Porque según el punto de vista más ampliamente aceptado, una acción se valora en el mercado en estricta concordancia con los principios fundamentales de la empresa que la emitió, lo cual significa que cuantos más sólidos sean los estados financieros y prospecciones de crecimiento y ganancias de esta compañía, mayor será el precio de su acción en el mercado abierto.
Por supuesto, el escenario contrario también es posible: tanto más bajo sería el precio de la acción de una compañía cuanto más endeble su situación financiera y perspectivas de futuras ganancias.
Para hacerlo simple, el valor real de una empresa está dado por sus activos (tangibles e intangibles) más su capacidad de convertir sus activos en dinero.
Llamamos "activos tangibles" a las propiedades inmobiliarias, plantas de fabricación, maquinaria, insumos, mobiliario, etc.
Los "activos intangibles" están compuestos por las patentes, marcas, derechos de propiedad intelectual, posicionamiento en el mercado, alianzas, etc.
Por otro lado, la "capacidad de convertir sus activos en dinero" es una característica propia de cada empresa, y es un excelente indicador del crecimiento futuro que cabe esperar.
Existen varios factores que se traducen en esta particular capacidad: la capacidad de la junta directiva y los administradores, el hecho de estar en una industria nueva y prometedora, poseer alguna ventaja competitiva única, etc.
En la práctica, y desde el punto de vista de un inversor, una empresa que tenga la capacidad de convertir US 1.000.000 en activos en una ganancia anual de US 250.000 será una mucho mejor opción que una que sólo pueda extraer de sus activos (valorados también en US 1 MM) apenas US 180.000