Para los que todavía no entiendan que es la digitalización y el 5G como palanca de crecimiento brutal en los próximos años:
El impacto del 5G en los procesos de transformación digital e Industria 4.0
El impacto del 5G no se limita al hecho de que los usuarios puedan disfrutar de un acceso sin precedentes a una gran cantidad de datos, a una velocidad inusitada. Las mejoras tecnológicas del 5G pretenden ayudar también a escalar ámbitos tan diversos como las infraestructuras de las smart cities, la proliferación de los vehículos autónomos, las redes de energía sostenible, los centros de control de tráfico en tiempo real o las operaciones relacionadas con la gestión de recursos y procesos productivos en la industria.
Todo ello se pretende conseguir de la mano del incremento en la cantidad de datos disponibles, la baja latencia, la conectividad masiva, una velocidad sin precedentes y una fiabilidad prácticamente total. Pues bien, En la medida en que la Industria 4.0 trata fundamentalmente de como los datos son capturados, almacenados, analizados y explotados, el 5G se posiciona como el catalizador que va a facilitar que esos datos circulen a una velocidad y en unas cantidades cada vez mayores.
Pensemos que, por un lado, la lógica detrás del desarrollo del 5G no se limita a la expansión del ancho de banda de las redes móviles. El desarrollo del 5G ya se planteó, en su origen, objetivos mucho más ambiciosos como el de proveer de servicios de conectividad inalámbrica avanzada a una gran variedad de industrias como la manufacturera o la del automóvil. Por otro lado, las demandas en cuanto a servicios de comunicación por parte de la industria, y sus procesos de automatización digital, han aumentado el nivel de exigencia en cuanto a latencia, acceso a datos, disponibilidad, fiabilidad y, en algunos casos, la precisión en cuanto a la ubicación y seguimiento de activos.
Así, la cantidad de ámbitos industriales que se van a beneficiar de los nuevos niveles de automatización conseguidos de la mano del 5G son diversos: transporte terrestre, edificios y factorías inteligentes, cuidados de la salud, smart cities…
Aun así, para que esto sea posible, las comunicaciones entre máquinas tienen que ser seguras, fiables y continuas. Para conseguirlo, el 5G soporta tres tipos fundamentales de comunicación: el ancho de banda móvil mejorado, o eMBB (enhanced Mobile Broadband), las comunicaciones masivas del tipo máquina, o mMTC (massive Machine-Type Communication) y las comunicaciones ultra fiables de baja lantecia, o URLLC (Ultra-Reliable Low-Latency Communications).
Y es que la conectividad es un componente fundamental en la industria 4.0 y la promesa de transformación digital que ésta nos ofrece. En definitiva, es esa conectividad la que permite (1) mejorar la flexibilidad, la versatilidad, la usabilidad y la eficiencia de las futuras smart factories, (2) integrar el internet de las cosas (IoT) en la industria y (3) facilitar procesos continuos de integración vertical y horizontal a lo largo de la cadena de valor.
Ciertamente, conseguir todos estos objetivos dependerá, en buena medida, del rendimiento técnico del 5G y de su capacidad para soportar grandes picos de datos, una elevada densidad de conexiones, una demanda cada vez más exigente de precisión y fiabilidad, bajas latencias y requerimientos de consumo energético cada vez más optimizados. Todo ello, además, en un entorno seguro donde la privacidad y control del dato queden completamente garantizados.
Resumiendo, podemos decir que el 5G proveerá a la industria de una conectividad entre máquinas, personas y objetos mucho más poderosa e, incluso, persuasiva, que supondrá un medio para conseguir los tan anhelados objetivos de flexibilidad en la producción, acceso del trabajador a la información en tiempo real y automatización de procesos gracias a la exitosa implementación de vehículos y robots autónomos.
Y, sin embargo, siendo esto importante, no podemos decir que pueda ser considerado como el elemento más relevante dentro de los procesos de transformación digital emprendidos (y por emprender) por la industria española.
El 5G y transformación digital en la industria española
A pesar de que las empresas españolas han tardado más que sus homólogas europeas en subirse al carro de la transformación digital, a día de hoy la digitalización actúa ya como un motor de crecimiento de nuestra economía. Según apunta el informe de Madurez digital España 2018 publicado por Minsait, los procesos de transformación digital han contribuido en un 30% al crecimiento del valor añadido generado por la economía española desde 2015.
En este sentido, aunque la mayoría de los esfuerzos realizados por las compañías se han centrado en la mejora del modelo de negocio tradicional, los resultados son dignos de consideración. No en vano, la mejora en la relación con el cliente, así como en la eficiencia en las operaciones, se muestran como los elementos que más han contribuido al impulso del negocio de las empresas españolas gracias a la adopción de las tecnologías digitales.
Y aún así, a pesar de que los resultados son más que dignos, podemos también afirmar que no son suficientes. Debemos ser más ambiciosos e incrementar nuestra apuesta por la digitalización de la empresa española. Más allá de los procesos de mejora y optimización del modelo de negocio tradicional de nuestras compañías, debemos ser capaces de abordar procesos disruptivos que nos permitan apalancarnos en la tecnología con el objeto de acceder a nuevas oportunidades de negocio y a nuevos mercados. En caso contrario, corremos el riesgo de vernos superados y desbordados por aquellos que sí acepten ese reto, el de transformar sus respectivos modelos de negocio de la mano de los procesos de disrupción digital.
Conclusión
La quinta generación de comunicaciones móviles puede ser esa autopista que facilite la rápida transmisión de datos, desde su generación hasta su posterior procesamiento, análisis y explotación. Pero a día de hoy, tal y como hemos comentado, el principal reto para la digitalización de la industria española en el ámbito de la cuarta revolución industrial, reside, no en como mejorar de manera incremental los procedimientos existentes, o en como aumentar la velocidad de la transmisión de los datos, sino en como aprovechar las nuevas tecnologías digitales disponibles, como el 5G, cuando ésta sea finalmente desplegado, para abordar cambios mucho más profundos que permitan transformar el modelo de negocio de las empresas españolas que configuran su tejido industrial.
El 5G supone una nueva oportunidad para profundizar en esa línea. Pero para que ésta realmente surja el efecto deseado, debe darse un cambio profundo en la manera como nuestras empresas abordan los retos que el actual entorno competitivo les plantea y deben hacerlo desde una perspectiva que apueste definitivamente por la disrupción digital como palanca de crecimiento a medio y largo plazo.