Esta frase ha sido adjudicada a Voltaire coetáneo de quien realmente la dijo , que fue el filósofo francés Claude-Adrien Helvetius Para Helvétius, los hombres buscan, por necesidad, la satisfacción de sus propios intereses egoístas. Bueno es entonces lo que supone útil para satisfacerlos;pero existe el problema de equilibrar los distintos intereses personales con el interés general, muchas veces enfrentados por legislaciones defectuosas.
Se trata entonces de lograr el mayor bien del mayor número. Esto se consigue con leyes apropiadas, ya que Helvétius sostiene que «los vicios de un pueblo están siempre escondidos en el fondo de su legislación». Es lícito y preciso controlar y educar este interés individual, en tanto que es algo externo, en beneficio de otro tipo de interés, el interés general. Determinar lo bueno para todos y cada uno corresponde al legislador, a cuyo cargo está, en consecuencia, establecer la moralidad o inmoralidad de los intereses y de las acciones. En otras palabras, su tarea consiste en obligar a cada hombre, utilizando el sentimiento de amor a sí mismo, esto es, su egoísmo, a ser justo con los demás para lograr el perfecto equilibrio social.
Esto se logra sobre todo con leyes capaces de hacer felices a los ciudadanos procurándoles el mayor número posible de placeres compatibles con el bien público. Por eso es considerado uno de los precursores de una de las tendencias que influirán decididamente no solo en el pensamiento jurídico-político de ese momento, sino en concepciones posteriores, como el utilitarismo. Los hombres buscan, por necesidad, la satisfacción de sus propios intereses egoístas. Bueno es entonces lo que supone útil para satisfacerlos; existe el problema de equilibrar los distintos intereses personales con el interés general, muchas veces enfrentados por legislaciones defectuosas. Se trata entonces de lograr el mayor bien del mayor número. Esto se consigue con leyes apropiadas, ya que Helvétius sostiene que «los vicios de un pueblo están siempre escondidos en el fondo de su legislación».
Es lícito y preciso controlar y educar este interés individual, en tanto que es algo externo, en beneficio de otro tipo de interés, el interés general. Determinar lo bueno para todos y cada uno corresponde al legislador, a cuyo cargo está, en consecuencia, establecer la moralidad o inmoralidad de los intereses y de las acciones. En otras palabras, su tarea consiste en obligar a cada hombre, utilizando el sentimiento de amor a sí mismo, esto es, su egoísmo, a ser justo con los demás para lograr el perfecto equilibrio social. Esto se logra sobre todo con leyes capaces de hacer felices a los ciudadanos procurándoles el mayor número posible de placeres compatibles con el bien público. Por eso es considerado uno de los precursores de una de las tendencias que influirán decididamente no solo en el pensamiento jurídico-político de ese momento, sino en concepciones posteriores, como el utilitarismo.
Gatovivo, es una frase interesante de la que podemos discutir en el foro ya que Helvetius era un filósofo que se cuestionaba cosas como el interés personal.
Perdona por el rollo.
Saludos socio