Sale en la prensa nacional un nuevo fraude con una academia de formación BCN Trading Academy.
Aquí la noticia aparecida en la Vanguardia
Toni Muñoz, Barcelona
28/09/2020 01:53 | Actualizado a 28/09/2020 08:36
Era joven, encantador y vivía a todo tren. Conducía un Maserati y un Ferrari, vivía en un piso de lujo y había encontrado la fórmula mágica para ganar dinero. Así describen quienes lo conocían a Raúl B., un agente de bolsa –un trader – especializado en invertir en productos de alto riesgo a muy corto plazo que le reportaban cuantiosos beneficios.
Medio centenar de inversores intentan dar con él después de que se esfumara con 2,15 millones de euros que le habían confiado. “De pronto dejó de contestar a los mensajes y descubrimos que se había fugado”, comenta uno de los afectados. En agosto, el propietario del piso donde vivía derribó la puerta del apartamento ante el inquietante silencio que había mostrado su inquilino en el último mes y confirmó sus sospechas: el piso estaba vacío. Se lo había llevado todo.
Raúl B. se había fugado dejando en la estacada a 56 de inversores que le prestaron dos millones de euros. El valor del fraude, sin embargo, entre capital e intereses podría ser mayor y algunos inversores calculan que podría alcanzar entre los ocho y los diez millones de euros. Ahora, representados por el abogado José María Fuster-Fabra, han interpuesto una denuncia conjunta en el juzgado de instrucción 3 de Barcelona en la que solicitan su detención y el embargo de todas sus cuentas.
El denunciado exhibía coches de alta gama, ropa, viajes y relojes para generar confianza entre sus inversores
Lo que más sorprende a los afectados es que aquella persona que se mostraba tan cercana, tan amable y tan preocupada por la vida de sus clientes los haya engañado. “Vino a mi casa cuando nació mi hijo, me preguntaba de vez en cuando como estaban mi mujer y los niños. Era un tipo muy majo y muy cercano y ahora, cuando descubres que se ha fugado con el dinero, te sientes profundamente indignado”, lamenta.
De origen mexicano, el denunciado alardeaba de haber cursado estudios en Canadá y de haber trabajado en una financiera en Londres que los afectados luego descubrieron que era mentira. Lo que sí era verdad era todo lo que enseñaba, una exhibición de supuesta riqueza que servía de gancho para pescar a más clientes. “Su modo de proceder para captar la voluntad de los inversores era una apariencia de ostentación con gran cantidad de vehículos de alta gama, ropa, viajes, relojes, para generar confianza en los posibles inversores”, resalta la denuncia.
Raúl B. se anunciaba en internet como un agente fiable que había encontrado la clave del éxito y estaba dispuesto a compartirla en los cursos que impartía en Barcelona. Desembarcó en la capital catalana y se instaló en un centro de coworking situado en la avenida Diagonal que bautizó BCN Trading Academy. Durante dos años se congregaron centenares de alumnos e inversores, la mayoría trabajadores que querían complementar su sueldo para pagar los estudios de sus hijos, hacer un viaje o ampliar la entrada de un piso.
El ‘trader’ ofrecía una rentabilidad del 5% cada trimestre sobre el capital invertido; en julio dejó de pagar
A los asistentes a sus cursos les garantizaba un 5% de las ganancias sobre el capital cada tres meses. Al finalizar cada trimestre los inversores podían retirar el dinero o bien reinvertirlo. El gran reclamo era que Raúl B. poseía un fondo de inversión que generaba unos beneficios del 10% al 15%, con lo que era capaz de repartir un 5% entre los inversores que depositaban su dinero. Atraídos por la confianza que les generaba, los alumnos le confiaron parte de sus ahorros. Algunos con mayores fortunas, viendo la capacidad multiplicadora del bróker, llegaron a invertir 400.000 euros. Hasta que en julio todo cambió. “Empezó a poner excusas por todo. Pedía alargar los plazos de pago, y empezamos a sospechar que algo iba mal”, destaca uno de los damnificados. Cambió su forma de actuar y comunicó que las liquidaciones serían semestrales y no trimestrales. En agosto, dejó de pagar y se esfumó. Desde entonces los inversores lo buscan y esperan que los Mossos den pronto con su paradero. Por algunas informaciones que han recabado sospechan que puede estar en México con una identidad falsa.
A toro pasado, las víctimas ven sospechosa la mecánica con la que funcionaba. En vez de firmar un contrato de inversión, los afectados suscribían un préstamo personal en el que le dejaban el dinero a Raúl B. y luego este se lo devolvía por transferencia con un incremento garantizado del 5%. Algunos pagos se hicieron en efectivo, con lo que será difícil reclamar parte de ese dinero.
Cuando se fugó, suprimió todas las cuentas de Instragram, de Twitter y Facebook en las que aparecía en sus coches de lujo o comiendo en caros restaurantes junto a su pareja, que también está fugada. Ya no había nada que ostentar.