Divide la solvencia en cuatro categorías:
PRIMERA CATEGORÍA:
De alta solvencia, por lo que no deben recibir ayudas
SEGUNDA CATEGORÍA:
No tienen problemas, pero su solvencia está próxima al mínimo regulatorio. Estas entidades no deben recibir ayuda salvo que se quiera que den créditos.
TERCERA CATEGORÍA:
Las entidades viables pero con dificultades, las que tienen el rango de solvencia por debajo del 8% el mínimo exigible, pero con un proyecto viable a medio plazo. A éstos, el Estado o el Banco de España debería ofrecer avales mediante emisiones de preferentes que contabilicen como capital, pagados a precio de mercado.
CUARTA CATEGORÍA:
Que no son viables. Las autoridades deben acabar con ellas. Pero, eso sí, sin que sea más caro el cierre que mantenerlas abiertas.