Como suele ocurrir, publico un post sobre un error en una subasta de la Seguridad Social y me empiezan a llover mails de lectores afectados por otros errores más o menos similares, entre los que destaco el siguiente:
Hola Tristán: te cuento la que tengo liada por unos errores gravísimos de la tesorería (y empresa tasadora de la TGSS) en el año 2009 hay una subasta en la que yo para identificar el bien tengo dificultades pues había errores en la referencia catastral ya que faltaba un 3 en ella, voy a la URE correspondiente y me dan la correcta y además me dan fotografías echas por SEGIPSA empresa tasadora del bien yo voy a corroborar esas fotos in situ con la calle y numero que dicen en la subasta y efectivamente es una casa con piscina y pozo, ahora viene lo bueno, compro en subasta el bien y ahora descubrimos que ese no es el bien subastado sino una nave , ha habido un error en la tasación y han valorado otro bien por lo que entiendo debería retrotraerse las actuaciones y devolvernos el dinero mas todos los gastos derivados de esa adjudicación. Un saludo cordial.
Para suerte del afectado, la subasta no se ha celebrado en un juzgado, donde no entienden muy bien la idea del "servicio al ciudadano" y donde nunca quieren saber nada de las consecuencias de sus errores, mientras que las sufran otros.
Hay bastantes posibilidades de que la Seguridad Social asuma el error. Aunque seguramente haya que ayudarla un poquito a darse cuenta.
Por cierto, esta historia me ha recordado aquella ocasión en que todos los subasteros creyeron al tasador, que se había equivocado y había tasado una parcela vacía, de la que aportaba fotos, mientras que yo visité la parcela y averigüé que la que salía realmente a subasta era la parcela situada tres o cuatro números más allá, situación creada por haber habido un cambio en la numeración de la calle y porque los demandados no hicieron declaración de obra nueva cuando construyeron el chalet.
Como la tasación era demasiado elevada para una parcela vacía, nadie acudió a la subasta pensando en hacerlo en la tercera licitación, dos meses después. Naturalmente esto ocurrió en los noventa, estando vigente la Ley anterior. Así que me llevé la gratísima sorpresa de estar solo.