Y cuando ya volvía al blog con las pilas cargadas, deseando comenzar mis post sobre psicología... apareció la piedra. Y no hablo del granizo, sino de la piedra (para ser exacto y según el tac, LAS piedras, una por riñón).
Aunque ahora estoy bastante mejor, sería mentira decir que no ha sido lo más doloroso que he tenido que pasar hasta la fecha, física y, aunque os pueda sorprender, también psicológicamente.
A riesgo de que me consideréis un friki (aunque tampoco me importa mucho, la verdad) debo decir que he encontrado claros paralelismos entre los síntomas psicológicos del cólico y los que padecía en la época que hice trading.
Una persona con un cólico de riñón es fácilmente reconocible gracias a sus síntomas psicológicos. El primero de ellos es que una persona que está sufriendo un cólico nefrítico es incapaz de encontrar una postura. El dolor no se calma nos pongamos del modo que nos pongamos, aún así, mientras uno lo está sufriendo no deja de buscar. En mi caso llegué a preguntarle al médico (al que agradezco muchísimo su rápida y muy profesional actuación, incluido todo el personal de urgencias del hospital de La Princesa).
En el mercado, cuando una posición va mal tenemos la misma tendencia. No encontramos a qué precio salir, dónde poner el stop, pensando ¿y si lo hace y luego el mercado me da la razón? Llegamos a cambiar completamente la idea que teníamos al principio (que era ganar dinero) por no perder o por perder lo menos posible. Nos olvidamos de nuestros objetivos de ganancia (muchas veces preparados de forma irresponsable porque no teníamos claro el stop). La cosa es que nos ponemos nerviosos, nos angustiamos y no encontramos postura ni en la mesa ni en el mercado.
Otro de los síntomas psicológicos del cólico de riñón es el estado de ansiedad en el que uno entrar, que produce sudoración fría, palidez en la cara... salvando (como en todo el post) las diferencias, ahí nos podemos ver reflejados cuando una vez más una posición va en nuestra contra y nos cargamos de adrenalina, que aumenta nuestro ritmo cardíaco, nos hace sentir el gusanillo en la barriga como si tuviéramos 15 años y justo acabara de pasar nuestro amor de la semana delante nuestro, nos pone nerviosos, nos carga de emociones y, en definitiva, nos hace imprudentes.
El tercero de los síntomas y el más grave en su reflejo al trading, es que cuando a la persona que le ha dado el cólico se le van pasando los síntomas, ésta queda en un estado de abatimiento, temeroso, como esperando una nueva crisis.
Muchas veces el trader se siente así ante el mercado después de un día de pérdidas. Está abatido, temeroso, pensando en que la nueva operación acabará también en pérdidas. Y esta actitud suele acabar en pérdidas, como veremos más adelante en un post sobre el efecto Rosenthal.
La influencia de la Psicología en el Trading es fundamental y es necesario conocer qué emociones vamos a sentir ante el mercado no para eliminarlas sino para aprovecharnos de ellas en nuestro beneficio.
Las emociones nos ha sido regaladas por la naturaleza para mejorar nuestra adaptación al medio. Son necesarias para nuesta supervivencia. Es un error dejar que prime la razón sobre la emoción (al fin y al cabo, como dijo Pascal, el corazón tiene razones que la razón desconoce). Al igual que es un grave error dejar que prime la emoción.
A lo largo de las próximas semanas, veremos qué son las emociones, cómo podemos usarlas en nuestro beneficio y sobre todo, veremos también algunas nociones para ver cómo podemos usarlas para lo más importante en esta vida al fin y al cabo: nuestra felicidad.