Ese es también mi miedo, pero para mí la gran diferencia está en la deuda de una y otra compañía.
Si los intereses estuviesen como hace unos años, TEF estaría quebrada, no así Repsol.
Quizá, a algunos, nos pasa lo que suele ocurrir cuando algún amigo muere de cáncer, que nos entra un miedo importante. Aunque, quizá, nunca nos pasará lo mismo.
Tenemos que ponernos la vacuna tranquilitina...