Ese coste se compone de dos partes: las comisiones y el deslizamiento.
El coste de las comisiones es fácilmente calculable. Vamos a suponer que compramos acciones por valor de 4.000 euros. Nuestro broker nos cargará una comisión de compra que podría ser de un 0,15% sobre el efectivo negociado (6 euros) y la Bolsa nos cobrará un canon de 5,13 euros por esa operación. En total son 11,13 euros, que suponen un 0,28% de nuestra inversión. No debemos olvidar que, cuando queramos vender las acciones, tendremos que pagar de nuevo esas comisiones, así que, del beneficio de nuestra operación, habrá que restar un 0,56% del capital invertido, con el que se quedarán los intermediarios. Si el precio de venta es muy diferente al de compra, ese porcentaje variará algo, pero no será demasiado diferente.
El otro coste, el deslizamiento (slippage), es más difícil de calcular. Es la diferencia entre el mejor precio de compra y el mejor precio de venta en un valor.
Imaginemos que queremos comprar acciones de Abengoa. En el libro de órdenes de la Bolsa, la mejor posición de compra está en 20,32 euros y la mejor posición de venta en 20,36. Eso quiere decir que hay una diferencia de 0,04 euros (que supone un 0,2% sobre el precio). Si queremos comprar, podríamos poner un precio de compra, por ejemplo 20,32, y esperar a que alguien venda a ese precio. Pero, si alguien vende, primero comprarán aquellos que hayan introducido las órdenes de compra, al mismo precio, antes que nosotros, hasta que nos toque el turno. Puede ser que nadie venda a ese precio, que la cotización comience a subir y nuestra orden se quede sin ejecutar. Para garantizar que esto no ocurre, ante esa situación, podríamos introducir la orden a 20,36 (o bien a mercado, o por lo mejor), y así compraremos las acciones sin esperas y sin incertidumbres, aunque las habremos pagado un 0,2% más caras.
Si se invierte a largo plazo, es un porcentaje casi despreciable, pero, operando a corto, con sistemas o indicadores que nos den señales de compra o venta, o bien con stop loss, no podemos arriesgarnos a que nuestra orden no se ejecute, por lo que deberemos darla siempre a mercado, barriendo las posiciones contrarias. Si metemos una orden a la espera, tal vez la cotización se nos escape y perdamos nuestra oportunidad.
Pero, si introducimos la orden para comprar al precio que nos venden, siempre compraremos más caro y venderemos más barato que si esperamos. Esa diferencia es el deslizamiento.
Hasta aquí nada nuevo. Pero, ¿Cuánto puede suponer esa diferencia en el mercado real? He hecho un sencillo estudio para conocer cuanto puede costar este deslizamiento en la práctica, operando en la bolsa española.
El resultado: nada más y nada menos que un 0,73%. Es decir, casi el triple de las comisiones de compra. Y, por supuesto, al deshacer la posición, habrá que asumir nuevas comisiones y nuevos deslizamientos. Una operativa que trabaje con todas las acciones del mercado continuo, persiga la tendencia y salga mediante stop loss perderá, en promedio, entre la compra y la venta, un 2% en cada operación, entre comisiones y deslizamientos.
El dato es para no olvidarlo. Si operamos a corto, tenemos que estar muy, muy seguros de lo que estamos haciendo. Si no, los brokers y los creadores de mercado se quedarán con buena parte de nuestro dinero.
El deslizamiento puede evitarse dando las órdenes para que se ejecuten en la subasta de apertura, o bien fijando un precio y esperando pacientemente a que la cotización lo alcance. Ni una cosa ni otra se adaptan demasiado a muchos estilos de operativa a corto plazo, así que, a la vista de los datos, el que quiera sacar partido al intradía sin hacer frente a un coste tan desproporcionado, que busque mercados más líquidos.
En esta lista de valores, al estar todos, hay muchos pequeños y poco líquidos, en los que la diferencia entre posiciones es brutal. Muchos superan el 2% y alguno llega hasta el 6%. Si, en vez de la media, calculamos la mediana, el deslizamiento medio quedaría reducido a un 0,31%, bastane menos, que no impide que, cada vez que entramos y salimos, perdamos más de un 1%.
Si no tenemos en cuenta los pequeños y sólo consideramos los valores del Ibex 35, el resultado es bastante más favorable:
Casi cinco veces menos que para el conjunto del mercado, aunque equivalente a la comisión de compra del broker. Aquí, la suma de comisiones y deslizamientos en la compra y en la venta suman un 0,86%, lejos del 2% que nos salía para el promedio del mercado pero sigue siendo una cantidad respetable.
En resumen:
- Si se opera a corto, que sea en mercados muy líquidos y vigilando de cerca las comisiones.
- Si se compran valores pequeños, el corto plazo puede ser ruinoso, a no ser que tengamos perfectamente claro lo que estamos haciendo.