Una de dos: o no has leído con atención sobre lo que he escrito o es que ni siquiera eres capaz de entender, algo, sobre lo que lees o sobre lo que yo escribo.
Empiezo, respondiéndote por tu última aseveración:
Forrarse con la filatelia no solo es lo más probable, sino que va a ser lo más seguro del mundo si no lo remediamos a tiempo. Si se sacan millones de unidades de cualquier bien, al mercado, lo normal es que se hundan los precios y que quienes lo compren todo, se beneficien de ello. Eso fue lo que pasó con los trozos expropiados de la antigua Rumasa, que se subastaron o adjudicaron, a precios de saldo y fueron a parar (que rara casualidad) a manos de un amiguete del ex-presidente, del Gobierno que enajenó. Posteriormente, este individuo, bajo condiciones de mercado más normalizadas, revendió esas propiedades, nuevamente, haciendo con ello el negocio de su vida y otorgándole, sin duda alguna, una generosa dádiva, de forma oculta, a su benefactor.
De lo que hagan aquí en España con dos empresas privadas, una de ellas una multinacional, líder en su sector, nada tiene que trascender fuera de nuestras fronteras, sabiendo, además, como se las gastan, aquí, en asuntos de corrupción (España es un caso perdido). En todo caso, un efecto esperado podría producirse, una vez que inundasen los mercados con ese imponente stock de filatelia. Cosa que, hasta ahora, no ha sucedido aun y esperemos por nuestro bien que jamás llegue a ocurrir. Entre tanto, el único efecto beneficioso sobre otras Compañías mundiales, es el de haberles eliminado, de un plumazo, a unos competidores soberbios.
Repito, nuevamente, que si estaba contemplada la dación en pago, que tú dices, en las alegaciones de la empresa, era debido, exclusivamente, a la imposibilidad por parte de esta de atender sus obligaciones contractuales con los clientes, una vez que fue clausurada en su actividad y aniquilado su negocio.
No estoy desmintiendo, tampoco, los datos que tú indicas y que, por desgracia, todos conocemos. Es un hecho tan real, como lo será, también, la depuración de responsabilidades a la que todos los prevaricadores sin escrúpulos, tendrán, en su día, que hacer frente. Desde los pseudo-peritos de ANFIL, hasta los jueces de la AP, pasando por los AACC y algunos políticos, funcionarios u otros. En todo caso, con independencia de lo que quieran decir, sobre un 10% o lo que sea, yo sé, perfectamente, lo que pueden llegar a valer mis sellos y por lo mismo, lo que, primordialmente, persigo, es que me los devuelvan completos.
Otra cosa, es que se pueda tener alguna duda sobre algo, lo que no quiere decir que se tengan que hacer conjeturas, ni contemplar un supuesto (mientras no haya sido confirmado) como un hecho, inequívocamente, cierto. No tengo datos, a día de hoy, que indiquen la existencia de unos lotes filatélicos manipulados.