Triunfar en las subastas judiciales está al alcance de cualquiera que tenga el suficiente sentido común como para distinguir las situaciones de riesgo de las que carecen de él y la suficiente sangre fría para mantener la seguridad en sí mismo y en la labor de investigación llevada a cabo.
¿Cómo se distinguen las situaciones comprometidas de aquellas que no lo son? La respuesta es simple: con sentido común.
Cualquier entorno que se salga de la normalidad es potencialmente arriesgado; cualquier situación que pueda devenir en comprometida hay que dar por supuesto que lo hará y cualquier contexto en el que haya variables que desconozcamos hay que ponerse en lo peor y entender que el riesgo es grande.
Solo si dominamos los 7 elementos clave de este negocio podremos triunfar en las subastas judiciales y llevar a cabo inversiones seguras. Aunque, todo he de decirlo, tampoco basta con tener mucho sentido común, por supuesto, también es necesaria una buena base teórica y un método contrastado.
Por suerte, ahora los novatos cuentan con Triunfa con las Subastas, la formación que a mí me habría gustado tener en los años noventa.
A continuación, presento los pilares sobre los que se sostiene una buena investigación de subastas, imprescindibles para triunfar en las subastas judiciales.
1. Especialidades del edicto de subasta. Las condiciones
Para triunfar en las subastas judiciales es un error creer que todas las subastas son iguales y que se rigen de la misma manera: las condiciones que puede haber en un edicto de subasta son muy diferentes entre sí, por lo que ni todas las subastas son iguales ni tampoco lo son sus condiciones.
Las subastas voluntarias y las de disolución de proindivisos, pueden tener condiciones especiales que hayan propuesto las partes y que el juzgado haya aprobado. Es muy importante tener esto en cuenta, pues, algunas de estas condiciones pueden hacer que la subasta deje de ser interesante.
2. Hay que estudiar el expediente judicial si es posible
Como he comentado en otras ocasiones, en una subasta no se compra una propiedad tal y como se podría comprar en una notaría. Adjudicándote una subasta te estás subrogando al procedimiento judicial completo, con los aciertos y los errores que hayan podido cometer los empleados del juzgado, de manera que, si todo se ha hecho correctamente, no habrá problemas, pero si las cosas se han hecho negligentemente, el beneficio no solo se esfumará, sino que el triste adjudicatario se verá masticado por las inclemente mandíbulas de la Administración y vete a saber lo que podrá pasar con él y con su inversión.
El expediente judicial es el principio y el final de toda inversión en las subastas judiciales. Todo lo que ocurra en el procedimiento judicial a partir de nuestra adjudicación se podría haber previsto examinando adecuadamente los autos judiciales.
Sin embargo cada vez son más los juzgados que nos escamotean el poder examinar los autos judiciales y ahora que la Certificación de Cargas está colgada en el portal de subastas electrónicas del B.O.E. todavía van a ser más.
En cualquier caso, estudiar el expediente judicial sigue siendo muy importante para triunfar en las subastas judiciales y, de no ser posible, se hará necesario sustituir eso por una investigación aún más exhaustiva acerca de las circunstancias del estado de ocupación del inmueble subastado y, sobre todo, se volverá todavía más importante contactar directamente con el ejecutado y conseguir, con nuestra increíble mano izquierda y nuestro famoso juego de cintura, que sea él mismo quien nos informe de todo lo que sea importante respecto a la ejecución judicial y la subasta.
3. Comprobar las cargas = triunfar en las subastas judiciales
Ya lo he dicho, anteriormente, pero lo voy a repetir de nuevo: la Certificación de Cargas es la piedra angular en torno a la que debe girar toda la investigación de una subasta judicial.
¿Por qué?
La Certificación de Cargas es nuestra mejor amiga. Pero, sin saber interpretarla adecuadamente, es imposible triunfar en las subastas judiciales.
Siempre es el primer documento que estudio cuando me aproximo a una subasta y solo sigo adelante si NO hay cargas registrales anteriores a la ejecutada. Porque de haber cargas anteriores, ¿para qué continuar con la investigación derrochando nuestro precioso tiempo en una subasta sin futuro? No tiene sentido a menos que las cargas anteriores sean muy pequeñas o que haya algo en ellas que nos haga sospechar que puedan haberse reducido mucho o que estén extinguidas.
De lo contrario, lo mejor es desistir y dedicarnos a otra subasta.
Ya habrá tiempo para especificar qué es lo que hay que investigar en la Certificación de Cargas y cómo hacerlo: este es un simple artículo divulgativo sin pretensiones de manual. Ahora tan solo quiero mencionarlo como el pilar fundamental sobre el que se sostiene una buena investigación de subastas.
4. Comprobar la existencia del inmueble
Parece broma, pero, creedme, lo digo muy en serio.
Sin duda lo peor que te puede suceder en las subastas judiciales es comprar algo cuya existencia sea solo virtual, es decir, que solo exista en el Registro de la Propiedad. En otras palabras, que tenga número de finca registral e incluso una descripción y supuestos linderos, pero que solo tenga una existencia registral sin sustento en la realidad física.
¿Cómo puede ocurrir algo así́?
Es más frecuente de lo que se pueda creer...
- Por ejemplo, el promotor incluyó un local en el proyecto original con el que hizo la división horizontal, pero luego la realidad le condujo por otros senderos y al final ese espacio se lo comieron otras fincas quedando reducido a solo 10 m2 que actualmente se dedican a cuarto de calderas.
- O bien, un gran latifundio del que fueron segregándose otras fincas rústicas mayores de lo que en su día se fue declarando, de forma que, finalmente, ha quedado un resto registral que no existe en la realidad.
- O una gran parcela sobre la que se ha urbanizado y que, tras el proyecto, los tira y afloja y los pasteleos con la administración de turno, tal o cual parcela es, en realidad, uno de los viales de la urbanización.
De hecho, hace muy poco, un amable lector del blog nos comentó que había visto una subasta en la que lo que se subastaba era un lote de plazas de garaje, propiedad del promotor, situadas en el segundo sótano del edificio, sin que existiera ni hubiera posibilidad de construir una rampa de bajada a las mismas.
Sí, ya sé que es vergonzoso que, en España, se puedan subastar bienes inexistentes: si Sotheby´s subastase un bien que solo existiese en la documentación —por ejemplo, un cuadro de Picasso que hubiera ardido hace años— el escándalo sería monumental y alguien acabaría en la cárcel.
En cualquier caso, esta es la realidad que nos toca vivir.
Para evitar estas situaciones se hace imprescindible visitar siempre las propiedades subastadas y estar bien seguro de su existencia antes de decidir participar en la subasta. Imposible triunfar en las subastas judiciales si no nos acostumbramos a comprobar que es lo que se está subastando. Igualmente es muy importante hablar con el demandado para que aflore cualquier problema en este sentido.
5. Comprobar el estado posesorio
Conocer el estado posesorio no nos asegura triunfar en las subastas judiciales, pero no conocerlo sí nos asegura arruinarnos rápidamente: los inmuebles que salen a subasta pueden estar siendo habitados por los demandados, por inquilinos, por okupas o, también, pueden estar vacíos.
¿A que no es lo mismo una cosa que la otra?
Si la inversión inmobiliaria la hacemos con idea de comprar en rentabilidad podría no tener importancia que el inmueble estuviese alquilado. Aunque siempre será importante conocer antes de la subasta los datos del arrendamiento: fecha, plazo, renta mensual, etc.
Por el contrario, si hacemos la inversión exclusivamente para especular, entonces un arrendamiento (de los que no quedan extinguidos tras la subasta) será́ la peor situación posible: peor que la de que haya okupas
En cualquier caso, nuestro orden de preferencia será́:
- Que la casa esté vacía.
- Que esté “okupada” por un perroflauta.
- Que al “okupa” haya metido ahí la mafia de los clanes (peor que lo anterior, porque entonces estará bien asesorado)
- Que la casa sea la vivienda familiar del demandado.
- Lo peor, que la casa esté arrendada.
- Aún peor, que exista un usufructuario que se nos haya pasado por alto al estudiar el expediente.
En cualquier caso, igual que en el punto anterior, se hace imprescindible una visita al inmueble y una larga conversación con quien lo esté disfrutando.
6. Valorar el inmueble con la mayor exactitud
Actualmente, lo más difícil de todo lo que hasta aquí he escrito y, desde luego que es lo más importante para triunfar en las subastas judiciales, es valorar la rentabilidad real del inmueble con exactitud.
No importa que todo lo anterior lo hayamos hecho correctamente si, al final, cometemos el error de valorar el inmueble subastado por encima de su Valor Real Actual.
¿Qué es el Valor Real Actual?
El “valor real actual” es el precio real al que podremos firmar la venta en un plazo de unos cuatro o seis meses desde que hayamos iniciado la comercialización.
Además de las webs inmobiliarias habituales, que solo nos sirven para darnos una idea del precio que, actualmente, se está pidiendo por las propiedades similares, es muy importante la opinión de las agencias inmobiliarias de la zona, que son quienes de verdad están bregando en el mercado y partiéndose el pecho cada día. Pero la verdadera clave del precio actual la tiene solo la familia o agencia que haya vendido el último inmueble similar lo más cerca posible de la dirección postal del inmueble subastado.
Solo el último vendedor conoce exactamente el precio al que se firmó́ esa venta.
Y es capital dar con él.
7. Y el último y más sabio consejo
Y un último consejo, casi el más importante: si tienes cualquier duda, NO participes. Deja correr la subasta. Hay muchas subastas, pero tu dinero es finito. Si al principio de haber entrado en este negocio lo gastas en la subasta equivocada no te vas a poder recuperar.
Lo importante para triunfar en las subastas judiciales NO es hacerlo ahora mismo, en la siguiente subasta, sino esperar a la subasta adecuada.
Y, bueno, para finalizar, solo animaros a que, si consideráis que el post merece la pena, me ayudéis a difundirlo por vuestras redes sociales.