Conozca el metal raro que tiene atónito a Warren Buffett
Para los que creen que el Mago de Omaha sólo se interesa en comprar acciones, aquí le acercamos un metal que lo tiene obnubilado y que podría transformarse en una gran alternativa de inversión.
Inversor Global | 29-06-2012
Si uno habla de Warren Buffett, instantáneamente lo relaciona con value investing y acciones de compañías sólidas con productos familiares a todos. El mercado sabe que, siempre que el Mago pone el ojo en un activo es porque sabe algo que puede beneficiarlo de cara al futuro.
Sin ir más lejos, el año pasado Buffett compró 5 mil millones de acciones preferidas de Bank of America cuando nadie apostaba fuerte al banco estadounidense. Al 29 de junio el papel ordinario de la entidad financiera llega ganado un 33,45% en 2012, ostentando el galardón de ser la empresa con mejor rendimiento del Dow Jones en este año.
Y esto es sólo una muestra de lo efectivo que puede ser el olfato del “Oráculo”.
Buffett es conocido por ser un contrario radical de la compra de oro, ya que considera que no es un activo productivo e, incluso, que en cierta manera es como tener el dinero muerto. Sostiene que a partir de las acciones apuesta al rendimiento, a la rentabilidad y a la productividad de una empresa. En cierta manera, para que Buffett se decidiera a comprar una acción de una compañía al estilo Barrick Gold, ésta tendría que estar prácticamente en precio de liquidación.
No obstante, Buffett no es reconocido por ser gurú en el mercado de metales. Entre 1997 y 2006 llegó a tener en su posesión más de un tercio de las reservas de plata de todo el planeta. Había comprado la onza en 1997 a 6 dólares y la vendió nueve años después a 7,50 dólares.
Si bien la onza actualmente ronda los 27 dólares luego de tocar los 33 dólares en febrero, sigue estando a la vista que Buffett se perdió una ganancia de alrededor de 450%. No hay ninguna duda de que detectó un metal que tenía potencial, pero erró en sus cálculos de perspectiva respecto al margen de crecimiento que le quedaba.
Tungsteno, la nueva ambición del Mago
Antes de hablar del tungsteno, hay que ver qué es en realidad este metal raro. El tungsteno es un metal ultra duro, denso y fuerte, con gran resistencia a la corrosión y el desgaste. Además de esto, es un metal a prueba de incendios ya que tiene el punto de fusión más alto de todos los metales puros y sólo es superado en esta propiedad por el carbón dentro de las materias primas industriales.
El tungsteno puro es utilizado principalmente en productos eléctricos. Asimismo, debido a su dureza y fortaleza, es utilizado en otros sectores, como el industrial y de armamento militar. Además, una mezcla entre tungsteno y carbón, que es tres veces más dura que el acero, sirve para fabricar los taladros excavadores para la búsqueda de petróleo y la manufactura de joyas.
Warren Buffett tiene el 80% de IMC Group, una de las principales explotadoras de metales a nivel mundial, la cual actualmente ha invertido 80 millones de dólares en un proyecto minero. El desembolso se hizo para tener el derecho de explotar una mina de tungsteno en Sangdong, cerca de Corea del Sur y es controlada por la firma Woulfe Mining. Esta inversión le permite a Buffett quedarse con un 25% de la producción total de este metal. Pero la pregunta sigue siendo cuál es el fundamento para semejante interés por parte del Mago.
China, amo y señor del tungsteno
Una de las principales razones por las cuales el gurú está interesado en este metal raro es la escasez de oferta que hay mundialmente de tungsteno. Para tener una idea de ello, en sólo tres años la tonelada métrica de este metal subió de 180 dólares a 430 dólares.
¿Qué es lo que ocurre con la oferta de tungsteno? La respuesta viene de Oriente: China. El país asiático ha estado comprando en los últimos años toneladas de tungsteno y ha puesto cerrojo a las exportaciones del mismo.
Actualmente controla el 60% de las reservas mundiales de este metal y el 83% de la producción a nivel global y, sumado a los puntos que mencionamos previamente, el impacto en el precio ha sido bastante importante. Sin embargo, a esto hay que sumarle que, al no vender al exterior, se priva de ingresos abundantes de dólares que podrían ayudar a mantener el crecimiento de la economía.
Asimismo, China se ha convertido en un importador neto de tungsteno, por lo que parecería que su objetivo es dominar el mercado completo. Además tiene pensado brindar sus reservas de tungsteno a determinadas industrias para que manufacturen productos.
Teniendo en cuenta en esto y también la cuestión de que buscará ampliar su gasto militar hasta 2015, la oportunidad parece estar tocando la puerta. Se necesitará más armamento por lo que consecuentemente se requerirá más cantidad de tungsteno. En ese sentido, la escasez de tungsteno podría ampliarse y por ende el precio podría dispararse.
El secreto de Buffett
Luego de analizar estas cuestiones coyunturales, la estrategia del Oráculo de Omaha empieza a atar cabos. Los depósitos que hay en la localidad de Sangdong son uno de los más grandes del mundo y además ha sido uno de los grandes productores de los últimos 40 años antes de que la mina cerrara en 1992. La clausura se dio porque el precio del tungsteno estaba muy por debajo de los costos de explotación por lo que, a falta de rentabilidad, no quedó otra que tomar la decisión drástica.
Ahora el contexto es muy distinto, ya que China y el tungsteno son las niñas bonitas con las que todos quieren bailar. La compañía Woulfe anunció una inversión de 20 millones de dólares para reabrir la mina en Sangdong, aunque se estima que recién podrán arrancar sus actividades a mediados de 2013. La cuestión es que le tomará tiempo al mercado del tungsteno reconstruirse, por lo que las ganancias podrían hacerse desear por un tiempo, sumado a los riesgos que implica invertir en recursos naturales y economía real.
No obstante, los fundamentos de la obsesión de Buffett parecen válidos. Habrá que ver qué ocurre en el mediano a largo plazo
“Los dos guerreros más poderosos son paciencia y tiempo.” (León Tolstoi)