Nicolás Correa, máquina engrasada
Con la acción cerca de máximos, los accionistas de Nicolás Correa se dividen entre los que piensan que se debe dejar correr las ganancias y aquellos que optan por tomar beneficios. Eso se está traduciendo en una intensa volatilidad aún más significativa en este mes de agosto que hace saltar al valor de positivo a negativo en el global del año de una sesión para otra.
Una agitación justificada en parte por el reciente cambio en la cúpula a pesar de garantizar la continuidad en su política estratégica. Algo que los pocos analistas que siguen al valor aseguran se empezará a ver reflejado ya en los resultados del primer semestre previstos para finales de este mes de agosto.
En general, las expectativas son de consolidación de las cifras récord registradas en 2023 fruto de su posicionamiento como fabricante de centros de mecanizado de alto nivel añadido, que en este año espera reforzar con el lanzamiento de nuevas
máquinas y la alianza estratégica con Precision Engineering Technologies (PETECH) que le abre las puertas en los mercados asiáticos como Malasia o India.
Las buenas cifras apuntadas permitieron a la compañía repartir en mayo cerca de 3,3 millones de euros entre sus accionistas, 0,27 euros por acción con cargo a los resultados del pasado ejercicio. Retribución que espera seguir mejorando.
Todo ello ha llevado a la acción a moverse en zona de máximos, superando en abril la barrera de los 7 euros por acción. A partir de ahí, sin embargo, han surgido algunas dudas sobre la capacidad de mantener la espectacular tendencia alcista iniciada en 2017.
De momento, destacan los expertos técnicos, cuenta con un suelo firme en torno a los 6,5 euros por acción y sobre los 6,3. Mientras se mantenga por encima de este último nivel, en el peor de los casos, no se observan complicaciones
técnicas a corto y medio plazo.