De lo que más se quejan los técnicos de Hacienda no es del exceso de trabajo, sino al contrario, de que no les dejan las manos libres para llevarlo a cabo lo mejor posible. Es decir, que podrían ser más productivos y eficaces pero no se lo permiten.
Les he visto y escuchado alguna vez por televisión, a los técnicos de Hacienda me refiero, y siempre me han transmitido la sensación de que si les diesen rienda suelta habría menos mangantes eludiendo sus obligaciones y los que hubiera tendrían que esconderse mucho más de lo que lo hacen.
Y esa es la misma sensación que he tenido al recibir el último email de uno de ellos con el que llevo dos o tres años carteándome y que me ha ayudado con alguno de los artículos de este blog.
De hecho, la primera vez que contactamos me impresionó mucho la profesionalidad con la que habían organizado una subasta en su unidad de recaudación, con acceso a todos los datos que los postores podemos necesitar, tasación con fotos, certificación de cargas, etc.
Y resulta que ahora, aprovechando que en un post anterior refiriéndome a los de Hacienda manifesté que "nada es tan fácil como esquivar a esos tontorrones en un caso como este", me ha vuelto a escribir, para darme un pequeño tirón de orejas por aquellas palabras tan poco meditadas y de paso para explicarme un par de cosas.
Hola Tristán,
Me ha gustado tu articulo, y te quería hacer un comentario sobre el mismo.
Lo primero de todo, en Hacienda leemos tu foro los que nos dedicamos a esto. Por lo menos los de mi unidad de recaudación. Personalmente, es un plus de conocimientos añadidos a los del día a día.
En segundo lugar, los de Hacienda no somos tontorrones. Podemos ser vagos, necesitar mas vacaciones que los demás, pero sabemos perfectamente que casos de estos se dan, y más a menudo de lo que podría parecer. El problema de nuestra actividad no es de carácter técnico, sino político, con lo que resulta de difícil o imposible solución.
Y como ejemplo, te voy a contar un caso que me pasó hace años.
Embargo de Hacienda sobre una vivienda en Tarragona, en una de las mejores calles de la ciudad. Deuda alrededor de 500.000 euros. Tasación sobre 400.000 euros. Hipoteca anterior de una Caja de Ahorros de… solo 35.000 euros pendientes, sobre un principal de 120.000 pedido hace 15 años!!!!!
Nos llega la certificación de expedición de cargas para la ejecución de hipoteca y automáticamente, después de varios años de experiencia en esto, me huele a trampa. La verdad es que objetivamente es muy difícil saber si alguien no paga porque no puede o porque no quiere, pero en este caso me olió a distancia. Es lo bueno de la experiencia. Pueden faltar datos, pero el olfato suele funcionar.
Me pongo en marcha a ver que se puede hacer, porque si no se hace nada la solución está cantada: mujer o hijo como testaferro, puja de la cantidad reclamada, y cancelación de cargas posteriores.
Aquí es donde empiezan los problemas: en Hacienda, al existir el procedimiento de apremio, nadie le da importancia a la LEC, y no se dan cuenta de que a veces los procedimientos concurren, y hay que saber cómo funciona uno para actuar en el otro. Bueno, nos juntamos y les damos a los jefes posibles salidas y sus ventajas e inconvenientes:
- Compra del crédito que se ejecuta, y posterior subasta administrativa. Técnicamente correcto, y así controlamos nosotros nuestro propio procedimiento.
- Subrogación en la ejecución y que Hacienda continúe con la ejecución hipotecaria, pujando Hacienda hasta una cantidad que le asegurara si no cobrar toda la deuda, una parte alta. No hubo cojones ni interés suficiente para apoderar a un funcionario y que fuera allí a pujar.
- Igual que la anterior, pero adjudicándonos la vivienda, y venderla luego como patrimonio. Peor que la anterior, ya que hay que pujar, hay que tomar posesión (Hacienda deja a gente en la calle, ooohhhhhh!!!!!), y lo que es peor, se le hace trabajar al Servicio de Patrimonio, que no quiere líos.
- Pujar como un subastero mas hasta que suban las ofertas y asegurarse un buen sobrante. Titular del periódico al día siguiente: Hacienda puja en subastas. Políticamente descartado.
Como verás, no es por falta de conocimientos. Ahora viene la solución a la que finalmente se llegó:
Estuvo el asunto encima de la mesa de jefaturas durante los 6 meses que tardó el procedimiento, debido a que:
- Era una patata caliente y nadie quería tomar decisiones, pues salir del día a día y hacer “cosas de estas da pereza”.
- No te puedes imaginar lo difícil y exasperante que es sacar en hacienda 35.000 euros para decir que se va a “comprar” un crédito hipotecario: motivar, firmas, intervención, etc.
Finalmente, tres días antes de la subasta, nos llaman a los técnicos (que ya habíamos tirado la toalla para salvar el crédito), y nos dicen que ya tienen el dinero, que hay que ir a pagar. Les decimos que a ver como va el tema procesal para personarse con abogado y procurador en el procedimiento de ejecución y nos contestan (respuesta de político) que no, que vayamos, paguemos, (y que les dejemos en paz).
Tenemos que hablar con la secretaria, y al ser el juzgado de un pueblo y nosotros Hacienda, nos admite que nos subroguemos con el pago y un simple escrito, pero nos advierte que la siguiente ocasión nos deberíamos personar. Como ves, los que tenemos que aguantar el tirón de orejas somos nosotros, no los jefes.
Al final paramos la ejecución, subastamos nosotros por el procedimiento de apremio, le damos buena publicidad, y obtenemos unos 320.000 euros. De lo que se deduce que estábamos en lo correcto al intentar hacer algo. Todavía recuerdo la cara del procurador de la Caja de Ahorros y, sobre todo, de la exmujer del deudor, que estaba allí para pujar y se puso a llorar.
Conclusiones de los técnicos:
Los 300.000 euros que “salvamos” a los políticos les dan igual. Prefieren perderlos a tener problemas. Hay el dinero suficiente para ellos y para que el populacho no se levante en armas, sin alterar su cómodo día a día.
Nos hicieron caso solo por no quedar ante nosotros como lo que son, unos incompetentes.
En Hacienda no hay ningún interés por las deudas en ejecutiva. Solo interesa la fase voluntaria: que salga en la prensa en mayo como todo el mundo hace su declaración de la renta como buenos contribuyentes.
Y yo me pregunto, ¿los jefes no saben lo que es la recaudación inducida? No, ni les importa.
Más de una vez he tenido que oír lo bien que “se hicieron” las cosas aquella vez. ¿Quién hizo y quien se pone ahora las medallas?
Los técnicos de subastas NUNCA MAS HEMOS VUELTO A PROPONER NADA RELACIONADO CON LOS PROCEDIMIENTOS DE EJECUCION, para no dar problemas a quien no los quiere. Antes que la excelencia profesional, preferimos hacer declaraciones de la renta en nuestros ratos libres, que así siempre hacemos amigos y nos cae alguna botellita de vino en Navidad. Qué triste, verdad??
Pero así es la función publica y, como te decía al comienzo, sin visos de cambiar.
Hay muchas mas formas de paralizar embargos. Una muy curiosa me parece la de la novación modificativa: se pacta pagar lo que queda de hipoteca en vez de en cinco años en veinte, de manera que si Hacienda va por detrás, al no disminuir el crédito hipotecario a su ritmo inicial, nos prescribe el expediente antes de que la deuda hipotecaria haya disminuido (lo que es mucho más sutil que el dejarse ejecutar adrede…).
Pero los técnicos, como somos unos ignorantes y no sabemos nada salvo cuando les hacemos falta a los políticos, pues nada, a callar y a esperar la hora de salida, sin causar problemas a los jefes y sin que nos los causen. ¿Por que crees que hay tanto inspector de Hacienda en excedencia? Porque mucho te tienen que compensar las buenas condiciones laborales que tenemos (no lo niego) y la defensa del interés general (asunto de conciencia) para aguantar este ninguneo profesional e incluso a veces, personal. A los que les apasiona su trabajo, llega un momento que salen a la privada, y no suelen volver.
Me despido deseando que sigas disfrutando de tu apasionante trabajo y de sus correspondientes ganancias.
Eso sí, sin olvidarte luego de pasar por caja, jejeje.
Un saludo