Se le acumulan problemas al ruso.....
Pérez Dolset pide una fianza de 1.800 millones para Fridman por la caída del Grupo Zed
Solicita esta caución para el magnate ruso tras aparecer nuevos correos y extractos bancarios que le implicarían en la quiebra de la tecnológica.
También pide la imputación del exconsejero delegado del Grupo Planeta
El empresario Javier Pérez Dolset ha solicitado al juzgado de la
Audiencia Nacional que investiga la quiebra del Grupo Zed que
interponga una fianza de 1.800 millones de euros al magnate ruso Mijail Fridman. Dolset argumenta que han aparecido nuevos mails y extractos bancarios que demostrarían que el oligarca ruso y sus socios se confabularon para hacerse con el poder de esta empresa tecnológica en 2014, provocar su asfixia económica y llevarla a la quiebra.
Así lo constata en un escrito remitido a la Audiencia Nacional que avanza
Vozpópuli y en el que asegura que estas nuevas pruebas demostrarían como Fridman y sus socios
sobornaron al árbitro de la corte de Ámsterdam, Peter Wakkie, que finalmente orquestó un plan para asegurar la caída de
Zed. La salida de los fondos de las filiales rusas de Zed -que se calculan en 914 millones de euros- se realizó a través de Alfa Bank, propiedad de Fridman. Tanto esta entidad como el propio magnate ruso se encuentran en estos momentos sancionados por la Unión Europea y sus activos congelados en respuesta a la invasión de Rusia a Ucrania.
El magnate figura de nuevo imputado en esta causa después de que la Audiencia Nacional corrigiera el pasado mes de julio la decisión del magistrado instructor y le volviera a implicar en los hechos,
tal y como avanzó este diario. En concreto, la Sala dio la razón tanto a la Fiscalía Anticorrupción como a Pérez Dolset al considerar que había indicios que apuntan a su implicación
«en un segundo plano» de la quiebra del grupo. La Sala respaldó la tesis del Ministerio Fiscal y concluyó que quedaban diligencias por practicar al respecto.
Los extractos bancarios
Entre ellas, la de recabar informes periciales de PwC y tomar declaración a
Philipp Yalovega, jefe de desarrollo de
Vimpelcom (compañía de Fridman que estaba presente en una filial rusa del Grupo Zed). Ahora, el empresario madrileño da un paso más y solicita al magistrado García Castellón que imponga al oligarca ruso la fianza de 18.000 millones de euros a tenor de la «abundante documentación» que han recopilado en los últimos meses y, especialmente,
tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
Dolset, que ya ha denunciado ante el juzgado que
los exsocios rusos de Zed se apoyaron de una maraña de empresas para vaciar a la tecnológica y hacerse con el poder, asegura ahora que ha tenido acceso a extractos bancarios que demuestran que no solo desviaron dinero a estas mercantiles (como es el caso de MIPR Investments Limited) sino que también
acabaron en Kazajistán. El desvío en cuestión se realizó a través de Amsterdam Trade Bank, filial holandesa de Alfa Bank.
«De lo que se deduce que Alfa Bank
conocía desde el principio tanto el origen de los fondos como los desvíos, pero en lugar de pararlos o denunciarlos, guardaron silencio cubriendo las actuaciones de (Vage) Engibaryan y su grupo y pidiendo finalmente el concurso de Zed», reza el escrito. La defensa de Pérez Dolset se refiere a este socio ruso de Zed+ que implica en toda la red de Fridman. El magnate de origen ucraniano, por su parte, defendió al respecto en su declaración ante el Juzgado que
él mismo medió entre Engibaryan y el empresario madrileño porque así se lo pidió este último.
Operación Molaney
Sin embargo, Dolset sostiene que todos ellos se concertaron para mover de manera «ilegal» estos activos y que, además, actuaron
en connivencia con el Grupo Planeta. En concreto sostiene que consta acreditado como el exconsejero general del grupo,
Elías Viñeta, ofreció su «apoyo incondicional» a los socios rusos de Zed para hacerse con el control de esta multinacional y que, para ello, iban a impulsar una serie de pleitos contra la firma los cuáles, según desvela ahora, se costearon con fondos que salieron del propio Grupo. Por ello pide también la imputación de Viñeta y del exconsejero delegado del Grupo, José Manuel Lara García.
Utilizaron un millón de dólares de Temafon, lo blanquearon y lo afloraron en España a través de la sociedad Molaney. El fin era simular una oferta de compra de Zed y llevarla a la liquidación
Así, tras una primera fase centrada principalmente en el desvío de fondos, se abrió una segunda entre marzo de 2015 y junio 2016 en la que se abocó a la compañía a la quiebra al
bloquearse todas las iniciativas de reestructuración. Al respecto cabe recordar que el propio Pérez Dolset ya ha denunciado ante el juzgado que el conglomerado bancario liderado por ING Holanda con el que tenía suscrito un
crédito sindicado 140 millones de euros requirió en 2016 el pago completo de todas las deudas. Una maniobra que habría impulsado Fridman y que buscaría asfixiar la firma.
Tras este episodio, ya en 2017, se produjo lo que bautiza como la
operación Molaney. La misma la habrían fraguado Peter Wakkie y Elías Viñeta «en perfecta sintonía con Fridman». El objetivo era apropiarse de
1 millón de dólares de Temafon para blanquearlo conjuntamente a través de la sociedad chipriota Retrobay. Dicha cuantía la afloraron en España -siempre según su versión-
a través de la sociedad Molaney S.L. Para ello, habrían falsificado la información sobre el origen de los fondos con el único propósito de simular una oferta de compra de Zed WorldWide y eliminar a Pérez Dolset.
Los correos
Dolset, sobre el que se abrieron dos piezas
en el caso Villarejo precisamente por el presunto encargo del Grupo Planeta para espiarle, recuerda que, en paralelo a esta maniobra, tanto Viñeta como el entonces presidente del Grupo, José Manuel Lara, denunciaron presuntas irregularidades de la familia de Pérez Dolset en relación con la gestión de la multinacional. De hecho, esta causa estalló en julio de 2017, en el marco de la
operación Hanta, en la que se detuvo al empresario madrileño acusado de fraude y de
desviar más de 100 millones a Panamá. La Justicia de dicho país confirmó que se presentaron pruebas falsas contra el empresario madrileño
En este nuevo giro de los acontecimientos, Dolset apuntala más su acusación contra el Grupo Planeta asegurando que no solo fabricaron pruebas en su contra, sino que estarían detrás de la creación de Molaney S.L; una
empresa «pantalla» constituida en Barcelona en marzo de 2017, según sostiene, con el único objetivo de aflorar los fondos sustraídos de Temafon. «El pacto consistía en que se desviarían fondos de Temafon,
se inyectarían como préstamo en el concurso y serían devueltos con la venta de los primeros activos de la compañía tras su liquidación. Todo ello unido al bloqueo por parte de la administración concursal y el cese de Dolset como consejero de Zed», reza el escrito.
Del mismo modo incorporan una serie de
correos electrónicos intercambiados en fechas posteriores (cuando la investigación penal ya había arrancado en la Audiencia Nacional) en los que se alude a la transacción financiera del millón de dólares así cómo a
la necesidad de informar a Wakkie de estas operaciones debido a la trascendencia de las mismas. Así consta, por ejemplo, en un mail con fecha de 5 de septiembre de 2019 que Sergey Gorbunstov, consejero delegado de Temafon, envió al asesor Alejandro Bank. Éste le respondió desvinculándose de la operación.
Aunque el más revelador es el que se intercambiaron el 15 de septiembre de ese año en el que se calificó la operación del millón de dólares como
«una distracción de fondos» de Temafon y se habló entonces ya de la imposibilidad de que Retrobay (a la que apunta también como sociedad pantalla) devolviera dinero al prestamista puesto que no había sido reembolsado.
«El asunto podría volverse extremadamente serio a menos que los fondos se devuelvan en su totalidad o que se encuentre la otra solución», sentencia el correo en el que se recordó que la ley rusa prevé una pena de 10 años por este presunto delito. Por ello, solicita esta cuantía de fianza para Fridman y sentencia el escrito recordando que nunca pudieron imaginar que Zed no tuvo ni enemigo externo ni problemas que precipitaran su final, sino que todo se trató de una estrategia de los socios de Rusia «para hacerla desaparecer».