Bueno, pues en mi caso me atendió un cajero de +55, a punto de jubilarse (me contó que estaba tratando de entrar en la siguiente hornada de prejubilaciones) y tengo que decir que nunca me había antendido tan bien en una sucursal.
Un trato cercano y familiar como los del "banco de toda la vida" y eso que no lo conocía de nada. Eso sí, para los temas informáticos, era mucho más rápida la directora, de unos 30 y tantos y majísima, pero que se le veía más el lado comercial que el humano.
Creo que he tenido la suerte de topar con la oficina perfecta por combinar todos los valores en esas 2 personas.
Por cierto que también me pidieron la nómina (y la de mi mujer), pero supongo que más por crear el perfil de cliente que por otra cosa. No obligan a domiciliarla, pero sí a que se la enseñes. Tras 2 años con el banco, con la devolución del 3% de recibos, creo que ahora mismo no hay nada mejor.
Saludos