Esta mañana me he dirigido muy ufano a cierto juzgado de la sierra con el convencimiento de que la tontería de subastar dos propiedades diferentes, una de Manilva (Málaga) y la otra de Valmaqueda (Madrid), ambas con un mismo y único Tipo de Subasta, no sería nada más que un error del Buscador de Subastas Judiciales del Ministerio de Justicia.
Un error de transcripción, eso es lo que yo me estaba esperando.
Pero lejos de eso, el funcionario me ha explicado que esas fueron exactamente las instrucciones recibidas de la anterior secretaria judicial que estuvo revisando en la escritura hipotecaria el asunto del tipo de subasta antes de decidirse por subastarlas por un único precio.
Supongo que no debió dedicar mucho tiempo a semejante decisión porque la burrada de vender así dos propiedades diferentes, de dos registros distintos es para que le pongan un cero patatero en la escuela del secretariado judicial.
Lo dejo aquí porque no quiero hacer más sangre. Solo mencionar que la actual secretaria ha puesto el grito en el cielo cuando el funcionario y yo se lo hemos comentado, lo que demuestra que la mayoría de los profesionales de la Justicia están bien preparados para su trabajo y que son solo unos pocos los que dejan en fatal lugar al resto.
¿Os imagináis el careto que se le habría quedado al adjudicatario cuando ambos registradores rechazaran registrar el Decreto de Adjudicación?