Debe ser terrible sufrir la falta de dinero. Vivir en la miseria absoluta desde niño. Tener una esperanza de vida muy reducida comparada con el mal llamado "primer mundo", "mundo civilizado"...
Pero los casos que comentas de cainismo tienen un matiz que acompaña a la falta de dinero y diferencia mucho unas situaciones de otras. Por un lado que ya conocías lo que era vivir desahogadamente y no lo has perdido todo poco a poco, escalonadamente, sino practicamente de la noche a la mañana. Segundo, está el incomprensible y doloroso tema de la traición; sentirse engañado, estafado por aquél en quien confiabas, él era tu amigo, el del banco, el de toda la vida.
Es un dolor punzante. Se suma la ruina a la burla. Hay dolor en el bolsillo y en el alma. Del primero se sale, poco a poco, pero se sale. El otro se queda clavado.
No sé si podré llegar a perdonar lo que le han hecho a mi padre, pero creo que no soy tan buena cristiana, ni tan buena persona.
Un saludo cordial
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.