Lo que más me ha llamado la atención es la noticia sobre que el citado Colegio de procuradores de Madrid está poniendo en marcha un Servicio de Subastas, habiéndose constituido en entidad especializada, tal como permite la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil 1/2000.
Tiene razón cuando dice que, hasta ahora, todo aquello que la Ley les ha encomendado, los procuradores lo han hecho bien, por ejemplo el servicio de notificaciones, con el que el Servicio Común de Notificaciones de los juzgados no resiste la menor comparación.
Dice, entre otras cosas...
Estos servicios tienen que funcionar porque son necesarios y creo que es mucho más eficaz que la propia subasta realizada dentro de un juzgado, ya que puede tener más publicidad, permite agrupar bienes de distintos juzgados y subastarlos de una vez, abre más a la participación de terceros, etc. En este momento de crisis, son más necesarios que nunca. Los juzgados se han convertido en las mayores inmobiliarias y hay que dar salida a ese volumen de inmuebles, aunque el momento sea complicado. Hay otra razón para poner en marcha el servicio: la colaboración con Justicia para descargar a los tribunales de trabajo, sobre todo de la ejecución, que es una de las tasas de pendencia más altas que tienen.No puedo estar más de acuerdo. Muchos juzgados son manifiestamente incompetentes cuando la ejecución de una sentencia acaba en la enajenación forzosa. Nada mejor que dejar esa fase final a una empresa especializada, algo que ya mencioné respecto a las diferencias entre "Las subastas judiciales en Argentina y España", siempre que dicha empresa tenga las facultades necesarias para realizar notificaciones, para ofrecer información fidedigna respecto al procedimiento judicial del cual la subasta dimana y del que es parte inherente, para publicitar las subastas como corresponde, etc.
Y respecto a las ventajas de descargar de trabajo a los juzgados, son tan evidentes que no voy a redundar en ello.
El colegio cobra una pequeña cantidad para cubrir los gastos, pero el objetivo no es obtener beneficios, puesto que no somos una empresa. Si este servicio genera algún beneficio para potenciar el servicio, fenomenal, lo usaremos para este fin. Tenemos unas ciertas funciones establecidas; unas son de tipo más comercial, que realiza Atisreal en el caso de los inmuebles, y nosotros otra parte distinta, de asesoramiento jurídico, de valoración de los bienes, de participación en la subasta, comunicación y comparecencia en el juzgado, de rendir cuentas al juzgado e ingresar pagos y liquidaciones.En esto no estoy de acuerdo, el Colegio de Procuradores o la empresa especializada que se encargue de las subastas deben cobrar una comisión no inferior al 2% ni superior al 4% para asegurarnos de que su trabajo va a ser profesional y eficiente en contraposición a lo que está lamentablemente lastrando las subastas gestionadas por los juzgados. Como sus señorías son funcionarios y ganan lo mismo si la subasta se adjudica por cincuenta mil que si se adjudica por cien mil, el resultado final es que la negligencia y la incompetencia campan libremente. Eso se debe evitar o volveremos a lo mismo.
La naturaleza humana es así, qué le vamos a hacer. Los animales verticales e implumes que somos sólo funcionamos a golpe de interés.
Esperamos que en 2 ó 3 años haya calado lo suficiente para que el nuevo sistema se afiance pero, de momento, estaría satisfecho con realizar un 10% de las subastas que hoy tienen lugar en los juzgados. Pero si el servicio funciona, en el futuro, la mayoría de las subastas que se realizan en los juzgados deberían realizarse por entidades especializadas.El cambio de mentalidad necesario va a ser, efectivamente muy grande, pero no me cabe duda de que si se hiciera correctamente y sin demagogias, cosa que dudo, el resultado sería tan apabullante que a los grandes bancos no les quedaría más remedio que aceptar el hecho.
El problema es que algo nuevo, cuando se enfrenta a unos procedimientos que datan de mediados del siglo XIX, es difícil que cuaje en las mentalidades de todos los que estamos en este mundo. Existe un problema de cambio de mentalidades; hay que convencer a los grandes ejecutantes de que este sistema es mejor, por eficacia, que el de siempre. Esto hay que explicarlo, convencer y probar, y lleva su tiempo. Por eso, nuestra apuesta como entidad especializada es a medio plazo. Hay que dedicarle el tiempo necesario para desarrollar este sistema y que vaya calando.
De cualquier forma, hay que tener en cuenta que actualmente los bancos se están viendo obligados a adjudicarse el 95% de todas las subastas de Madrid, a precios con los que ni siquiera cubren los principales de sus deudas. En estas circunstancias, no creo que les interese implementar un sistema que les va a costar dinero y que por ahora no les va a aportar lo que más necesitan, que los subasteros regresen a las subastas y suban el precio de las adjudicaciones. Pero con el tiempo, les interesará, sin duda.
Y esto que dice a continuación me encanta...
El problema es que estamos ante una oficina judicial decimonónica, con una estructura decimonónica y, en la mayoría de los casos, al menos en Madrid, con una falta de medios absoluta. Hay que crear más juzgados, pero más importante es tener una oficina judicial moderna y que los juzgados cuenten con aplicaciones informáticas para registro y reparto para poder hacer las notificaciones por vía telemática. No sólo hay que crear juzgados, hay que gestionar bien. Es necesario que los partidos hagan de esto una cuestión de Estado.Y no sólo eso, mejor gestión, mejores notificaciones y mejor informática, lo que más necesitan los juzgados del siglo XXI es que cambie la mentalidad de trabajo de todos los que trabajan en ellos.
Me gusta la idea, pero ya veremos...