Quizá algunos de los lectores que aún me soportan tengan una idea equivocada respecto a mi relación con los funcionarios. Puede que hayan leído post como este o este otro y hayan sacado la conclusión de que generalizo y meto a todos los funcionarios en el mismo saco de gandules y desinteresados de su trabajo. No pienso eso y, si lo pensara, estaría muy equivocado. No todos son así, ni mucho menos.
Recientemente he contactado con unos funcionarios -los encargados de organizar las subastas de la Diputación Foral de Vizcaya- que son todo lo contrario y que hacen todo lo humanamente posible para que las subastas no queden desiertas y que se recaude en ellas todo lo posible. Es decir, que se sienten vinculados al éxito o el fracaso de la subasta.
Una sola frase deja bastante clara su posición:
(...) una cosa tenemos clara: comprar en una subasta es algo complicado, así que si no se ponen las cosas fáciles, la gente no entra. Por eso, el deposito para pujar es solo de 1000 euros independientemente de la tasación, se admiten ofertas a partir del 50%, etc. Los funcionarios de aquí no vamos a comisión, pero hacer el trabajo para que la subasta quede desierta no nos gusta, y si con la recaudación, aunque sea baja, evitamos que nos bajen otra vez el sueldo, mejor que mejor.
Y como lo mejor es ilustrar lo dicho con ejemplos, vamos a ver qué tienen sobre la subasta que van a celebrar en noviembre de un piso en Requena. La web se puede leer en vasco, español e inglés y pinchando en la fecha del BOB o en "Detalles" se accede al edicto de subasta, al modelo para el sobre cerrado, a fotografías, al plano de situación del piso, a la nota simple registral y al informe del perito.
Para quitarse el sombrero. Si el Portal de Subastas Judiciales Electrónicas consiguiese ofrecer esa misma información de cada subasta ya habría merecido la pena crearlo, aunque luego las pujas por internet sean por ahora el fracaso que yo les auguro. Sin embargo no conviene crearse falsas esperanzas. Mucho me temo que los funcionarios judiciales no tienen nada que ver con estos y, francamente, no me los imagino colgando en la web los informes periciales ni buscando la localización de Google.
Y finalmente, aunque la organización de la subasta me parece muy buena, si hay que ponerle un pero, ya en plan criticón impenitente, el coscorrón sería para el tasador pericial al que, como viene siendo habitual, se le ha ido la olla y se ha descolgado con una valoración de 145.515 euros para un piso bajo de 93 m2 en Requena. ¡A estas alturas! Le hubiera bastado con echar un vistazo a idealista.com para comprobar que eso es imposible.
Enhorabuena pues para estos bizcaitarras con ganas de hacer un buen trabajo.