Hay dos tipos de personas en el mundo: los que han visto el título del artículo y han clicado como posesos antes de seguir respirando; y los que han entrado porque no tenían nada mejor que hacer en estos días festivos o, peor aún, han entrado sin saber a qué se refiere el título.
La verdadera lotería de Navidad
Obviamente si yo no hubiera escrito esto, estaría, como dijo Courtois sobre estar en el Real Madrid, “en el lado bueno de la historia”. Es decir en el primer grupo.
Me gusta discutir, confrontar puntos de vista, entender la visión del que tengo enfrente y obtener aprendizajes. Me encanta que haya opiniones distintas… menos cuando se debe responder a cuál es la mejor serie de televisión de la historia.
Lost (si eres del primer grupo es Lost, no Perdidos) es la serie que nos cambió para siempre. Los números, la Iniciativa Dharma, los osos polares, el Humo Negro, la escotilla, Desmond Hume y su escena con Penelope al teléfono…
Tampoco discutiré sobre cuál es la mejor escena de la historia de la televisión
Hay tantos momentos a lo largo de la serie, tanta simbología, tantos personajes y todo tan bien trabajado y conectado que, para los del primer grupo, el final de la serie es casi lo de menos. Te pudo parecer una genialidad, un buen final, un final mediocre o un bodrio (aquí la opinión está más repartida entre los del primer grupo). Pero, a todos nosotros, casi que nos dio igual porque lo importante fue el camino.
Pero qué cojones…
En cambio, los del segundo grupo, si es que han visto la serie (obviamente no completa), dirán que el final es un desastre, que es una historia sin sentido y que los del primer grupo somos unos frikis.
Bendito frikismo
Bien, el caso es que es una confrontación que me ha venido a la mente en esta época tan especial, donde reina una religión indestructible y cada vez más extendida: el cuñadismo. Ya dijimos la semana pasada que los encuentros navideños son un mal que vuelve a ser inevitable hasta la próxima pandemia. Y eso implica que en esos encuentros salgan las conversaciones sobre inversión, las loterías y la discusión sobre si es todo un juego de azar y suerte o es más una ciencia (o, como diría Alex Estebaranz, un arte).
Aquí hay también dos grupos. En el primer grupo estamos (creo que aquí si están todos los que leen esto) los que creemos que meterse en el mundo de la inversión es una de las mejores cosas que ha podido pasarnos… más allá del resultado final. Lo importante es el camino, disfrutar el paso a paso, ver como lo nuevo que vas descubriendo se relaciona con lo que ya sabes.
Luego está el segundo grupo, el que nos dice que eso de invertir es una patraña y que para eso mejor irse a un casino. Que donde vamos diciendo que la inmensa cantidad de dinero gastada en Lotería de Navidad implica una gran falta de educación financiera cuando, según palabras de tu cuñado, “la Bolsa es perder un 20% de tus ahorros como este año”.
Eso último no lo puedes rebatir porque es el resultado de 2022 para muchos inversores (algunos mejor pero otros incluso con peores cifras), igual que tampoco se puede rebatir que el final de Lost no fue lo mejor de la serie.
Pero… qué más da? Lo importante es el camino, lo importante es disfrutar del momento e ir aprendiendo de los momentos buenos y de los momentos no tan buenos. Nada es perfecto o todos seríamos ricos. No vamos a tener un +40% cada año. Pero todos los del primer grupo sabemos que “estamos en el lado bueno de la historia”. Y los del segundo grupo se irán sumando a nuestro barco. Porque al fin y al cabo, la verdad es solo una: Lost es la mejor serie de la historia.
