Casi un millón de personas se van a beneficiar de la sentencia del Tribunal Supremo que pone fin a los recibos de IBI inflados por la burbuja inmobiliaria.
Este titular se podría resumir así:
"Si un suelo se ha recalificado pero no se ha podido construir en él, su dueño solo deberá pagar un IBI como si el suelo continuara siendo rústico".
Lo alucinante es que haya hecho falta que el Tribunal Supremo pusiera las cosas en su sitio para evitar que cientos de miles de personas, entre las que abundaban los campesinos, tuvieran que pagar unos impuestos municipales que se habían disparado multiplicándose hasta cien veces en alguna ocasión. En uno de los casos afectados el valor catastral de la finca había pasado de 496 euros a 3,8 millones de euros con lo que es sencillo imaginarse el efecto de ese nuevo valor en la tributación municipal.
Y los ayuntamientos, por supuesto, frotándose las manos, saqueando a quien se dejara.
O sea, que tienes una par de hectáreas en las que cultivas patatas y un buen día el ayuntamiento decide recalificar ese terreno y al día siguiente te multiplican por cien el recibo de IBI. Y los tontos a pagar.
¿No fue Estrabón quien dijo que una ardilla podría viajar tranquilamente desde las Columnas de Hércules hasta los Pirineos sin pisar nunca el suelo, simplemente saltando de idiota en idiota?
Y por lo visto la sentencia no deja claro si van a recuperar su dinero esos idiotass que hayan agachado la cerviz y tributado lo que les han dicho. Quizá solo se aplique a partir de ahora, sin entrar en el pasado.
Y el colmo de los colmos, que el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura ya había dado la razón a los demandantes, considerando que para que un suelo sea urbano tiene que precisar o bien de un plan urbanístico o bien de obras de urbanización, requisitos que no se cumplían. Sin embargo la Administración central del Estado recurrió esa sentencia ante el Tribunal Supremo porque la consideró "gravemente dañosa para el interés general". ¡¡Toma ya!! Como si el interés general fuera sacarle el dinero a los ciudadanos, cuanto más mejor.
Otra pequeña parcelita de libertad que le hemos ganado al Estado.
¿Y vosotros qué opináis?