Corre entre los abogados de Madrid (y supongo que en otros sitios ocurrirá lo mismo) el rumor de que algunos jueces, sobre todo de Primera Instancia, están súper ideologizados a la izquierda y permiten que sus sentencias cojeen de esa tara.
De tal manera que cuando le comentas tu caso a un abogado de los que están especializados en desahucios, lo primero que te pregunta es en qué juzgado ha caído y lo segundo que dice es algo como "pues tienes suerte porque no te ha tocado un juez podemita". O al revés, "pues estás jodido, porque esa juez es podemita y, o no admite la demanda, o resuelve en tu contra, o te alarga los plazos hasta el infinito".
¿juez podemita? ¿Qué nuevo espanto es ese?
Y esto tan raro que os comento se vio confirmado la semana pasada en una triste experiencia que tuve en una sala de vistas en la que se sustanciaba el caso de un africano que casi recién desembarcado de su chalupa se coló en uno de los pisos de cierto fondo de inversión.
Esto fue hace dos años. El muy hijoputa llegó a España tan enseñado, que nada más llegar lo primero que hizo fue okupar una propiedad ajena.
Si yo hubiera hecho algo parecido en su país, todavía seguiría siendo el juguete sexual de los presos comunes del lugar. Solo pensar en el negro del Whatsapp como compañero de celda me pongo enfermo.
Pero Kunta Kinte sabe de sobra lo que es la Justicia española y lo poco que los honestos ciudadanos de este país podemos esperar de ella. Así que se coló en ese piso vacío, se empadronó y cuando encontró un trabajo hizo venir de su lejana selva a su esposa embarazada.
Esta situación hizo que el legítimo propietario de la vivienda, el fondo de inversión, se viera obligado a malvender su propiedad, junto a otros miles de propiedades en la misma situación.
Y resulta que yo compré varias viviendas de aquel lote.
Posteriormente, como mis acercamientos para negociar una salida a esta situación resultaron infructuosos y como soy un ciudadano honesto que paga sus impuestos decidí poner mi problema en manos de la Justicia española en el convencimiento de que el deber de todos los jueces es garantizar el cumplimiento de la Ley.
Y así llegamos a la sala de vistas en la que he aprendido lo que es un juez podemita.
Para resumirlo un poco, el caso es que tras ratificarse mi letrado en el escrito de demanda y fracasar el letrado de la parte demandada en intentar colar un contrato de arrendamiento entre la esposa de Kunta Kinte (éste se quedó fuera escondido) y una desconocida que nunca fue propietaria de la vivienda, el abogado de la demandada cometió el error de llamarme a declarar.
Lo que me dio ocasión para hablar de mi libro y, en vez de responder sí o no a la pregunta de si yo conocía la existencia de los demandados antes de adquirir la propiedad, lo que hice fue relatar uno por uno todos mis intentos de llegar a un acuerdo y la extorsión a la que me habían intentado someter antes de entrar en la sala de vistas pidiéndome 3.000 euros por permitirme acceder a la que era mi propiedad y, finalmente, quejándome del perjuicio económico valorado en 600 euros al mes de lucro cesante.
Y mi sorpresa llegó cuando, justo antes de dar por concluida la vista oral, la Sra Juez, en vez de amonestar a los okupas como he visto que hacían en otras ocasiones, en esta ocasión se dirigió a mi abogado y a mi y nos echó la bronca por no llegar a un acuerdo amistoso con los demandados, advirtiéndonos bien alto, para que todos nos enteráramos bien y, sobre todo, para que se enterara el abogado de oficio de la demandada, que si los demandados decidían apelar ella aceptaría dicha apelación y la cosa se iría a dormir el juicio de los justos a la Audiencia Provincial, y advirtiéndonos, igualmente, que si nos daba por solicitar la ejecución provisional de la sentencia, los demandados podrían enarbolar el día del lanzamiento el contrato ante la comisión judicial, el mismo contrato que habían traído a la vista oral u otro contrato similar y así paralizar sine die el lanzamiento.
Igualmente nos recordó que los plazos judiciales se pueden extender tanto como haga falta y nos conminó a reunirnos tras la vista oral y llegar a un acuerdo que evitara tanto sufrimiento.
De verdad que nunca había visto tan poca vergüenza, su señoría utilizando su poder para abroncar a un ciudadano honesto que paga sus impuestos y que en, vez de darle a los okupas los palos que se merecen, como es un pringado, decide confiar en la Justicia y ponerse en manos de un tribunal para que haga cumplir la Ley y salvaguardar sus derechos.
Una juez que escucha como unos negros llegan del extranjero para usurpar propiedades privadas y extorsionar al legítimo propietario y que, en vez de amonestarles y advertirles que va a dictar su resolución de inmediato, lo que hace es amenazar al ciudadano español por no haber cedido a la extorsión y animarle a que ceda de una vez o se atenga a los increíbles plazos judiciales.
Y finalmente, una juez que utiliza el problema de los plazos judiciales para amenazar a una de las partes.
No me digáis que esta juez no es Podemos en estado puro.
Y así, poco a poco, este país se va al carajo.