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Re: ¿Qué le pasa a Telefónica (TEF)?
Las telefónicas de EEUU pierden la batalla de la TV
PABLO PARDO WASHINGTON
CORRESPONSAL
El experimento de las compañías telefónicas estadounidenses de entrar en el negocio de la televisión y el streaming ha fracasado. Justo dos semanas después de que la segunda mayor empresa del sector del país –y del mundo–, Verizon, vendiera la antigua división de medios Oath –las antiguas AOL y Yahoo!– al fondo de private equity Apollo, la número uno, AT&T, ha anunciado que segrega todo su segmento de televisión, que es, esencialmente, la antigua TimeWarner, que en los años ochenta y noventa había llegado a ser la mayor empresa de medios del mundo. Ahora, los activos de TimeWarner se fusionarán con Discovery Channel, para formar un nuevo gigante de los medios en EEUU. El modelo de Movistar aplicado por Telefónica no ha funcionado al otro lado del Atlántico.
La decisión de AT&T constata el fracaso absoluto de la estrategia de Randall Stephenson, que tuvo que dimitir del cargo de consejero delegado de la compañía hace 11 meses precisamente por sus desastrosas inversiones en el área audiovisual. El plan de Stephenson era que, dado que el volumen de negocio de la telefonía y la transmisión de datos crece cada vez más despacio, había que entrar en áreas en expansión. Primero, eso significó la televisión por satélite, lo que se tradujo en la compra en 2015, por 67.100 millones de dólares (55.000 millones de euros), de la empresa DirectTV.
Pero, a medida que los estadounidenses van dejando de usar antenas parabólicas para ver la televisión y optan por elstreaming, donde Netflix es el líder indiscutible entre las plataformas, AT&T se reorientó en esa dirección. Así es como concluyó el 14 de junio de 2018 la adquisición de TimeWarner por 85.000 millones de dólares (69.700 millones de euros) hace menos de tres años.
El plan de AT&T era utilizar su formidable red telefónica y de internet como canal de distribución de los contenidos audiovisuales de TimeWarner, entre los que estaban, entre otras marcas célebres, la cadena especializada en series HBO, el canal de noticias CNN, y la productora de Hollywood Warner.
El mercado nunca acabó de creer en esa estrategia. Y menos aun cuando, tras las compras, Stephenson cargó a AT&T con una deuda de 200.000 millones de dólares, que es casi tanto como su valor en bolsa. De hecho, la cauta entrada de Verizon en el mismo sector, comprando por 9.200 millones de dólares AOL y Yahoo!, fue premiada en Bolsa, donde esa empresa, pese a ser más pequeña que AT&T, vale más. Así que el nuevo consejero delegado, John Stankey, ha ido deshaciéndose rápidamente de la herencia de Stephenson. En marzo segregó DirectTV, en la que AT&T mantiene un 70% y el fondo de private equity TPG, el 30%. En la operación, la empresa de televisión por satélite fue valorada en, exactamente, la cuarta parte de lo que AT&T había pagado por ella. «Desde luego, no nos esperábamos esto», dijo Stankey a los inversores cuando anunció la segregación.
Dos meses después, le ha tocado el turno a TimeWarner. Y en unas condiciones muy parecidas. AT&T tendrá el 71% de la nueva entidad, y Discovery Communications, el 29%. La empresa por la que la telefónica pagó 85.000 millones hace tres años queda ahora valorada en 50.000 millones. Así, con este movimiento en el mercado, Discovery entra en la guerra del streaming, y AT&T renuncia definitivamente a ejercer el liderazgo en un sector en el que solo Disney parece en condiciones de disputar la primacía a Netflix.
AT&T segrega WarnerMedia para fusionarla con Discovery
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