Pues yo discrepo de todo eso, los bancos viven de la imagen, no de su capacidad de hacer negocios, pues colores he visto al pedir hoja de reclamaciones.
Un simple correo electrónico interno al servicio de atención amarga al director de la oficina. Un sombrero mejicano amarga al director de la oficina.
Una pareja de la Policía Nacional llamada para que te retires de la ventanilla, de la que no te quieres ir porque no te atienden, amarga; lo he visto y he sido protagonista.
Al reclamar me han devuelto lo sustraído; hay mil respuestas necias para explicarlo. Una reciente es que no se puede ver a un cliente descontento ¡Ja, Ja!
Judicialmente es lo último, hace mucha más pupa la denuncia ante la sociedad.
No tengo ya más sorpresas que llevarme por parte de un banco. Ya me han cancelado la hipoteca.
Los bancos no son invulnerables, tienen el tejadito de cristal.
"Pero y si topas con un tipo que se sepa 3 ó 4 cosas y te dice "reclame judicialmente, si quiere ¿qué harías?""
ES que a mi un lechuguino con un traje de todo a 100 no me tiene que decir cuáles son mis derechos ni obligaciones, ni repetir las sandeces de los cursos que les da la empresa para torear y engañar a los clientes. Yo reclamo al banco de España y según se pronuncie haré lo que me pete. Yo sigo el camino marcado para estos casos y lo que me planteo es hacer daño.
Si voy a pagar un recibo de Fenosa al Santander, por ingreso en cuenta (EN CUENTA, EN CUENTA FACILITADA POR FENOSA), y no me lo quieren atender, otro lechugino apirolado no me tiene por qué decir
"¿por qué no lo paga en su entidad?"
La respuesta es enseñarle el recibo y decirle:
"¿sabes leer?"
O decirle "¿y tú por qué no has nacido con un coeficiente intelectual un poco más alto?"
Y son tres sanciones de 1000 euros.