#12873
El Diablo al desnudo... (portada de la revista Vanityfair)
Por fin una "no entrevista" que cuenta la verdad del Ruso y del asalto a la cadena DIA:
El misterio del oligarca: descifrando a Mijaíl Fridman, dueño de los supermercados DIA y el hombre más rico de Londres:
Nació en la URSS hace 56 años. Afincado en la capital británica, posee la mayor red de supermercados rusa. Entre sus labores de filántropo, un museo del holocausto en Ucrania. En los negocios, según sus rivales, es implacable.
Es hijo de un ama de casa y un ingeniero y se ha convertido en el hombre más rico de Londres. Mijaíl Fridman (Lviv, Ucrania, 1964) tiene cara de niño, pero “cambia de humor fácilmente, es mejor no confiarse”, dice una consultora que lo trató en reuniones de negocios en esa ciudad.
Son algunos de los muchos contrastes de un personaje cuyo nombre saltó a la prensa española en 2012 por ser el propietario de la empresa que fletó el Prestige, petrolero que se hundió en la costa gallega causando uno de los peores desastres ambientales de nuestra historia.
Ocho años después y a pesar de que su cara siga pasando desapercibida, este empresario, que está entre los más ricos de Rusia, controla el 70% de una de las cadenas de supermercados que vende más barato: DIA. Fue su primera inversión en suelo español, pues, como él dice, uno de sus “deberes morales” es demostrar que un ruso puede ser un hombre de negocios internacional aunque tampoco es un secreto que tiene una relación de amor-odio con su país que pone mucho empeño en disimular.
Son algunos de los muchos contrastes de un personaje cuyo nombre saltó a la prensa española en 2012 por ser el propietario de la empresa que fletó el Prestige, petrolero que se hundió en la costa gallega causando uno de los peores desastres ambientales de nuestra historia.
Ocho años después y a pesar de que su cara siga pasando desapercibida, este empresario, que está entre los más ricos de Rusia, controla el 70% de una de las cadenas de supermercados que vende más barato: DIA. Fue su primera inversión en suelo español, pues, como él dice, uno de sus “deberes morales” es demostrar que un ruso puede ser un hombre de negocios internacional aunque tampoco es un secreto que tiene una relación de amor-odio con su país que pone mucho empeño en disimular.
Esta revista ha pedido varias veces una entrevista con Fridman que nunca se ha concretado.
“No da una entrevista que no controle: o prensa económica o prensa amiga, y mejor si coinciden las dos cosas”, continúa nuestra fuente, que prefiere, como las demás personas consultadas, no relacionar su nombre con el de Fridman, a quien define como un hombre de negocios agresivo.
“Está obsesionado con encontrar huecos legales para ir contra sus enemigos o competidores.
Ya era duro en los noventa, pero se ha vuelto durísimo”, explica a Vanity Fair un empresario europeo que lleva dos décadas haciendo negocios en Rusia. Conoce bien al personaje y su descripción encaja con la denuncia que ha llevado a Fridman a la Audiencia Nacional, que lo acusa de manipular el mercado y usar información confidencial para comprar DIA a un “precio irrisorio”. La operación podría haber ocasionado un perjuicio de siete millones de euros a los accionistas.
“No da una entrevista que no controle: o prensa económica o prensa amiga, y mejor si coinciden las dos cosas”, continúa nuestra fuente, que prefiere, como las demás personas consultadas, no relacionar su nombre con el de Fridman, a quien define como un hombre de negocios agresivo.
“Está obsesionado con encontrar huecos legales para ir contra sus enemigos o competidores.
Ya era duro en los noventa, pero se ha vuelto durísimo”, explica a Vanity Fair un empresario europeo que lleva dos décadas haciendo negocios en Rusia. Conoce bien al personaje y su descripción encaja con la denuncia que ha llevado a Fridman a la Audiencia Nacional, que lo acusa de manipular el mercado y usar información confidencial para comprar DIA a un “precio irrisorio”. La operación podría haber ocasionado un perjuicio de siete millones de euros a los accionistas.
Otra persona que asesoró a la cadena de supermercados antes de que él llegara cree que las cosas son como los jueces sospechan: “Su fama le precede”, dice sobre un hombre que muestra un lado más amable cuando ejerce como jurado del Premio Nacional de Literatura en Rusia.
No es su única inquietud artística: fundó y patrocina el Alfa Jazz Fest en Ucrania y promovió el primer concierto que ofreció Paul McCartney en 2003 en la plaza Roja de Moscú, ciudad a la que también llevó a Ray Charles, Eric Clapton o U2. Es su cara inofensiva, la que da cuando se defiende de las acusaciones de los accionistas de DIA diciendo que no estaba al corriente de la mala salud financiera de la empresa y que, por tanto, él es el principal perjudicado de la caída de las acciones de la única firma de alimentación que cotiza en la Bolsa española.
“Es un tiburón cerrando tratos y trabaja con gente que conoce el sector, pues es dueño de X5, la mayor cadena de supermercados rusa”, explica un periodista experto en finanzas que trabaja en Europa y no cree que Fridman pueda cometer un error de ese tipo. la cadena, según explican sus representanes en España, está compuesta por 16.297 tiendas.
No es su única inquietud artística: fundó y patrocina el Alfa Jazz Fest en Ucrania y promovió el primer concierto que ofreció Paul McCartney en 2003 en la plaza Roja de Moscú, ciudad a la que también llevó a Ray Charles, Eric Clapton o U2. Es su cara inofensiva, la que da cuando se defiende de las acusaciones de los accionistas de DIA diciendo que no estaba al corriente de la mala salud financiera de la empresa y que, por tanto, él es el principal perjudicado de la caída de las acciones de la única firma de alimentación que cotiza en la Bolsa española.
“Es un tiburón cerrando tratos y trabaja con gente que conoce el sector, pues es dueño de X5, la mayor cadena de supermercados rusa”, explica un periodista experto en finanzas que trabaja en Europa y no cree que Fridman pueda cometer un error de ese tipo. la cadena, según explican sus representanes en España, está compuesta por 16.297 tiendas.
Si obró para comprar barato, lo dilucidará la Justicia, pero que Fridman tiene intención de convertir DIA en un negocio próspero no lo duda Gabriel Izard, profesor de Empresa en la Universitad Autónoma de Barcelona y experto en retail o venta al por menor: “Me consta por fuentes del sector que DIA no se ha comprado para dejarla perder.
Una de sus primeras medidas, nada más adquirirla, fue renovar la cúpula de ejecutivos fichando grandes nombres de otras empresas”. Efectivamente, uno de los primeros movimientos de Fridman fue “robarle” el CEO a Lidl, Karl-Heinz Holland, que a su vez fichó a Matthias Raimund, hasta entonces jefe de operaciones de la misma cadena alemana de supermercados.
“Eso indica que la idea no es hundir la cadena sino cambiar el modelo de negocio y de gestión, aunque van con un lastre importante”. Ese lastre hizo que en 2018 y 2019 DIA fuera “la peor compañía en el parquet español”, según la prensa económica. Hoy, ni seis meses después, las acciones han subido un 150%. Según la empresa, por “la mejora del surtido, un modelo de franquicia actualizado y la mejora de la cadena de suministro y red de tiendas”. Pero a nadie se le escapa que la fiebre acaparadora de los consumidores durante la crisis del COVID-19 juega a favor de DIA y es uno de los motivos por los que, en marzo de 2020, la cadena dio un saldo positivo en ventas por primera vez en tres años.
Una de sus primeras medidas, nada más adquirirla, fue renovar la cúpula de ejecutivos fichando grandes nombres de otras empresas”. Efectivamente, uno de los primeros movimientos de Fridman fue “robarle” el CEO a Lidl, Karl-Heinz Holland, que a su vez fichó a Matthias Raimund, hasta entonces jefe de operaciones de la misma cadena alemana de supermercados.
“Eso indica que la idea no es hundir la cadena sino cambiar el modelo de negocio y de gestión, aunque van con un lastre importante”. Ese lastre hizo que en 2018 y 2019 DIA fuera “la peor compañía en el parquet español”, según la prensa económica. Hoy, ni seis meses después, las acciones han subido un 150%. Según la empresa, por “la mejora del surtido, un modelo de franquicia actualizado y la mejora de la cadena de suministro y red de tiendas”. Pero a nadie se le escapa que la fiebre acaparadora de los consumidores durante la crisis del COVID-19 juega a favor de DIA y es uno de los motivos por los que, en marzo de 2020, la cadena dio un saldo positivo en ventas por primera vez en tres años.
Fridman, milmillonario, es el hombre más rico de Londres y dueño de Athlone, una mansión victoriana por la que pagó 65 millones de libras
DIA mejora, pero la justicia sigue su curso y en España el empresario tiene otra causa abierta: el fiscal anticorrupción José Grinda lo ha procesado por hundir la empresa de videojuegos ZED para comprarla a bajo precio. Según la versión del magnate, la culpa es del fundador de ZED, Javier Pérez Dolset, a quien acusa de falsear información para “manipular a la opinión pública usando todos los prejuicios sobre los rusos”. No es raro que Fridman se defienda de esa manera, aunque hay quien cree que es una estrategia. “Es una criatura interesante en ese aspecto: intenta limpiar su reputación y, a la vez, mantiene estrechos sus lazos con Rusia”, nos explica Elisabeth Schimpfössl, socióloga de la Universidad de Manchester y autora de Rusos ricos: de oligarcas a burgueses, libro en el que traza el perfil de un colectivo que, según Vladímir Putin, ya no existe en su país.
“Ya no tenemos oligarcas. Los oligarcas son aquellos que usan su proximidad a las autoridades para recibir ingresos extraordinarios. No conozco ninguna empresa grande que reciba un tratamiento preferente”, dijo en junio de 2019 el presidente ruso en Forbes, revista que nombró a Fridman empresario del año en 2012. Pero sí los hay. El más conocido es Román Abramóvich, dueño del Chelsea —equipo de fútbol inglés— y alguien que obtuvo del gobierno de su país 13.000 millones de dólares tras venderle su petrolera, Sibneft, a la estatal Gazprom. Como él, la mayoría de sus compatriotas superricos ha tenido negocios con empresas públicas. También Fridman, a quien, en uno de sus libros, el profesor Markku Lonkila, experto en política y sociología rusas, sitúa en 1999 tocando el piano en la fiesta del 43 cumpleaños del todopoderoso Anatoli Chubáis, conocido como el “padre de las privatizaciones rusas” durante el mandato de Boris Yeltsin.
Alexander, el heredero:
Claro que hay oligarcas en Rusia. Fridman es uno de ellos, pero, como indica el economista Branko Milanović, los del siglo XXI son nómadas, entre otras razones porque Putin no es tan permisivo con ellos como era Yeltsin y quien hoy es amigo del gobierno, mañana puede ser enemigo. Así le ocurrió a Sergei Pugachev, que pasó de ser el banquero de Putin a huir y acusar a su gobierno de amenazar su vida y la de su familia. Por eso Fridman —cuyo conglomerado de empresas Alfa Group incluye un banco— no hace todos sus negocios en su país y acude a actos como el entierro de Boris Nemtsov, asesinado en Moscú y uno de los políticos más críticos con el presidente. En paralelo, y tal como descubrió una investigación de la agencia Reuters, emplea como bióloga en uno de sus proyectos filantrópicos a María Faassen, la hija más discreta de Putin.
Pero si en algo pone especial cuidado este hombre de 55 años es en su propia prole. Tiene cuatro hijos de dos matrimonios diferentes. El primero fue con Olga, una compañera de la universidad donde él cursó Física, y estuvieron casado dos décadas. Con ella tuvo dos hijas, Laura y Katia, ambas criadas en París, donde su madre es decoradora de interiores, pero formadas en la Universidad de Yale. Son discretísimas: la mayor vive en Israel y la segunda en EE UU, ninguna ha dado nunca una declaración a la prensa. Más expresivo es el tercero, Alexander, único hijo varón de Fridman. El joven, de 19 años, es fruto de su relación con Oxana Ozhelskaya, una exempleada de Alpha Bank con quien Fridman se casó por lo civil en 2000. Tienen otra hija, Nicka, nacida en 2006.
Schimpfössl habla en su libro de cómo los superricos rusos aún educan de forma muy diferente a niños y niñas: Una mujer que a los 30 años no se ha casado y tenido algún hijo ha fracasado. “Paradójicamente, eso da a las chicas mayor libertad de elección en sus estudios. Por eso muchas van a escuelas de arte”. El caso de los Fridman es paradigmático. Mientras Laura es bailarina, Alexander estudió en el exclusivo instituto Sevenoaks de Londres, donde la matrícula básica cuesta 25.000 libras al año, pero se jacta de no ir a la universidad y, espoleado por su padre, ha preferido ser empresario. El entorno de amistades del favorito —juntos hicieron una dieta en la que perdieron 37 kilos el hijo y 12 el padre— es un búnker: nadie quiere comentar nada sobre él, ni siquiera en positivo, algo que contrasta con la exhibición en redes sociales que practican todos esos jóvenes.
No importa lo fuerte que pegues, lo importante es mantenerse en pie.