El concepto de rareza, es, siempre, relativo y por ende, también, subjetivo. Es obvio, que está asociado con la idea de escasez. Si se trata de una pintura o un cuadro, por ejemplo, debería ser un único ejemplar de determinadas características. En la filatelia, sin embargo, puede darse el caso, perfectamente, de la existencia de un conjunto amplio de piezas diversas, que, a pesar de ello, son, comparativamente, escasas y por tanto, también raras. Es, tan solo, una simple cuestión, de la cantidad producida en un bien concreto.
Los sellos, suelen emitirse, generalmente, en grandes series o tiradas, por los Estados, en todo el mundo. A partir de ahí y siempre que exista suficiente demanda en relación a la oferta, puede estructurarse un mercado, sin problema alguno. Los precios de equilibrio, se determinarán, como en los demás mercados de bienes, cualesquiera, por el libre juego entre la oferta y la demanda, con sus estrictas reglas.
Así, pues, no es la cantidad absoluta de un bien específico, lo que se considera, sino la escasez o abundancia, del mismo, en relación a su demanda. Ésto, será lo que determine, fundamentalmente, su valor y precio. Se deduce, por lógica, que, a mayor demanda junto a menor oferta, el precio tenderá a aumentar y bajará si es lo contrario. Lo importante, no obstante, que hay que considerar, es, que, cualquier bien u objeto, es susceptible de salir a la venta, sea mayor o sea menor, su valor o precio. Mientras pueda asignársele alguno, existirá una transacción de comercio.
Bajo esas premisas, el éxito o el fracaso, en vender o no, dependerá de la gestión comercial que se realice, como en cualquier empresa. Si suponemos, que, una Compañía de automóviles (por poner un ejemplo), produce gran cantidad de vehículos, pero, regula con eficiencia el stock, equilibrando a la demanda, su salida, conseguirá, entonces, maximizar sus utilidades, con casi absoluta certeza.
Una empresa filatélica, en lo básico, hará lo mismo. Cuanta más filatelia adquiera, mayor y de más variedad, podrá ser su stock en oferta. Tendrá, naturalmente, unos sellos más caros y otros muchos, de menor rareza, pero, todos tendrán su valor (en catálogo) y belleza. Lo mismo ocurre con los coches, utilitarios o de lujo y con las gamas, que, aun no estando tan de moda, pueden llegar a venderse en el futuro, en importantes remesas.
Como corolario de éste "rollo", te digo, que, es posible asegurar, que existe un mercado amplio, a nivel mundial, en el que se podría colocar, sin problema, toda nuestra filatelia.