Previously on ‘La Guía del Novato’…
Empezaré el primer capítulo ‘normal’ de la Guía del Novato con una premisa que he cumplido desde el primer día que empecé a invertir: no te fíes de nadie. Puede parecer contraintuitivo en una guía de inversión pero es la norma de oro: no hagas nada porque otro te lo diga, ni yo mismo.

Hay muchísimos estilos de inversión y muchas formas de intentar rentabilizar tus ahorros. Solo hace falta bucear un poco por Google o X (en 2040 ya nadie le dirá Twitter).
Para empezar, ninguna es perfecta, no hay estilo de inversión sin riesgo ni fallo. Todas tienen sus cosas buenas y todas tienen su letra pequeña que tienes que saber. Tener el dinero en el banco, que también es una forma de invertir tu dinero, tiene sus cosas buenas (dinero supuestamente seguro) y su letra pequeña (la inflación se lo comerá).
En esta guía encontrarás una mezcla de unos cuantos estilos de inversión que he ido conociendo con el paso de los años: análisis fundamental, análisis técnico, análisis macro, inversión por momentum, etc.
De todos ellos he intentado aprovechar sus cosas buenas y minimizar sus debilidades. O más bien, cubrirlas con cosas buenas de otro estilo de inversión.
Ha sido como inventarme un plato mezclando ingredientes de orígenes distintos y viendo qué va saliendo y si mejora lo anterior. Empecé con un plato insípido, luego le cambié algunos ingredientes, luego le busqué unos buenos condimentos y así fui llegando poco a poco a donde estoy hoy.

La clave ha sido el aprendizaje… y probar. Me empecé formando en Análisis Fundamental (ya hablaremos de ello) pero también escuché al mesías del Análisis Técnico. Para qué? Pues básicamente para saber qué es lo que no me estaba diciendo el mesías del análisis fundamental. Y al revés hice lo mismo: escuché al técnico y me fui al fundamental a que me dijera la otra versión de la historia. Y con eso me fui montando mi película.
Y probé, probé y probé. Porque probando se aprende. Está muy bien (y es imprescindible) usar cuentas demo… para aprender a operar. Porque no hay peor cosa que tener claro lo que quieres hacer y no saber los pasos para hacerlo. Tienes que probarlo mil veces hasta que te salga sin pensar.
Una vez tengas eso claro… pasa a invertir con dinero real. Cantidades pequeñas porque estás aprendiendo y el mercado es traicionero… pero con dinero real. Que te joda perderlo. Así te fuerzas a seguir aprendiendo, a aplicar la gestión del riesgo (habrá capítulo específico de esto porque es la clave de todo) y a operar con toda la conciencia posible. Con dinero real es mucho más difícil que te tomes esto como un casino. Si lo tomas como un plan de pensiones que seguramente no tengas cuando te jubiles, estarás el buen camino. Inviertas como inviertas.