Repsol logró un beneficio neto de 608 millones de euros entre enero y marzo, cifra similar a los 610 millones de euros que ganó en el mismo periodo del año anterior. La multinacional energética y petroquímica española, a sorprendido con unos resultados por encima de las malas expectativas por la caída del precio del crudo.
El beneficio neto ajustado, aumentó un 6%, hasta los 618 millones de euros, frente a los 583 millones del ejercicio anterior.
La compañía aumentó su EBITDA hasta los 1.810 millones de euros, lo que representa un ligero incremento respecto a los 1.804 millones de los tres primeros meses del ejercicio anterior.
La deuda neta a cierre del trimestre de Repsol se situó en 3.686 millones de euros, 247 millones de euros más con respecto al cierre del año 2018, debido principalmente a las operaciones discrecionales de compra de autocartera. No obstante, la compañía destacó que su sólida generación de caja operativa ha sido superior a los pagos por inversiones, dividendos e intereses.
- El área de Upstream (exploración y producción) incrementó su resultado un 12,5%, hasta alcanzar los 323 millones de euros. La compañía produjo en el periodo una media de 700.000 barriles equivalentes de petróleo diarios, frente a los 727.000 registrados entre enero y marzo del año anterior.
- Por su parte, el área de Downstream (refino, comercialización y química) logró un resultado de 404 millones de euros.
Por otra parte, en lo que respecta al dividendo, el pasado 27 de marzo, el consejo de administración de Repsol convocó para el próximo 31 de mayo la junta general, a la que propondrá una retribución al accionista equivalente a unos 0,525 euros brutos por acción. Con ello, la retribución total propuesta para el ejercicio, equivalente a 0,95 euros por acción, supone un aumento del 5,6%.