A lo largo de estas semanas, he estado muy centrado intentando hacer lo que pudiese para evitar el gran error que supone la prioridad absoluta de pago en el reformazo. El viernes acaba el plazo para que el 10% de los diputados o senadores, soliciten un referéndum sobre tal reforma.
A estas alturas, no tengo ni idea de que es lo que va a pasar, pero aún mantengo la esperanza de que exista un mínimo de sentido común. A lo largo de estas semanas he tratado de ir exponiendo que esta reforma es muy perjudicial para los intereses de los españoles, y su aprobación nos llevaría a una situación que difícilmente podamos imaginar como más perjudicial.
Sé que España, nunca ha dejado de pagar los intereses y amortización de la deuda, al igual que muchos otros países, pero no estamos en un momento normal. Estamos actualmente en la peor de las situaciones que podamos imaginar. En medio de una crisis financiera mundial, que se concentra ahora en las cuentas de los países, que a su vez están avalando con cantidades estratosféricas a otras entidades o países en claro riesgo de suspensión de pagos, sin la posibilidad de realizar una política monetaria y sin apenas posibilidades de usar política fiscal.
No se me ocurre peor momento para aprobar esta medida, que inmediatamente nos pone en manos de quien se supone que combatimos, y que en cuestión de pocos días puede suponer un drama económico difícil de estimar.
Por supuesto que saldremos de esta, incluso con esta norma, pero los problemas y las pérdidas que nos podemos encontrar son enormes y para todos. Que el estado se ate de pies y manos en un contexto de cierre de mercado, supone la mayor locura que nos podemos imaginar y afectará a todo el mundo. A unos con pérdidas irreversibles y a otros con situaciones dramáticas.
Si el estado no puede pagar lo que debe a pensionistas, empleados públicos, perceptores de prestaciones, empresas que han realizado infraestructuras, o incluso los servicios básicos, supondrá un volumen de quiebras generalizadas que nos pondrá en una situación en la que las victimas y las pérdidas serán exponenciales.
A lo largo de estas semanas he tratado además de exponer los catalizadores que podrían desencadenar esta situación, (aparte de un obvio cierre de mercados), que he identificado como el compromiso indeterminado de recapitalizar las entidades de crédito, los avales prestados a estas y a otros países y la caída del valor del euro. Me gustaría señalar que la semana pasada, todas estas causas ya se han mostrado con especial virulencia, y que no hay, a día de hoy, ninguna solución a ningunas de las causas.
Lamentablemente a lo largo de estas semanas, no se ha discutido en absoluto sobre este punto, y desde todos los ámbitos se ha obviado esta discusión. Algunas personas están de acuerdo, otras no se han enterado, (a veces porque no les interesa, y en ocasiones porque simplemente no la han conocido).
Pues uno de los últimos cartuchos que me quedaban, ha sido tratar de generar un documento para tratar de distribuir. Por supuesto es un documento basado en los post de esta temporada, redactado a toda prisa y corriendo, dada la premura de tiempo. Pido perdón por la calidad, tanto estética como desde cualquier otro parámetro que se ocurra, pero se comprenderá que dados los recursos y el tiempo disponible no había demasiada posibilidad.
En todo caso, decir que el disclaimer de cualquier publicación, en este caso varía y me gustaría expresarlo de la siguiente forma:
“Se ruega expresamente la reproducción total o parcial del presente documento, así como su máxima difusión”.