Re: Abengoa levanta el vuelo
Hola Inocenti.
Delante del apartamento había una línea de chalets. Detrás, ninguna construcción. Años 1973. Se veían miles de naranjos y la sierra de Gandía al fondo. Unos atardeceres que ni Monet en sus mejores tiempos los hubiera acertado a pintar.
Ahora sigue existiendo ésa línea de chalets, pero detrás habrán unas tres manzanas de edificios. O peras, es igual.
Cuando entrabas al mar no había casi nadie. Por las tardes sobre unas 20 personas.
Ahora, si tienes la suerte de poder entrar al agua es a través de pedir perdón. De ir con cuidado de ir esquivando sombrillas. De no tropezar con la silla plegable de un señor. De excusarse: " Perdón señora por pisarle una teta, le aseguro que no era mi intención". Y para rematar la faena de despropósitos romperle un castillo en la arena a su hijo por si se pone a llorar y su padre hace culturismo. Bueno...al menos ahora los socorristas, la cruz roja, están cerca...
Se han cargado muchas cosas. Ver unas cuantas dunas entre Miramar y Piles y enseguida me pongo a fotografiar las plantas, contraluces, la puesta de sol, el Montgó, soñando que estoy en un sitio casi virginal.
Me gusta hablar con las personas que son muy abiertas, amigos, la fideuà, la paella...En eso no ha cambiado nada. Me encanta, por eso estoy allí.
La parte positiva es que Abengoa no nos dará ( supongo) mas la tabarra, y se moverá mas o menos lateralmente hasta que no hayan noticias como dice Gelsa y podré hacer la siesta en las tardes de verano.
Lo de que se apoltronen en las sillas es algo que está, pero que no debería de estar. Se aferran como las lapas mientras nosotros nos quedamos mirando.