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El Inesperado Rescate: Cómo Microsoft evitó la quiebra de Apple en los años 90

 
En 1997, Apple, la empresa que hoy lidera la industria tecnológica con productos icónicos como el iPhone, estaba al borde de la bancarrota. Con pérdidas millonarias, una cuota de mercado en declive y una serie de decisiones estratégicas fallidas, el futuro de la compañía fundada por Steve Jobs y Steve Wozniak parecía condenado. Sin embargo, en un giro inesperado, su eterno rival, Microsoft, liderado por Bill Gates, extendió una mano para salvarla con una inversión crucial de 150 millones de dólares. Este episodio, uno de los más sorprendentes en la historia de la tecnología, no solo cambió el destino de Apple, sino que también redefinió la relación entre dos gigantes de la industria. A continuación, exploramos cómo y por qué ocurrió este rescate histórico. 

El Contexto: Apple al borde del abismo 

A mediados de los años 90, Apple atravesaba una crisis sin precedentes. Tras el éxito inicial de los ordenadores Macintosh en los años 80, la empresa perdió terreno frente a los PC con Windows, que ofrecían precios más competitivos y un ecosistema más amplio. Las ventas de Apple cayeron de 11,000 millones de dólares en 1995 a 7,000 millones en 1997, y las pérdidas acumuladas superaban los 1,000 millones de dólares en un solo año. Productos como el Newton, un asistente digital adelantado a su tiempo, no lograron conectar con el mercado, y un catálogo inflado de productos sin foco diluyó los recursos de la compañía. 

La salida de Steve Jobs en 1985, tras disputas internas, había dejado a Apple sin su visionario principal. Los CEOs posteriores, como John Sculley, Michael Spindler y Gil Amelio, tomaron decisiones que agravaron la situación, desde lanzar productos mal comercializados hasta licenciar el sistema operativo macOS para ordenadores no Apple, una estrategia que confundió a los consumidores. En 1996, con solo 90 días de liquidez según algunas estimaciones, Apple estaba al borde del colapso. 

El regreso de Jobs en 1997, tras la adquisición de su empresa NeXT por parte de Apple, marcó un punto de inflexión. Sin embargo, el tiempo apremiaba, y Jobs necesitaba recursos inmediatos para estabilizar la compañía. Fue entonces cuando tomó una decisión audaz: aliarse con Microsoft, su mayor competidor. 

El Acuerdo Histórico: 150 millones y una Nueva Era 

El 6 de agosto de 1997, durante la conferencia Macworld en Boston, Steve Jobs subió al escenario para anunciar un acuerdo que conmocionó a la audiencia. En una pantalla gigante apareció Bill Gates, quien detalló los términos de una alianza estratégica entre Microsoft y Apple. La reacción del público fue de incredulidad, con abucheos resonando en el auditorio. Para los fans de Apple, que veían a Microsoft como el enemigo, esta colaboración era casi una traición. Jobs, sin embargo, mantuvo la calma y pronunció una frase que resumió su pragmatismo: “Tenemos que dejar de pensar que para que Apple gane, Microsoft tiene que perder”. 

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El acuerdo incluía varios puntos clave: 

Inversión de 150 millones de dólares: Microsoft compró acciones preferentes de Apple sin derecho a voto, comprometiéndose a mantenerlas por al menos tres años. Esta inyección de capital, aunque modesta frente a las pérdidas de Apple, proporcionó liquidez inmediata y envió una señal de confianza a los inversores

Compromiso con Microsoft Office: Microsoft aseguró el desarrollo y soporte de Office para Mac durante cinco años, un elemento crítico para mantener la relevancia de los ordenadores Macintosh en el ámbito empresarial.

Internet Explorer como navegador predeterminado: Apple acordó establecer Internet Explorer como el navegador por defecto en sus sistemas, en detrimento de Netscape, lo que benefició a Microsoft en su batalla por el mercado de navegadores.

Licencias cruzadas de patentes: Ambas compañías firmaron un acuerdo para compartir patentes, poniendo fin a disputas legales, como las relacionadas con supuestas infracciones de Microsoft sobre tecnologías de Apple.

Colaboración en Java: Las empresas trabajaron juntas en compatibilidad con Java, fortaleciendo el ecosistema de desarrollo para Mac.

Aunque los 150 millones de dólares no cubrían las pérdidas masivas de Apple (que incluían 160 millones solo en ese trimestre), el impacto simbólico fue enorme. La inversión de Microsoft legitimó a Apple ante los mercados y le dio a Jobs el tiempo necesario para reestructurar la compañía.

¿Por qué Microsoft ayudó a Apple? 

La decisión de Microsoft no fue un acto de altruismo, sino una jugada estratégica con múltiples motivaciones: 

Evitar acusaciones de monopolio: En los años 90, Microsoft dominaba el mercado de sistemas operativos con una cuota cercana al 90%. El Departamento de Justicia de Estados Unidos investigaba a la compañía por prácticas monopolísticas, especialmente tras una demanda de Netscape que acusaba a Microsoft de usar Windows para favorecer Internet Explorer. Al invertir en Apple, Microsoft demostraba que apoyaba a sus competidores, debilitando los argumentos en su contra y evitando potenciales sanciones que podrían haber incluido la división de la empresa.

Interdependencia del ecosistema: Microsoft se beneficiaba de la existencia de Apple. Productos como Microsoft Office para Mac generaban ingresos significativos, y la desaparición de Apple habría reducido el mercado para estos productos. Además, mantener a Apple como competidor ayudaba a Microsoft a justificar su posición en un mercado “competitivo”.

Resolución de disputas legales: Apple había demandado a Microsoft en 1994 por presuntas violaciones de patentes relacionadas con el sistema operativo Macintosh. El acuerdo de 1997 incluyó la retirada de estas demandas, eliminando un riesgo legal para Microsoft.

Apple seguía siendo un importante cliente para Microsoft, ya que utilizaba software de Microsoft como Office en sus plataformas. La quiebra de Apple habría significado la pérdida de este mercado para Microsoft. Además, una Apple revitalizada podría impulsar la innovación en la industria y, a largo plazo, beneficiar a todos los actores del sector tecnológico.
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Para Bill Gates, salvar a Apple era una forma de proteger los intereses de Microsoft mientras proyectaba una imagen de cooperación en un momento crítico.

El Impacto: de la quiebra a la cima 

El acuerdo de 1997 no solo salvó a Apple de la quiebra, sino que marcó el inicio de su resurgimiento. Con el capital y el tiempo ganados, Steve Jobs implementó una serie de cambios radicales: 

  • Simplificación del catálogo: Jobs redujo el portafolio de Apple de 40 productos a unos pocos, enfocándose en calidad sobre cantidad.
  • Lanzamiento del iMac G3: En 1998, Apple presentó el iMac G3, un ordenador con un diseño innovador que revitalizó la marca y atrajo a nuevos consumidores.
  • Innovaciones futuras: La estabilidad financiera permitió a Apple desarrollar productos revolucionarios como el iPod (2001), el iPhone (2007) y el iPad (2010), que transformaron la industria tecnológica.

En resumen, con el liderazgo de Steve Jobs, Apple se embarcó en una transformación radical, simplificando su línea de productos, invirtiendo en diseño e innovación, y lanzando productos revolucionarios como el iMac, el iPod, el iPhone y el iPad, que la catapultaron de nuevo a la cima de la industria tecnológica. Microsoft, por su parte, se benefició inicialmente de la inversión. Las acciones preferentes se convirtieron en comunes, y en 2003, Microsoft vendió su participación por aproximadamente 350 millones de dólares, obteniendo una rentabilidad del 260%. Sin embargo, esta decisión fue un error estratégico: si Microsoft hubiera mantenido las acciones, su valor en 2025 habría superado los 79,500 millones de dólares, según algunas estimaciones.

Valoración personal

Visto con perspectiva, creo que Bill Gates hoy estaría arrepentido de haber ayudado a una empresa que, con el tiempo, ha superado a Microsoft en capitalización bursátil. Lo ideal hubiera sido haberla comprado, algo que seguro le pasó por la cabeza pero no pudo hacer por la investigación gubernamental antimonopolio. Hubiera sido contraproducente. Pero seguramente Microsoft, de saber la exitosa evolución de Apple durante estas décadas, habría puesto otras condiciones y, sobre todo, no hubiera vendido tan pronto las acciones que compró, más cuando no necesitaba esa liquidez, dada su buena situación financiera.

En cualquier caso, queda para la Historia y es un recordatorio de que, en los negocios, las rivalidades no siempre son destructivas. La inversión de 150 millones de dólares no solo salvó a Apple, sino que permitió a Microsoft sortear desafíos legales y mantener un ecosistema tecnológico diverso. Para Steve Jobs, aceptar la ayuda de su rival fue un acto de humildad estratégica que priorizó la supervivencia de Apple sobre el orgullo. Y es evidente que el “rescate” beneficio más a Apple que a Microsoft.

Hoy, Apple es la empresa más valiosa del mundo, con una capitalización de mercado cercana a los 3 billones de dólares, mientras que Microsoft sigue siendo un titán en software y servicios en la nube. La colaboración de 1997 demostró que, en momentos críticos, la cooperación entre competidores puede generar beneficios mutuos y transformar industrias enteras.

¿Vosotros qué opináis, hizo bien Bill Gates ayudando a Apple? 

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