Aprovechando unos cuantos gráficos publicados por Calculated Risk, voy a darle un repaso a la situación actual del consumo en EEUU.
Ya he comentado en post anteriores que, de momento, el empleo no se está recuperando demasiado (en este post), el precio de la vivienda tampoco (en éste y también en éste), el sistema bancario sigue registrando bastantes quiebras (en éste), el déficit de la balanza comercial se mantiene alto (en éste), el número de personas que piden ayuda para comida no deja de crecer (aquí), el crecimiento del PIB se debe sobre todo al enorme déficit público (aquí) y que la FED ya posee más deuda pública que China (aquí). Sin embargo, como la liquidez no deja de crecer (lo comento aquí), las bolsas siguen subiendo y la economía crece a buen ritmo. Pero, ¿Cómo está actuando el consumidor americano ante este desbarajuste? Vamos a verlo en unos pocos gráficos.
Aquí puede verse que las ventas minoristas han recuperado los niveles previos a la crisis.
En el siguiente puede verse la contratación de vacaciones. Se comparan los últmos tres meses de cada año y, tras el bajón de 2008 y 2009, en 2010 se están recuperando niveles previos a la crisis.
En el siguiente puden verse los kilómetros conducidos por carreteras americanas. Tras una ligera disminución durante la recesión, vuelven a crecer y de nuevo se acercan a máximos.
En el siguiente puden verse las ventas de vehículos ligeros. Éstas sí que se resintieron de forma importante durante la crisis, y están lejos de alcanzar los niveles previos a la recesión.
En el siguiente pueden verse los créditos al consumo concedidos en aquel país. Los créditos revolving son créditos renovables automáticamente, no tienen un plazo de amortización definido y pueden devolverse cuando el deudor lo crea conveniente (normalmente son créditos asociados a tarjetas de crédito). Los "nonrevolving" son préstamos al consumo típicos, que hay que devolver en el plazo establecido. Mientras los revolving han registrado un descenso notable, los otros apenas han disminuido, y ya comienzan a aumentar de nuevo. La explicación parece sencilla. Los créditos conseguidos mediante tarjeta de crédito suelen tener un tipo de interés mayor que los otros, pero se conceden con mayor facilidad, por lo que, quienes hacen un mayor uso de préstamos asociados a las tarjetas son los que tienen menos dinero, lo necesitan con urgencia o son poco previsores. Muchos de estos "viva la virgen" han debido perderlo todo (casa, empleo,...) con el estallido de la burbuja, por lo ya no siguen "tirando de tarjeta" tan alegremente como antes.
Parece que la sociedad americana no se ha asustado demasiado de la crisis y, a pesar del elevado desempleo, de las muchas amenazas que siguen planeando sobre su economía y de lo insostenible que parece un modelo tan basado en el endeudamiento, siguen gastando con la misma alegría que siempre, sobre todo en aquellos productos que suelen pagarse al contado (compras al por menor, viajes,..). En cambio, los productos que normalmente se compran a crédito (coches, por ejemplo) han visto su demanda bastante reducida, lo que parece motivado porque ahora se conceden menos créditos al consumo.
En resumen, la mentalidad americana no ha cambiado mucho: dinero que consiguen, dinero que se gastan.