No los he leído ni los pienso leer. A ver algún periodista económico si se atreve.
Lo que sí deduzco es el final: tocamos a un par de telarañas cada uno.
Eso sí, son nuestras!!!
¿Cuánto valen? Muy poco. Cómo estábamos o algo menos.
Y se abre un nuevo camino que recorrer.
¡qué bonito!