Entendiendo la dificultad que tiene el expresar, a veces, ideas y que éstas no se malinterpreten le diré.
En lo que usted expone el problema no es el banco, es usted. Lleva 45 años con esa empresa y en esa relación, bajo su punto de vista el único que da cariño al otro es usted, pues saque conclusiones, alguien falla.
En todas las relaciones si uno no da el otro acaba yéndose, es lo más normal.
En cuanto a la discriminación no existe como tal, para el banco usted es un cliente "satisfecho" ya que no se queja y mantiene sus relaciones comerciales durante todo el año, entonces el banco queriendo "compartir sus excelencias" con otras personas para que estén igual que usted pues decide invitar a los de fuera y como señal de buena voluntad les ofrece una dádiva. Pasa en todos los lados, en los hoteles, en los trabajos, en nuestras casas, etc, no suena igual un "Hola Bienvenido" cuando invitas a alguien a tu casa que el "buenos días" cotidiano que nos damos al levantarnos y eso que uno lleva 40 años viviendo en la misma casa (es un simil no muy aproximado pero que se puede entender).
Y en cuanto a lo de los bancos la solución es MUY FÁCIL, vaya usted a otra entidad que le dé la bienvenida y luego si quiere, pasados unos meses, si añora su entidad anterior, regrese a la misma por la puerta grande como el hijo pródigo y con el mismo trato que le dan a los que usted comenta ahora.
En ocasiones parte de la culpa la tenemos nosotros, mi padre me comentaba que no cambiaba de compañía de teléfonos porque el seguía con la de toda la vida (le inspiraba confianza) y eso que le cobraba un 100% más que las otras dando el mismo servicio (el nunca se quejó, ni reclamó nada).
Supongo que el refrán "el que no llora no mama" se podría aplicar a éste caso.
Mire otras opciones, hay un "mundo" ahí afuera deseando relacionarse con usted y si los de siempre no me cuidan otros me cuidarán.
Un saludo