Últimamente están saliendo en libertad muchos hijoputas a quienes se debería haber dado garrote hace más de veinte años y que lo esquivaron porque en Europa hay mucho tontaina que confunde la democracia con la abolición de la pena de muerte y que olvidan que la mayor democracia de la Historia contempla la pena de muerte en su legislación y la practica sin rubor y que países tan demócratas como Inglaterra y Francia también la aplicaron hasta antes de ayer. De hecho, las verdaderas democracias deberían legislarla si de verdad respetaran la voluntad popular.
Ojo, que no me estoy quejando de que el gobierno español esté siguiendo la hoja de ruta acordada entre zapatero y la ETA hace unos años. Supongo que tal acuerdo era la única forma de parar la sangría y por mucho que me compadezca de los familiares de las víctimas, víctimas también ellos mismos, por mucho que me compadezca, digo, me alegro mucho más por las futuras víctimas que ya no lo serán gracias al acuerdo y al escrupuloso cumplimiento de la hoja de ruta.
Supongo que los sobrevivientes del Holocausto o de los bombardeos de Londres o de las masacres de la población civil rusa también hubieran preferido que no se hubiese firmado armisticio alguno en 1945 y que las tropas aliadas hubieran continuado la guerra hasta el completo exterminio alemán. Sin embargo no solo se firmó la paz sino que unos años más tarde Francia y Alemania pusieron los cimientos de lo que ahora conocemos como Unión Europea.
Y al igual que a los familiares de las víctimas de la Guerra mundial no les haría ninguna gracia la firma de la paz con los alemanes, ahora a los familiares de las víctimas de ETA y a la mayoría más sana de los españoles nos duele el alma de ver salir a los asesinos para vivir en libertad el resto de su vida.
Y la hoja de ruta no ha terminado. Todavía nos espera lo peor, lo más doloroso.
El siguiente paso le toca darlo a ETA, que supongo que en breve entregará las armas.
Luego le volverá a tocar al gobierno español, que acercará los presos etarras a las cárceles del País Vasco.
Luego ETA anunciará su disolución.
Luego este gobierno o el siguiente, sea del color que sea, transferirá al País Vasco las competencias en materia penitenciaria.
Y finalmente el gobierno vasco les otorgará el tercer grado y el gobierno español sedará nuestro dolor con el cuento de que no ha sido cosa suya sino del gobierno vasco que será quien tenga la competencia y que la Ley es la Ley y que hay que cumplirla y blablablá.
Aún así, a pesar de saber lo que está pasando y lo que aún nos espera, no puedo reprocharle a los gobiernos de España que hayan pensado más en los vivos que en los muertos y que, de ese modo, hayan acordado y estén llevando a cabo la hoja de ruta pactada con ETA hace unos años.
SIN EMBARGO, lo que sí les reprocho es la hipocresía con que lo están llevando a cabo, tratándonos a todos los españoles como a menores de edad y que en vez de explicarnos las cosas tan claras como yo las acabo de explicar nos estén vendiendo la milonga de la ineludibilidad de la sentencia de Estrasburgo y del final de la doctrina Parot, con la nefasta consecuencia de que junto a los asesinos etarras están saliendo a la calle otros torturadores y asesinos de niños como el torturador y asesino de Olga Sangrador o el también torturador y asesino de las tres niñas de Alcasser, cuyo informe forense se ocultó a la opinión pública para evitarnos el dolor que nos produciría conocer la vileza con que se las torturó.
Y como estos dos, muchos más que pronto estarán merodeando en las calles buscando su oportunidad y cuyas futuras víctimas podrán decir que lo van a ser solo por la hipocresía de un gobierno que nos toma a todos por tontos.
Lo que pasa es que aquí hay mucho hijoputa suelto.