Será que no tengo mucho sentido del humor, pero yo lo veo una cuestión interesante. Desde que la gente de matemáticas del MIT reventó los casinos de Las vegas con sus modelos probabilísticos, ha habido un gran interés en aplicar la modelización científica a los mercados. El intento más serio se saldó con el fracaso más sonado, cuando Long Term Capital Management quebró tan estrepitosamente que estuvo a punto de llevarse por delante a todo el sistema financiero. LTCM estaba plagado de lumbreras matemáticas y económicas, incluyendo numerosos catedráticos y dos premios Nobeles. "Go figure" que dicen los americanos, "para que te fies" diríamos nosotros.
Hoy en día la herencia científica en los mercados es bastante pobre, los algos de HFT que martirizan a los mercados y que nos sorprenden de vez en cuando con un flash crash.
Y yo sin embargo soy un firme creyente de que la ciencia puede incarle el diente a casi todo, exceptuando a Dios y al comportamiento de las mujeres. Solo hay que meterse en el baño y pensar en ello como diría Arquímedes. Tiene que haber una palanca para mover esa carga.
De la física cuántica me quedaría con que no se puede predecir con exactitud la posición de una partícula en un instante determinado, tan solo dar una probabilidad que tiene una distribución geométrica determinada, pero en la que cualquier valor es teoréticamente posible, por muy improbable que sea, y donde se tienden a respetar unos determinados niveles de energía.
Si ahora hablo de la dificultad de predecir el precio de la bolsa en un momento futuro determinado, pero la posibilidad de definir probabilidades, y la existencia de niveles preferidos de precios, donde se giran las tendencias denominados niveles de Fibonacci, creo que todo el mundo entiende de qué hablo.
Cuando los bancos centrales de manera coordinada le aplican energía a la bolsa, el precio salta a su nivel cuantico superior, pero en el caso de no alcanzar una configuración estable, pronto emite de vuelta toda esa energía y cae con idéntica velocidad a su nivel inferior, e incluso puede continuar perdiendo niveles hasta alcanzar un nivel donde la entropía es suficientemente baja como para permitirle una configuración estable.