nóminas de funcionarios, ni prestaciones, ni el importe de los contratos públicos, ni alquileres de locales, ni absolutamente nada hasta que no cumpla las operaciones de crédito y la deuda pública.
Tenemos que tener en cuenta que estos problemas serían en una situación de cierre de los mercados; Podemos entender que esto no sucederá. Básicamente basándonos en la creencia de que no nos dejarán caer. Sin embargo esta presunción choca frontalmente con lo que está ocurriendo en otros países, que por supuesto tampoco quieren dejar caer. El problema es que en un momento dado se puede plantear la disyuntiva que se ha planteado en Grecia; o salvamos al país o salvamos a los bancos, y la solución fue directamente salvar lo que podamos de los bancos. ¿nos creemos distintos?.
Pero aunque pensemos que no nos van a dejar caer, (por ser demasiado grandes, y porque contemos que podrán salvarnos), evidentemente no podemos olvidar que HOY los mercados están abiertos tan sólo por que el BCE lo mantiene abierto.
Esto significa que aunque no llegásemos a la situación de bloqueo total del país, la realidad es que desde la entrada en vigor de esa modificación constitucional, (repito ahora mismo), estaríamos en manos del Banco Central Europeo. El Banco Central Europeo, los propios bancos tanto nacionales como internacionales, las agencias de rating, fondos de inversión serán tan sólo ejemplos de los agentes económicos que podrán exigir TODO LO QUE LES DE LA REAL GANA, sin que podamos negarnos, (mucho más que ahora).
Si estos agentes piden la instauración del derecho de pernada, ¡habrá derecho de pernada!. Y por supuesto, nada hace pensar que van a comportarse de acuerdo a los intereses generales de los españoles. Lo harán en base a sus intereses particulares, aunque suponga nuestra ruina.
Por tanto inmediatamente después de la reforma, estaremos en la peor posición que se nos pueda ocurrir, con la espada de Damocles encima de la cabeza de una situación que ni tan siquiera podemos imaginar.
No estoy hablando de 2020, sino que estoy hablando de AHORA, y no hay más flexibilidad que el cumplimiento de la constitución. Es cierto que todo el mundo ve que hay muchos artículos que no se cumplen, pero tengamos claro que lo que interese a estos grupos ¡se va a cumplir y exagerado!.
Por esto es importante que todos entendamos que el momento de reaccionar es ¡ahora!. No es dentro de quince días, en que será tarde porque estaremos entregados. No hay más vueltas, ni más aspectos para cada persona que decidir lo que va a hacer estos días.
Soy consciente de que los diputados y senadores están bajo el chantaje actual de los partidos, que a su vez están presos del Banco Central Europeo, que manifiesta que no negocia, sino que envía mensajes. Esconderán su actuación en el discurso, en el slogan, en decir que la reforma no es importante (para negar el referéndum), o que si es importante, (para defender la urgencia), o en lo de proteger el gasto o los argumentos que les de la gana. Pero cada diputado y cada senador ha de saber en realidad lo que piensa. ¡No importa el discurso correcto!. Ha de pensar en España y comprender que no se sale de un chantaje cediendo el poder al chantajista. ¡Sólo empeora!. Cada diputado y cada senador han de entender que no han de ser leales a un candidato o a un partido, sino que por encima de todo son representantes de los ciudadanos y han de ser leales a estos.
Soy consciente de que la prensa sufre el poder económico en sus carnes y trata de no enfocar el problema, de forma que la sociedad no está siendo informada de la clave real de esta reforma. Pero la prensa ha de ser consciente de que si no cumple su papel jamás tendrá sitio. Cada periodista o editor tendrá que tener amplitud de miras, cuando decida sobre que informar o no informar. Se debe a su lector y es su razón de ser. No es una frase hecha, sino que es una realidad que se acaba imponiendo siempre.
Soy consciente de que todas las personas con cierto poder en este país, están presas de algo y que no es sencillo decir ¡BASTA!.
Pero también soy consciente de algo muy importante: El hecho de que esta reforma salga adelante o no será clave para el país. Y en estos días, habrá personas que actúen pensando en los ciudadanos y en este país, y habrá personas que no.
Soy consciente de que estas dos semanas marcarán la historia de España. ¡Cada persona debe elegir en qué lugar quiere aparecer!. Y si quieren lanzar proclamas y discursos, háganlo; pero todo el mundo deberá ser consciente de que la realidad se acabará imponiendo por encima de los discursos.
Hoy es el momento de tomar partido y elegir.