Los cuatro países mediterráneos de la UE, dos de ellos rescatados y los otros dos cercanos o muy cercanos al rescate, tienen en común la sobredimensión del sector financiero (bancarizado), constructor (obra pública) y energético, todos ellos sectores muy interrelacionados con los gobiernos, no manufactureros, con fuertes lobbys empresariales, de consumo masivo, considerados como estratégicos, con barreras de entrada, sujetos a subvenciones o ayudas públicas y con un complejo entramado de intereses y participaciones cruzadas.
El sector bancario participó notablemente en la financiación de la actividad constuctora, así como en la toma de participaciones empresariales tanto en estas empresas como en energéticas. Al mismo tiempo las constructoras entraron de lleno en el accionariado de muchas compañías energéticas y desarrollaron su propia división de negocio en esta área.
En el caso de España destacan las importantes participaciones de constructoras en empresas energéticas (ACS en Iberdrola, Sacyr en Repsol, Acciona en energías renovables y en el pasado en Endesa), así como las significativas participaciones de bancos y cajas en constructoras/inmobiliarias y en energéticas (Santander en Metrovacesa y anteriormente en Cepsa, BBVA en Metrovacesa, Caixabank en Repsol, Colonial, Gas Natural y Abertis, Sabadell en Fersa y Metrovacesa, Popular en Colonial y Metrovacesa y Banca March en ACS) más las participaciones de las antiguas cajas ahora reconvertidas en bancos o absorbidas en Iberdrola, Enagas, Realia, Mapfre, BME, Petronor, Martinsa Fadesa, Grupo San José, etc.
La sobredimensión de estos sectores más el control de clanes familiares de grandes compañías que no cotizan en bolsa porque no quieren perder el control ni quieren estar expuestas al escrutinio externo, es decir, a la incomodidad de estar sometidos al control diario del mercado, además de una cultura cooperativa bastante extendida y la no privatización de algunas grandes empresas públicas dan como resultado un IBEX 35 donde los tres sectores anteriormente mencionadas están muy sobredimensionados y representan casi el 70% del total del índice (68,57% para ser más exactos). De las grandes empresas anteriormente comentadas que no cotizan en bolsa algunas podrían estar en el IBEX como El Corte Inglés, Mercadona, Corporación Mondragón, Correos, Loterías y Apuestas del Estado, Renfe, Globalia, Cofares, Celsa o Mango, entre otras.
En Portugal el porcentaje de empresas del PSI 20 (principal índice bursátil portugués) que pertenecen a esos tres sectores representan el 60%, en Italia el 52,5% de las empresas del FTSE MIB y en Grecia el 70% de las empresas del FTSE ATHEX20.
Sin embargo, en los países que no pertenecen a la Europa del Sur el porcentaje de empresas que se dedican a los tres sectores anteriormente citados es sensiblemente inferior:
Alemania: 30% de las empresas del DAX 30
Francia: 32,5% de las empresas del CAC 40.
Reino Unido: 33% de las empresas del FTSE 100
Bélgica: 25% de las empresas del BEL 20
Holanda: 28% de las empresas del AEX 25
Finlandia: 28% del OMX-H
Suecia: 20% del OMX-S
Dinamarca: 30% del OMX-C
La única excepción es Austria con el 55%
Fuera de la UE:
Estados Unidos: 23,3% de las empresas del Dow Jones.
Japón: 18,6% de las empresas del Nikkei.
Así, nos encontramos que sectores muy importantes no tienen presencia en el IBEX y en algunos casos ni en el mercado continuo: automoción, aeroespacial, retail, productos para el cuidado personal y de limpieza del hogar, artículos/moda de lujo, biotecnología, maquinaria industrial, transporte/distribución/servicios de correo, publicidad, minería, ingeniería industrial especializada en nichos de mercado (control de fluidos, actuadores para válvulas, sensores, sistemas de automomatización industrial, etc), electrodomésticos, bebidas, óptica, editoriales, entre otros.