Ya estamos en 2020 y la defensa de nuestras fronteras contra la inmigración ha dejado de ser un problema. En cuanto los países del norte de Europa tomaron cartas en el asunto se dieron cuenta de que defender las fronteras con uñas y dientes era una pérdida de tiempo y de que sería más barata una política de puertas abiertas que gastar recursos en que el ejército y la marina defendieran el territorio por las armas contra la opinión de los medios de comunicación y la de los partidos políticos que en cada tesitura estuviesen en la oposición.
De manera que actualmente, en 2020, los norteafricanos ya no tienen que jugarse la vida cruzando el Estrecho de Gibraltar ni el de Sicilia en chalupas sino que desde sus mismos lugares de residencia pueden solicitar los permisos de residencia y, gracias a la impagable labor de la ONG´s se les proporciona gratuitamente la documentación y los pasajes y aterrizan en los países de su elección con el contrato de trabajo firmado o, al menos, con la renta básica universal concedida. Naturalmente, debido a la política anti-gueto, todos deben esperar a disponer de una vivienda de protección oficial, sin la cual no pueden obtener los permisos, lo cual crea fricciones entre las ONG´s y las administraciones europeas.
Hace años que se acabaron las cuchillas en las alambradas y los recibimientos con pelotas de goma. Ahora todos viajan en avión.
De lo que no se dieron cuenta los políticos europeos es de que no se trataba tanto de defender el territorio como de defender nuestro sistema de vida. Se les olvidó discriminar entre unos y otros y ahora, en 2020, pasan cosas como estas:
- Salam Aleikum Rachid
- Aleikum Salam Mohammed. ¡Que alegría verte antes de tu partida! Fawziya me dijo que estabais a punto de volar a Valencia. No sabes cuánto me alegro de que al final todo se haya solucionado.
- Esos perros, que Allah confunda, pretendían que voláramos sin tener aún lista la casa y que nos amontonáramos como ovejas en la casa de mi hermano Abdeljaq. Así que hemos demorado la partida unas semanas y al final los de la ONG se movieron bien y lo han solucionado todo. Además teníamos esperanzas de no irnos sin antes haber tenido más noticias de Ahmed.
- Ahhh, por cierto que sí, Mohammed, enhorabuena por tu hijo. Me dicen que cabalga a la sombra del estandarte del profeta.
- Sí, es cierto, muchas gracias. Para nosotros ha sido un gran honor. Su madre y yo estamos muy orgullosos y su ejemplo será muy educativo para sus hermanos. Desde su inmolación la cara de Allah se ve con más claridad en el cielo. El día que recibimos su video hicimos las abluciones, rezamos mirando a la Meca y Fátima cocinó un mechui de cordero.
- ¿Y de que vas a trabajar en Frankfurt?
- Por ahora no he aceptado ninguno de los trabajos que me ofrecían, de manera que vamos a cobrar la Renta Básica Universal esa que han instaurado para que todos tengamos los mismos derechos. ¿Te puedes creer que ninguna de las empresas que me ofrecían tenía menú "halal" para los creyentes ni cambiaban el horario laboral durante el Ramadán?
- Son unos perros impuros. Te juro que no tardará el día en que esos cerdos nazarenos conozcan de qué color es la sangre de su cuello. Hoy nos pisan, nuestras mujeres e hijas les limpian la mierda de sus retretes, les servimos sus asquerosos vinos en los bares, les construimos las casas en las que comen "jaluf" y fornican con sus zorras sin hacer las abluciones ni lavarse el semen de sus prepucios, pero te juro que se acerca el día en que seremos nosotros los que les llevemos atados con una cadena por el cuello, caminando a cuatro patas y serán ellos quienes, con la lengua, le saquen brillo a nuestras babuchas.
- Que Allah lo permita y que nosotros lo veamos. Bueno me tengo que ir, que Fátima está muy nerviosa por el viaje y todavía tengo que hacer algunos recados.
- Que Allah os acompañe siempre.